Mejoraron las expectativas para el cereal

La cosecha de maíz ahora levanta vuelo

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Vienen muy bien. Con estas lluvias se estima un rendimiento promedio de 7,5 toneladas por hectárea, y con picos que podrían superar los 14 qq/ha.

Foto: Juan Manuel Fernández

Pablo Ogallar, directivo de Monsanto y de Maizar, creo que el volumen final podría alcanzar las 18 millones de toneladas si el clima sigue acompañando.

Prensa Monsanto

Si bien la campaña de Maíz 2009/10 empezó de la peor forma, la mejora en los mercados internacionales y el clima ayudaron a revertir lo que hubiera sido una de las peores campañas de toda su historia”, señala Pablo Ogallar, director de Monsanto Latino América Sur y ex presidente de MAIZAR.

Ogallar anticipa que “la primera información satelital de la empresa DIMSAT de superficie de siembra a noviembre indica que habría unas 2.7 millones de hectáreas sembradas con maíz quedando un remanente de siembras de segunda, tardías y tropicales. Si se considera además la información proveniente de las ventas de semillas de maíz y de las investigaciones mensuales del mercado, todas las fuentes coinciden en que la superficie final implantada se va a ubicar en 3 millones de hectáreas de maíz para la Argentina. Se estima que 0.6 millones de hectáreas se destinarán a silo y forraje, quedando 2.4 millones de hectáreas para cosecha de granos”.

El director de la filial de Monsanto plantea que estos 3 millones de hectáreas representan una baja del 9% con respecto al año anterior y una mejora significativa frente a la estimación original, que preveía una caída del 35%. Con respecto a los rendimientos aseguró que “estimamos una situación mucho más favorable que la campaña anterior debido a que nos enfrentamos a un ciclo muy húmedo, generando oportunidades de maximización de rindes”.

“Tanto la superficie final del maíz como los rindes esperados del cultivo constituyen una muy buena noticia para el país. Si la situación climática acompaña, tal como se espera por los pronósticos, con 7.5 toneladas por hectárea de rendimiento promedio, la Argentina podría generar 18 millones de toneladas, a las que se sumarían el millón de toneladas de stock inicial estimado para el inicio de la nueva cosecha”, analizó.

Aún asumiendo un incremento en el consumo interno de maíz, para la nueva campaña 2009/10 tendríamos un saldo exportable de 9-10 millones de toneladas, versus los 6,5 millones exportadas en la anterior. El sólo crecimiento del saldo exportable de maíz le permitirían al país aumentar el ingreso de divisas en U$S 700 millones.

En el último año, el maíz registró la tasa de incremento de consumo mundial más alta de estos últimos 20 años, con un aumento del mismo de 27 millones de toneladas. Se llega al 2010 con al mayor consumo mundial de maíz, superando la barrera de los 800 millones de toneladas. Si esta tendencia se consolida en la próxima campaña, la Argentina tendrá una nueva oportunidad para poder incrementar su producción y saldos exportables, y abastecer de esta forma la creciente demanda mundial de maíz y sus productos derivados y procesados. Nuestro país está en condiciones de abastecer y consolidarse en el mercado internacional, proyectado en 90 millones de toneladas.

Un mal comienzo

Ogallar recordó que, en los meses de abril y mayo del 2009, el contexto externo indicaba que los precios de los commodities estaban por debajo de las expectativas como consecuencia de la crisis global y una demanda de maíz que a pesar de tener una tendencia ascendente, estaba expectante a la recuperación de la economía.

El contexto interno fue de los peores que hemos vivido, con una situación desesperante debido a la seca más prolongada y severa de los últimos 100 años en pampa húmeda, generando una muy baja cosecha total de granos de 68 millones de toneladas versus los 98 millones producidos en la campaña anterior.

En la nueva campaña, las lluvias se retrasaron hasta octubre afectando la superficie de trigo y posponiendo la siembra de Maíz hasta alcanzar la humedad suficiente para la siembra.

Por otro lado, continuaron los problemas comerciales tanto para maíz como trigo, restringiendo las exportaciones y generando desconfianza en toda la cadena agroindustrial como consecuencia de un mercado poco transparente.

“Ante este contexto poco favorable, las primeras estimaciones del área de maíz se ubicaron en el orden de 2.1 millones de hectáreas, con una reducción del 35% en relación a la campaña anterior 2008/9”, recordó Ogallar, quien explicó que “esta tendencia afectó al mercado de insumos para Maíz ya que los productores priorizaron arriesgar menos ante un contexto interno poco claro y los productores que decidieron hacer maíz pospusieron sus compras de semillas, fertilizante y agroquímicos generando un atraso importante para cumplir con la logística de los mismos”.

Pero ahora, las perspectivas cambiaron y se espera que la superficie sembrada termine alcanzando, como se mencionaba, las 3 millones de hectáreas.


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“Estimamos una situación mucho más favorable porque el ciclo húmedo genera oportunidades para maximizar los rindes”.

Pablo Ogallar

Director de Monsanto Latino América Sur