Apuntes de política provincial

Santa Fe inmovilizada

Por Teresa Pandolfo

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Como se reflejó en “Apuntes...” y luego lo expresó Mario Cáffaro en la semana en una nota de su autoría, el proceso de tratamiento de presupuesto, endeudamiento y reforma fiscal, primero, y luego el veto parcial del Poder Ejecutivo a 12 artículos, incluida la moratoria introducida por el PJ, puso de relieve un nuevo fracaso de la dirigencia santafesina incapaz de acordar esenciales políticas públicas y un esquema de recursos posible de asumir por parte de los contribuyentes.

A las diferencias ideológicas que de suyo existen entre oficialismo y oposición, se suma el fuerte encono percibido en la relación entre socialistas y justicialistas, especialmente reutemanistas y obeidistas. No sólo es una cuestión de tipo de política pública a seguir. Se advierte en dirigentes de ambos bandos, una trama en la que se mezcla la desconfianza con la mutua desconsideración, que imposibilita mantener conversaciones con las cuales llegar a acuerdos esenciales.

Resulta hasta grotesco que dos años después de la asunción al gobierno se siga debatiendo cuánto dinero en las arcas públicas dejó Jorge Obeid cuando concluyó su mandato y del otro lado, se insista en la forma en que el oficialismo utiliza los fondos del Estado, sin dar precisiones concretas. Las últimas señales de la Casa Gris dan cuenta que el gobierno endeudará la provincia por el margen que necesite y que tampoco está cerrado el esquema impositivo por lo que se volvería a insistir sobre las reformas que el socialismo plantea como emblemáticas.

A esta periodista le asaltan las dudas respecto de la capacidad del equipo de Economía para tomar en cuenta los hechos de la realidad y llevarlos al terreno de la previsión de los recursos y en función de ellos, producir el gasto.

Observa que hay como un desfasaje; posiblemente por cuestiones ideológicas o como sostienen algunos interlocutores cercanos al Frente Progresista, la provincia necesita más ministro de Hacienda que economistas con pergaminos académicos.

En otras cuestiones es como si se repitiera la película nacional. Santa Fe le reclama a la Nación una distribución más equilibrada de los recursos pero no lo pone en obra cuando le toca actuar. Por ejemplo, el Poder Ejecutivo vetó la distribución por partes iguales del Fondo Soja y la volvió al 70 % para la provincia y 30 para los municipios porque también procura manejar la caja. Seguramente, ese dinero está gastado conforme a los propósitos que se anunciaron en la creación del Fondo, pero con el veto vuelve a imperar la discrecionalidad y ésta siempre termina en beneficio de los amigos políticos o es funcional a las necesidades del oficialismo.

En fin, lo deseable hubiera sido que este capítulo se cerrara de otra manera, sin tanta crispación entre unos y otros. Que se hubiera votado un esquema de incrementos impositivos acordado por las fuerzas políticas. Hay un punto que hace tiempo se insiste desde “ Apuntes...” y refiere a la relación de fuerzas en la provincia que en algún momento deberá ser asumida en su dimensión: así como en las elecciones de octubre de 2007, ganó el Frente para la Casa Gris con legitimidad y diferencia de votos; también los senadores actuales, en los mismos comicios, ganaron en sus departamentos.

El resultado de esta elección aportó un ganador para el Poder Ejecutivo con una mayoría propia en la Cámara de Diputados prevista en la Constitución, y otros ganadores en los departamentos, dándole al Senado una mayoría justicialista.

Lo que fue visto como una oportunidad para un sistema de representación más genuino porque había reparto de poder, se volvió un bumerán para llevar adelante un mandato. En la actualidad, por responsabilidades de todos los actores e incluso apetencias de poder futuro, la provincia se encuentra inmovilizada en lo político; con un grupo de dirigentes que en el plano social y privado pueden ser agradables pero que en el terreno político son incapaces de lograr puntos de encuentro.

Santa Fe ha perdido calidad institucional en este último plano.

Candidaturas

Esta periodista difícilmente llegue alguna vez a militar en el socialismo. Su pensamiento se ubica prácticamente en el otro punto del arco ideológico pero esto no invalida el respeto por las investiduras. En orden a lo expresado preocupa la utilización del nombre del gobernador de Santa Fe como un permanente aspirante a compartir una fórmula presidencial.

A todo político le asiste el derecho a tener aspiraciones de máxima y eso corre también para el doctor Hermes Binner pero no siempre la utilización de su nombre es respetuoso. No habría que olvidar que es el primer mandatario de la provincia de Santa Fe.

Desde hace unos meses -más precisamente desde las elecciones de junio pasado- el nombre de Binner es utilizado como un comodín en la esfera nacional. Con Lilita Carrió, aunque entre ambos haya un problema de rechazo mutuo; con Julio Cobos, con Néstor Kirchner o Pino Solanas, Binner aparece periódicamente compartiendo una eventual fórmula presidencial. Habrá que reconocer que con algunos de estos compañeros de binomio las diferencias son muchas.

La Casa Gris debería no ser tan permeable a este fogoneo de la figura gubernamental porque al final, en lugar de pensarse en una posibilidad por la trayectoria del mandatario, en algunos círculos se lo observa como una estrategia de ubicación futura, en razón de que en Santa Fe la Constitución no permite la reelección.

Esta semana, una pregunta periodística a Fernando Pino Solanas dio lugar a una maraña de comentarios abonados además por la presencia del dirigente de Proyecto Sur en el campamento juvenil socialista realizado en Jesús María. Luego vinieron de ambos lados pálidas desmentidas sobre una eventual fórmula, pero, ¿no han sido ya muchas pruebas?

El país pasa por horas dramáticas en su institucionalidad con el conflicto generado ahora por el gobierno y la utilización de las reservas para el pago de la deuda externa. Nuevamente, la crisis en el poder pone frenos a proyectos y en la posibilidad de despegue económico de la Argentina.

En ese contexto complejo, sería saludable el respeto por las figuras que con trayectoria y elecciones a cuesta llegaron al lugar que ocupan.

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El gobernador Hermes Binner

Foto: Archivo /El Litoral