La bacteria se encuentra en la carne mal cocida así como en el agua y frutas y verduras o leche sin pasteurizar

Síndrome Urémico Hemolítico: un fantasma que acecha a los niños menores de 5 años

Llega una época del año en donde abunda la ingesta de carne picada -preferentemente en hamburguesas- y ensaladas. La escherichia coli es una bacteria que puede estar presente en estos alimentos y puede provocar severos daños en niños afectados por ella.

Síndrome Urémico Hemolítico: un fantasma que acecha a los niños menores de 5 años

La carne picada, sin suficiente cocción puede ser portadora de la bacteria escherichia coli.

Foto: Archivo El Litoral

 

El Ministerio de Salud de la provincia de Santa Fe, junto con otros organismos de salud, dio a conocer distintas recomendaciones que deben observarse ante el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), que es una enfermedad infecciosa provocada por la bacteria escherichia coli.

La directora de Promoción y Protección de la Salud, Andrea Uboldi, aclaró que esta enfermedad afecta a niños menores de cinco años y los síntomas comienzan con diarrea que generalmente es sanguinolenta, vómitos, palidez intensa de la piel, dolor abdominal y disminución de la cantidad de orina. “Es importante prestar atención, ya que los niños necesitan atención médica rápida e internación”, remarcó la funcionaria.

La fuente de contagio principal del SUH es la carne vacuna poco cocida (especialmente la picada), pudiendo también presentarse en la leche no pasteurizada, los productos lácteos manufacturados con leche no pasteurizada y el agua contaminada.

La escherichia coli, productora de toxina, se encuentra frecuentemente en el intestino de animales bovinos sanos y otros animales de granja. La misma llega a la superficie de las carnes por contaminación con materia fecal durante el proceso de faena o su posterior manipulación.

Uboldi explicó que sin embargo la bacteria puede encontrarse también “en el agua, la leche sin pasteurizar y las verduras que se pueden contaminar por contacto con las heces de estos animales, como por ejemplo las verduras por riego con aguas servidas”.

Además, puede transmitirse de persona a persona a través de las manos contaminadas con materia fecal, lo cual puede provocar brotes de esta enfermedad en jardines de infantes y guarderías.

La funcionaria dijo que el paciente con diagnóstico del Síndrome Urémico Hemolítico debe ser internado y que ante cualquier síntoma o duda es importante consultar con urgencia al centro de salud u hospital más cercano.

Cómo se contrae

El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) se contrae, en la mayoría de los casos, por el consumo de carne mal cocida portadora de la bateria escherichia coli. Nuestro país presenta la mayor incidencia de esta enfermedad, con más de 300 casos por año. Afecta, sobre todo, a los niños de entre 6 meses y 5 años. Provoca insuficiencia renal, anemia y alteraciones neurológicas.

Un procedimiento tan sencillo como la correcta cocción de una hamburguesa, por sólo citar un ejemplo, puede determinar la diferencia entre un niño sano y otro con problemas renales graves. Esto es así porque a los 70 grados centígrados la bacteria que produce la toxina shiga (Stec) se destruye, evitando el contagio del Síndrome Urémico Hemolítico.

El riesgo aparece cuando la carne no está cocida en toda su superficie y en el interior, esto es muy común en las comidas que llevan carne picada. Cuando la cocción se realiza en forma rápida, no homogénea, la bacteria que produce esta enfermedad no se destruye. Si bien la carne vacuna resulta la principal fuente de contagio, el consumo de lácteos y jugos de fruta no pasteurizados o de verduras y agua contaminada (que hayan estado en contacto con las heces de los animales), también puede desencadenar la enfermedad.

Incluso, un estudio realizado en nuestro país sobre 34 pacientes con SUH y 95 convivientes demostró que el 24 por ciento de los afectados tuvo, al menos, un familiar con diarrea. Para evitar la vía de contagio de persona a persona ( la que se produce por el contacto con la materia fecal del enfermo), los especialistas insisten en la necesidad de lavarse las manos, con agua y jabón, luego de ir al baño y antes de manipular los alimentos.

Los síntomas más claros

Siempre que un niño menor de cinco años presente un cuadro de diarrea es necesario consultar al pediatra, dado el riesgo de deshidratación. Si, además, es mucosa o mucosanguinolenta puede que se esté en presencia de un caso de Síndrome Urémico Hemolítico.

También se presenta con vómitos, palidez y es notable la disminución de la cantidad de orina, esto último puede ocurrir por deshidratación a consecuencia de la diarrea o porque existe una afectación del riñón, producto de la misma enfermedad.

En la primera semana, el paciente presenta signos de debilidad e irritabilidad. Además, se torna pálido y anémico, dado que los glóbulos rojos atraviesan un proceso de destrucción.

Este síndrome era poco frecuente pero, en la última década, su incidencia en niños alcanzó los 7 casos cada 100 mil habitantes, en el período de un año. En la actualidad, constituye la principal causa de insuficiencia renal aguda en este grupo de población.

Según datos publicados por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, “varios brotes epidémicos en los años 1992 y 1993 se atribuyeron a hamburguesas contaminadas con escherichia coli que no estaban bien cocidas; razón por la cual las hamburguesas de los supermercados tienen nuevas etiquetas y se han publicado guías con las temperaturas necesarias para su cocción en las cadenas de restaurantes de comidas rápidas”.

Consecuencias y tratamiento

La función normal de los riñones consiste en filtrar los residuos y excretar los líquidos del organismo. La insuficiencia renal aguda es la consecuencia más común del SUH. Produce una pérdida súbita de esa capacidad del órgano urinario para eliminar los residuos, concentrar la orina y conservar los electrolitos.

En el 5 por ciento de los casos, la afectación renal puede resultar crónica o recurrente (eso dependerá del nivel de gravedad que haya adquirido cada paciente) y, en estos casos, es necesario internar y dializar al niño para eliminar los elementos contaminantes de la sangre.

Este síndrome puede derivar, además, en anemia y alteraciones neurológicas: lo que se debe lograr es que los chicos no lleguen a estas instancias y al tratamiento que, en definitiva, será sólo de apoyo, porque el síndrome en sí no tiene una cura específica.

Una vez diagnosticado, el especialista propiciará lo que se denomina “tratamiento de resorte” con el fin de contrarrestar los síntomas, en función de la edad, del nivel de gravedad y de la tolerancia a los medicamentos de cada paciente.

La muerte por Síndrome Urémico Hemolítico disminuyó gracias a la precocidad de los diagnósticos y a los nuevos métodos de control de la insuficiencia renal. Hoy, la tasa de letalidad es del 2 por ciento.

Según datos del Comité Nacional de Nefrología, el 70 por ciento de los niños que padecen esta enfermedad se recuperan sin secuelas, sin embargo, es necesario controlarlos regularmente porque, en algunos casos, desarrollan problemas renales o hipertensión como consecuencia tardía del síndrome.

Antecedentes

Según la Revista de Posgrado de la VI Cátedra de Medicina (febrero 2007) este síndrome fue descripto por primera vez por Gasser en Suiza, en 1955; y en la Argentina los primeros casos fueron estudiados por el Dr. Carlos Gianantonio, a partir de 1964. Actualmente se conoce que puede aparecer en cualquier parte del mundo y que su frecuencia está aumentando. Existen zonas endémicas en la Argentina con alta incidencia, debido posiblemente a la elevada frecuencia de enfermedades diarreicas agudas producidas por toxinas tipo Shiga.

Su trascendencia clínica se fundamenta en constituir la causa más frecuente de insuficiencia renal aguda (IRA) y de hipertensión arterial (HTA) en el grupo de lactantes y niños pequeños. Además es la segunda causa de insuficiencia renal crónica y de trasplante renal en niños en la Argentina.

 

Prevención

Asegurar la correcta cocción de la carne; la bacteria se destruye a los 70º C. Esto se consigue cuando la carne tiene una cocción homogénea.

Tener especial cuidado con la cocción de la carne picada.

Utilizar distintos utensilios de cocina para cortar o tomar la carne cruda y la carne una vez cocida.

Evitar el contacto de las carnes crudas con otros alimentos.

Consumir leche, derivados lácteos y jugos de frutas pasteurizados y conservar la cadena de frío.

Lavar cuidadosamente las verduras y frutas.

Asegurar la correcta higiene de las manos (deben lavarse con agua y jabón), antes de preparar los alimentos y luego de ir al baño.

Se sugiere que los menores de 2 años no ingieran comidas rápidas.

Respetar la prohibición de bañarse en aguas contaminadas.

Consumir agua potable. Ante la duda, hervirla.

Cómo se manifiesta el SUH

En los primeras días de desarrollo de la enfermedad, los signos que deben motivar la consulta médica son: diarrea, sangre en las heces, irritabilidad, debilidad, letárgica y heces con olor fétido.

Los síntomas posteriores son disminución de la orina, palidez, distensión abdominal o aumento en el perímetro abdominal (debido al agrandamiento del hígado y del bazo), magulladuras, erupción cutánea en forma de pequeños puntos rojos (petequias), coloración amarillenta de la piel (ictericia), disminución del nivel de estado consciente y convulsiones.