las claves sanitarias de la campaña

Hay que estar encima del lote

Hay que estar encima del lote

Es el principal consejo para evitar que las enfermedades y las plagas defolien hojas y compliquen los rindes en un año que promete mucho. La mancha ojo de rana y las orugas (medidora y bolillera) son los dos problemas más importantes.

 

Gastón Neffen

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Esta campaña de granos gruesos pinta para jugarla a fondo y con todas las luces prendidas hasta la meta final. Es que como el clima acompaña, la cosecha les va a dejar un muy buen premio a los que hagan las cosas bien. En cambio, para los que hagan “la plancha”, el riesgo es alto. Los ciclos húmedos estimulan la aparición de enfermedades y plagas, que se pueden quedar con una porción importante de “los porotos” sino se las controla con eficacia.

En Santa Fe, y en la mayor parte de la región pampeana, la enfermedad que más está afectando los lotes de soja es la mancha ojo de rana (MOR). Es un hongo típico del norte argentino —también de Brasil y Paraguay— que emigró hacia la zona núcleo al final de la campaña pasada (probablemente estimulado por las altas temperaturas).

“En algunos lotes generó pérdidas de más de 1.000 kilos por hectárea, hay que comprender que en un año niño se puede llevar hasta un 20% del rinde”, avisa el fitopatólogo Marcelo Carmona (Facultad de Agronomía de la UBA), que disertó en un charla técnica que organizó Syngenta en Piamonte.

En esta campaña, los productores y asesores la están detectando desde los primeros estados vegetativos. “Esta presente en casi todos los potreros”, asegura el Ing. Agr. Mariano Gazzera (AFA Piamonte). “Todos los campos de esta región tienen MOR”, confirman Pablo Poncio y Carlos Grosso, que gestionan una empresa agropecuaria que siembra 10.000 hectáreas en el centro de Santa Fe y este de Córdoba.

La Ing. Agr. Roxana Maumari (Facultad de Ciencias Agrarias UNL) cuenta que también se registra una importante prevalencia de la enfermedad en los campos cercanos a San Justo, Emilia y Esperanza. “Aunque no tantos hongos como en Córdoba”, contextualiza, entrevistada por Campolitoral. Esta información surge de los monitoreos que realiza la Red de Información de Interés Agronómico (RIIA).

Los especialistas creen que la mancha ojo de rana apareció desde “el arranque” porque el hongo permaneció latente en los rastrojos y en las semillas de la cosecha pasada. Es muy probable que los lotes que padecieron la enfermedad la vuelvan a desarrollar y las semillas la llevaron a otras zonas. Además, las variedades que se usan en la región pampeana no tienen incorporada resistencia genética para este problema (como sucede con algunas semillas de zonas subtropicales).

Las abundantes precipitaciones agregaron la variable que faltaba. “Las lluvias son la clave para que el hongo se pueda movilizar desde el tallo hacia las hojas, explica el fitopatólogo, es un patógeno que necesita del agua para transportarse”, agrega.

¿Cómo controlar?

En Piamonte, Carmona se enfocó en explicar las mejores alternativas para que la mancha ojo de rana no “conquiste” el lote.

Los fungicidas son una herramienta eficaz para “manejar” la población de hongos. Se estima que en la Argentina se pulveriza el 30% del área agrícola con estos productos. “Es poco, hay que usar más”, advierte el especialista. Una de las claves es no confiar en lo que uno ve. “Muchas enfermedades se esconden hasta R5, son patógenos clandestinos”, advierte Carmona.

¿Cómo luchar contra un enemigo que a veces es invisible? Prestando atención a los criterios indirectos. Por ejemplo los condicionantes ambientales. Los hongos están directamente involucrados con las lluvias, si hay humedad es muy probable que estén en el lote.

La buena noticia es que los tratamientos funcionan. Carmona ha comprobado que las mezclas de estrobirulinas y triazoles “frenan” la enfermedad. “Aconsejo complementarlo con un plus de carbendacin para sumar más control”, sugiere.

Como muchos productores saben, es crítico acertar con el momento de aplicación. “A partir de R3, todo lo que suceda es definitivo para el número de granos”, apunta Carmona. Y no conviene esperar a último momento para hacer el tratamiento. “A partir de R5 no van a lograr detener la mancha ojo de rana”, dice el fitopatólogo.

En línea con este concepto, Poncio y Grosso realizaron aplicaciones tempranas de fungicidas. Estos dos productores detectaron la mancha ojo de rana hace 45 días. “Tomar esa decisión nos está permitiendo llegar a R4 y R5 con los lotes libres de enfermedades, esto nos deja bien parados para enfrentar las enfermedades de fin de ciclo”, destaca Poncio.

Muchos agricultores de El Trébol, Piamonte y Carlos Pellegrini aplicaron la misma receta. En AFA Piamonte dicen que aumentó —como mínimo— un 30% el uso de fungicidas. Esta creciente demanda plantea algunos interrogantes sobre los stocks de estos productos que habrá que seguir bien de cerca.

En las aplicaciones tempranas, el riesgo es que la MOR vuelva a “reemerger” en febrero o marzo. Carmona reconoce que este escenario no se puede descartar y que es probable que se requiera un nuevo tratamiento.

Además de la mancha ojo de rana, en este momento sobre todo hay que estar atento a la mancha marrón y a distintos tipos de bacteriosis. Más adelante llegara el momento de ocuparse de las enfermedades de fin de ciclo (que se pueden llevar el 10% del premio a pocas semanas de la cosecha). Con la roya, como siempre, nunca hay que bajar la guardia, aunque todavía no se confirmo ningún caso (ver El dato).

Las plagas

Los ataques de insectos también se han incrementado. En el centro y sur de la provincia los productores están haciendo muchos esfuerzos para controlar la isoca bolillera. Grosso, por ejemplo, decidió hacer tres aplicaciones de insecticidas en muchos de sus lotes. “Parecía una locura, pero cuando vemos como quedaron las zonas que no se trataron nos ponemos contentos”, asegura.

En los campos de El Trébol y Piamonte, las trampas de luz han logrado capturar desde 40 a 200 bolilleras adultas por día (el umbral de alerta es de 13 insectos). “La bolillera está atacando a full, la campaña pasada apareció al final. Ahora desde el comienzo, los productores nos cuentan que desde 1989 no veían un ataque así, y también está causando muchos problemas la oruga militar”, señala Gazzera.

En San Francisco, las mayores capturas de adultos en trampa de luz son de isoca medidora. Más al sur, los técnicos del INTA Pergamino advierten que esta oruga está siendo responsable de la mayor cantidad de defoliaciones en la región pampeana. Nicolás Innanone, especialista en entomología del INTA, explica que podrían incrementarse las poblaciones de medidora en el corto plazo.

Para combatir esta oruga, Iannone propone proteger a “los bichos amigos”. El entomólogo recuerda que está ampliamente demostrado que las alternativas químicas con drástica acción sobre benéficos suelen producir una rápida resurgencia de la plaga controlada —actitud que se contrapone con la búsqueda de alta residualidad—, o bien la aparición de otras especies plaga, debido a que su evolución fue favorecida por eliminación o supresión de la fauna benéfica.

Los técnicos del INTA San Francisco coinciden en que la difusión de parasitoides (avispitas) y predadores como carábidos (catangas) realizan un buen control natural en lotes con baja presión de isocas y ayudan a mantener los umbrales de las mismas en bajo nivel.

En lotes de alfalfa se encuentran en forma conjunta oruga “militar tardía”, “oruga medidora” y “oruga de la alfalfa”. Todas en gran número y provocando intensas defoliaciones. En cultivos de sorgo de hasta un metro de altura se aprecian ataques de “oruga cogollera”. Lo mismo sucede en lotes de moha, en los cuales se suma la mencionada “oruga militar tardía”, la cual tiene preferencia por las gramíneas. En cuanto a chinches se observa todo el complejo de las mismas pero por ahora su número es reducido.

El secreto

Lo importante es que todas estas precauciones valen la pena. “Es un año para aprovechar todo el potencial que tienen estos campos, si las lluvias siguen acompañando, no es una locura aspirar a 6.000 kilos de soja por hectárea”, se entusiasma Grosso, mientras mira el lote que “prestó” para la disertación de Carmona.

El consejo siempre el mismo, y parece ser la clave de esta campaña, para agarrar esta sortija hay que estar con las antenas bien paradas. “El secreto es estar encima del lote todo el tiempo”, recomienda Poncio. El fitopatólogo Lelo Herzog, titular de la cátedra de Fitopatología (Facultad de Ciencias Agrarias UNL) piensa lo mismo. “Es una campaña para extremar las precauciones y monitorear en forma constante”, concluye.


La Ing. Agr. Roxana Maumari (CIENCIAs Agrarias UNL) cuenta que se está detectando mancha ojo de rana en los campos cercanos a San Justo, Emilia y Esperanza.

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Aplicaciones tempranas. Pablo Poncio cuenta que trataron sus lotes con fungicidas para llegar a R5 con los hongos controlados y las plantas sanas para enfrentar las enfermedades de fin de ciclo.

Foto: Campolitoral

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El hongo “de moda”. La mancha ojo de rana se detecta en casi todos los lotes de la zona de Piamonte, El Trébol, Carlos Pellegrini y Landeta (Córdoba).

Foto: Campolitoral

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La medidora. Esta oruga es la responsable de la mayor cantidad de defoliaciones en la región pampeana.

Foto: Campolitoral

¿Y la roya?

El Sistema Nacional Argentino de Vigilancia y Monitoreo de Plagas todavía no detecto casos de roya. Pero este es un enemigo con el que nunca hay que confiarse. “Tiene la potencialidad de generar pérdidas muy graves. Es una enfermedad que defolia las hojas y destruye la fábrica del rinde”, recuerda Lelo Herzog, titular de la cátedra de Fitopatología de la Facultad de Ciencias Agrarias (UNL).