Suelen venderse en la calle

Los anteojos de sol truchos pueden tener sus riesgos

Muchos traen lentes con aberraciones y sin filtro solar. Pueden causar dolor de cabeza y deslumbramiento. Recomiendan comprarlos en las ópticas.

 

De la redacción de El Litoral

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Los anteojos de sol “truchos” son muy buscados en el verano por su bajísimo precio o porque permiten estar a la moda. Muchas mujeres los compran por su formato adaptado a la temporada o para tener opciones de marcos para combinar con la ropa. Sin embargo, especialistas advierten que pueden causar algunos trastornos.

“En general, los lentes de sol vienen cada vez mejores en cuanto a calidad y protección contra los rayos UV. De todas formas, si son muy malos, pueden producir deslumbramiento, mareos y dolores de cabeza porque a lo mejor la curvatura de los cristales es deforme y no tienen filtro solar”, aportó el oftalmólogo Emilio Páez Allende.

Agregó que a un buen anteojo de sol se le puede agregar la corrección al defecto óptico que tenga la persona, como una miopía. Mientras que a uno de muy baja calidad sería imposible incluirle ese beneficio extra.

Son varios los puntos a tener en cuenta antes de comprar unas gafas para disfrutar del verano cuidando la vista. Roberto Izquierdo, presidente del Colegio de Ópticos de Santa Fe, dijo que la principal disfunción que presentan está en los colores filtrantes. “El anteojo que se vende en cualquier puesto de la calle normalmente no tiene filtro solar. Y lo que está haciendo con su transparencia rojiza, con su color o filtro que no es el adecuado, es precisamente generar deslumbramiento y dolor de cabeza”.

Advirtió que los colores recomendables para el sol varían entre las gamas de los grises al verde, que descansan la vista. “En los truchos son rojizos y amarillos, precisamente los que incrementan la potencia del sol en los ojos. El amarillo se utiliza para visión nocturna o cuando hay niebla porque intensifica los contrastes; y el rojo hace lo mismo en menor intensidad”, detalló.

Aberraciones

También “suelen tener lentes con aberraciones, es decir, que hay una focalización imperfecta. La imagen de un punto objeto no es un círculo, sino la forma de un cometa. Produce una imagen confusa porque no se superponen los diferentes colores”, explicó la técnica óptica Rosa Mariani, de Optilent.

Agregó que “generalmente son lentes orgánicas coloreadas en un solo tono o degradé. Si son muy curvas producen náuseas, mareos o cansancio ocular, dolores de cabeza. Los ópticos poseemos un aparato llamado esferométro, que sirve para medir la curvatura de la superficie y detecta si tiene deformaciones”. Si se compra en la calle, esa revisión de calidad no se hace.

Además, a simple vista, los armazones son de celuloide barato que se resquebrajan. Por todos estos factores, valen 4 ó 5 veces menos que un anteojo comprado en la óptica y cuyo precio promedia los 200 ó 300 pesos.

Donde corresponde

“Hay un sola forma de reconocer el anteojo trucho del que no lo es: comprándolo en el lugar que corresponde, una óptica”, sintetizó Izquierdo. Y comparó: “Cuando quiero un medicamento bueno, lo compro en una farmacia. Si lo compro en un quiosco, puede estar adulterado y no cumplir con su función. De la misma manera, en las ópticas se venden anteojos autorizados por Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) y hay un control del técnico óptico”.

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Comprar anteojos de sol en la calle sale 4 ó 5 veces menos que hacerlo en la óptica. Pero lo barato, a veces, cuesta caro.

Foto: Archivo

Falsos.

Algunos anteojos truchos vienen con logos que imitan a las principales marcas, cambiándole alguna letra. “Una persona entró a la óptica a querer arreglar su anteojo, creída de que era un Ray-Ban, y resulta que decía Rey-Ban. Era uno falso e imposible de recomponer”, comentó Roberto Izquierdo.

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