El arte de crear y transmitir

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Juan Carlos Vallejos

Luego de jubilarse decidió retomar el aprendizaje de telar que una vez había comenzado. Al poco tiempo abrió su propio taller y hoy, desde la docencia, transmite sus saberes para crear.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTO. LUIS CETRARO.

Una nueva vida. “Todo comenzó en la escuela primaria, me enseñaban a trabajar en telar y también en mimbre, que son entrelazados o tejidos similares. Lo que uno aprende desde chico no se lo olvida más. Tiempo antes de jubilarme, comencé a pensar qué iba a hacer después y me acordé que sabía telar. Comencé a practicar en el año 2006, hice un catálogo para mostrar los trabajos que hacía, y en el 2007 inicié los cursos. Yo mismo hice mi propia pagina web para mostrar mis trabajos. Desde entonces, estoy en esto. Paso muchas horas en mi taller, practicando puntos y motivos. Realmente todo lo que sé se los ofrezco a mis alumnos. Así comenzó mi nueva vida”.

Otra técnica. “Comencé también con el macramé... lo aprendí a través de las revistas. Me gustó porque fue una forma de descargar tensiones. Yo trabajaba en computación, soy programador de sistemas y la verdad es que vivía muy tensionado. Hice muchos trabajos y eso también me redituó muchas satisfacciones. La gente que vió mis trabajos dice que son muy prolijos. En realidad, yo soy prolijo en todos los órdenes de la vida y más en ésto, en lo que pongo todo mi empeño porque realmente me gusta. Siempre digo que quien trabaje con sus manos tiene que ser prolijo en todo lo que hace y entregar las cosas a término”.

Creaciones. “En telar hacemos chales, ruanas rectangulares y ruanas triangulares, ponchos triangulares; también se hacen caminos de mesa, mantas, colchas, almohadones. El macramé, en cambio, es un poquito más limitado; por ejemplo pulseritas, collares, aros, bolsos, chales, cintos, fajas. En fin, hay un montón de cosas que se pueden hacer, pero tiene un límite. En cambio, el telar no es tan limitado, uno practicando distintos puntos -yo llevo alrededor de 16- y motivos, se puede diversificar. No me gusta hacer un trabajo igual a otro, siempre voy tratando de hacer algo mejor. Uno en realidad no se imagina todo lo que puede crear. Se sacan muchas ideas de las revistas, yo tomo la parte que más me interesa y así voy creando. Ésa es mi forma de trabajar y creo que estoy en buen camino”.

Enseñanza. “Tengo un taller en el que doy cursos. Desde el año 2007 al 2009 pasaron alrededor de 60 alumnos por allí. También enseño a domicilio a quienes tienen impedimentos de caminar o de movilidad, trato de poner un horario especial para que la persona pueda aprender y voy. Además, hago talleres en asociaciones y vecinales que me lo pidan. Los cursos son de abril a octubre, de dos clases por semana, de dos horas de duración cada una. En aproximadamente cuatro meses la persona ya ha aprendido. Se les entrega un certificado del curso completo y todo lo que los alumnos van haciendo es para ellos. En telares, hay tres tipos: cuadrado o rectangular, triangular, y de mesa o de peine. El cuadrado lleva ocho clases, el triangular también; y el de peine doce clases, ya que da un poco más de trabajo el armado de la urdimbre. En el taller de macramé, enseño principalmente los puntos porque es lo esencial. Está técnica es para personas creativas, una vez que se aprendió lo esencial, uno puede hacer lo que quiere. Muchos alumnos cuando arrancan dicen: “pero esto yo no lo puedo hacer’ y cuando cuando comienzan a tejer y llegan más o menos a la mitad del curso, se dan cuenta de lo fácil que es. Yo les digo a todos que nada es imposible, si uno se lo propone lo puede hacer”.

vocación

“Paso horas trabajando con mis telares, creando nuevos diseños y lo que más me gusta es transmitir a mis alumnos todo lo que en mis horas libres aprendo”.

Un objetivo

“En realidad yo quiero hacer muchos trabajos para ofrecerlos a una sociedad de beneficencia. La idea sería exponerlos y de lo vendido dar un porcentaje para la institución. Es un objetivo que espero concretar este año o en el 2011”.

Prendas

“Lo que más me gusta es hacer chales, todo lo que sea en triángulo. Veo que a las señoras les gusta usar este tipo de confecciones. Los ponchos son para los más chicos, una prenda ponible y a la vez abrigada. Con el telar cuadrado me gusta hacer bolsos. Todo se trabaja con lanas e hilos, se pueden usar muchos materiales pero hay algunos que son recomendables y otros no”.

Contactos

Quien esté interesado en conocer los trabajos de Juan Carlos Vallejos o participar de sus talleres, puede ingresar a www.artesaniasabuchi.com ó enviar un email a [email protected]. Otra opción es contactarse por teléfono al 4691540.

así soy yo