Panes saborizados

Panes saborizados

Con hierbas, cebolla o salsas... las variantes son infinitas, pero todas le dan al pan un sabor distinto. Para acompañar las comidas, para preparar sándwiches especiales o simplemente para degustarlos solos estas son las propuestas que hoy presentamos.

Por Paola Elías. Fuente. Solopanes.com.

Pan de cebolla

Disolver 20 gramos de levadura fresca en 70 centímetros cúbicos de agua templada. Poner 120 gramos de harina en la mesa de trabajo, formar un volcán y en el centro incorporar el líquido. Amasar durante unos minutos. Hacer una bola y poner en un bol cubierta con agua templada, hasta que doble el volumen

Por otra parte, mezclar 380 gramos de harina con cinco gramos de azúcar y diez gramos de sal. Añadir 20 centímetros cúbicos de aceite y 200 centímetros cúbicos de leche entera, amasar hasta unir. Añadir la masa de leudado y amasar hasta conseguir que esté bien integrada. Formar una bola y reservar en un bol pincelado con aceite. Cubrir con un film de cocina y reservar en un lugar cálido hasta que doble su volumen.

Por último, incorporar 100 gramos de cebolla frita. Amasar ligeramente para desgasificar y para integrar la cebolla en la masa. Dar la forma deseada al pan y poner en una bandeja para horno. Cuando haya doblado el volumen, hornear a 200º. A los cinco minutos de horneado, bajar la temperatura a 180º y dejar hasta que esté dorado.

Baguette con sabor a pizza

Poner en una cacerola tres cucharadas de aceite y llevar al fuego hasta que esté caliente. Agregarle una cebolla grande picada junto una pizca de sal y dejar rehogar. Añadir un morrón verde picado, un tomate grande y maduro picado con cáscara, una hoja de laurel y un chorrito de agua. Dejar cocinar durante diez minutos revolviendo cada tanto. Incorporar tres dientes de ajo fileteados, tres hojas de albahaca cortadas a mano, cuatro aceitunas, una cucharadita de orégano y pimienta a gusto. Dejar cinco minutos más, apagar el fuego; enfriar un poco y licuar.

Por otra parte, poner en un bol chico 50 gramos de levadura fresca (o una cucharada y media de levadura seca), una cucharada de azúcar y dos cucharadas de harina. Agregar media taza de agua tibia mientras se va mezclando hasta formar una crema. Tapar y dejar en reposo diez minutos o hasta que leude.

Poner en un recipiente grande seis tazas de harina, dos cucharaditas de sal y dos cucharadas de azúcar mezclando bien. Incorporar la salsa licuada junto con media taza de aceite mientras se va revolviendo hasta ser absorbida por la harina.

Añadir la levadura espumada e ir mezclando hasta formar groseramente una masa. Si es necesario, incorporar algo de agua tibia para terminar de formar una masa bastante blanda y pegajosa.

Volcar la masa sobre la mesa enharinada y comenzar a amasarla trabajando con ambas manos hasta que quede lisa y elástica ayudándose siempre con algo de harina. Cuando la masa ya no esté más pegajosa, es señal de que está lista.

Formar un bollo y colocarlo en un recipiente ligeramente enharinado y que tenga espacio suficiente como para levar cómodamente y duplicar su tamaño. Cubrirlo con papel film y luego con un paño. Dejarlos en un lugar cálido durante 40 minutos o hasta que su tamaño se duplique.

Una vez levada la masa, se vuelca sobre la mesada sin tocarla. Luego mover un poco la masa con las manos como para desgasificarla y cortar en diez porciones iguales. Se toma una de las porciones y estirarla un poco con el palote. Luego arrollarla y hacerla girar sobre la mesa afinando un poco las puntas y terminando de darle forma de baguette. Acomodar en placas limpias, cubrir con un paño y dejar levar durante diez minutos o hasta que se noten más grandes.

Precalentar el horno a 200º. Con un cuchillo bien afilado hacer cortes en diagonal sobre los panes. Pincelar con agua y llevar a cocinar en la parte alta del horno durante 10 minutos. Bajar la temperatura a 180º y terminar de cocinar y dorar.

Pancitos con hierbas y aceitunas

Picar bien chiquito unas hojas de tomillo fresco, dos hojas salvia y unas hojitas de orégano. Poner en un bol medio kilo de harina, media cucharada de sal y una cucharada de azúcar. Agregar una cucharada de levadura seca y mezclar. Incorporar dos cucharadas de las hierbas picadas a la harina junto con 100 gramos de aceitunas negras picadas. Poner juntos una taza de agua tibia, cuarta taza de aceite de oliva y un huevo. Mezclar un poco y agregar a la harina revolviendo hasta que haya sido absorbido. Volcar la masa sobre la mesa e ir trabajando hasta terminar de unirla.

Formar un bollo y comenzar a amasar en forma continua hasta que la masa esté suave, lisa y elástica. Siempre con ayuda de algo de harina durante el amasado para que no se pegue en las mano ni en la mesa. Una vez lista, colocar en un recipiente que sea lo suficientemente grande como para que la masa pueda levar cómodamente. Cubrir con papel film. Dejar aproximadamente 20 minutos en un lugar templado, o hasta que la masa haya duplicado su tamaño. Luego, volcar la masa suavemente sobre la mesa y dividir en doce porciones iguales. Esparcir un poco de aceite sobre la mesa y comenzar a bollar cada pancito hasta dejarlos como una pelota. Acomodarlos en placas de horno sin aceitar ni enmantecar dejando un poco de distancia entre uno y otro. Cubrir con un paño y dejar sobre la cocina durante diez minutos o hasta que hayan levado nuevamente. Pincelar con aceite de oliva. Precalentar el horno a 220º o más y una vez listo colocar los panes en la parte alta del mismo. Dejar cocinar de 10 a 12 minutos o hasta que estén cocidos y dorados.