“Háblame de la lluvia”

Feminismo y poder, en clave de humor

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Agnès Jaoui y Pascale Arbillot, en una escena de “Háblame de la lluvia”, escrita y dirigida por Joaui.

Foto: Archivo El Litoral

Laura Osti

Cómo hablar de esas cosas que nos pasan a todos, todo el tiempo, y hacerlo de manera que parezca algo nuevo, o por lo menos, un poco más divertido que la previsible y aburrida cotidianeidad.

Agnés Jaoui, coguionista, directora y protagonista de “Háblame de la lluvia”, lo intenta con esta película que tiene un solo tema dominante: las relaciones entre los hombres y las mujeres, y, como subtexto relevante, las relaciones de poder en general.

Agathe (Jaoui) es una mujer de mediana edad, con perfil exitoso, independiente, feminista y en campaña política. Regresa durante unos días a su pueblo natal en el sur de Francia para tomarse un descanso y, de paso, ayudar a su hermana Florence (Pascale Arbillot) a ordenar las pertenencias de su madre, recientemente fallecida.

En la casa, además de la familia de la hermana, vive una asistente argelina, Mimouna (Mimouna Hadji), y su hijo, Karim (Jamel Debbouze), que decide realizar junto con su amigo Michel (Jean-Pierre Bacri), director de cine en decadencia, un documental sobre Villanova, como primer capítulo de una serie de películas que piensan hacer sobre mujeres exitosas.

El relato se va construyendo mediante una suerte de sucesión de viñetas o pequeños episodios, donde el humor está siempre presente, aunque no de manera directa, sino como una mirada amablemente tragicómica sobre estos personajes que no logran trascender más allá de la mediocridad, la insatisfacción y las realizaciones de corto vuelo, luchando siempre contra una invisible e inasible contrariedad, que no es más que la manifestación de sus propios boicoteos inconscientes.

El guión juega en un constante contrapunto, el anverso y el reverso entre lo que se dice y lo que se hace, entre la realidad y la fantasía, entre los deseos y las realizaciones, provocando un resultado donde los contrastes, en un clima de frescura, despiertan una sonrisa y hasta carcajadas en el espectador, que tendrá para elegir con quién sentirse identificado en cada situación.

Pequeños “milagros” expresivos

El don de Jaoui es tratar a todos los personajes con respeto y consideración, dándoles la oportunidad de decir lo suyo, para que ninguna versión resulte ni más aceptable ni más creíble ni más verdadera que la del otro. Y así poder mostrar cómo cada individuo debe hacerse cargo de su condición humana y de las circunstancias en que le toca vivir. Hacerse cargo, aunque no sin resistencias, de su felicidad o de su desdicha, en definitiva, lo que implica un largo aprendizaje que quizás nunca concluya o nunca arribe a una solución plenamente satisfactoria, ni mucho menos, que convenga a todos por igual.

También consigue captar esa suerte de desencanto de una generación que ha tenido acceso a una formación cultural e intelectual elevada, pero que sin embargo, no consigue despegar de lo más prosaico de una vida rampante, anónima y sin demasiadas posibilidades de proyectarse un poco más allá que las propias narices.

La película de Jaoui se empieza a disfrutar a partir de la primera media hora. Al comienzo es un poco deshilachada, pero después va tomando forma y creciendo en lo que es su fuerte: los detalles, esos pequeños “milagros” expresivos tragicómicos que son su sello de identidad y la clave de su gracia.

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MUY BUENA

“Háblame de la lluvia”

“Parlez-moi de la pluie”, Francia, 2008. Comedia dramática. Dirección: Agnès Jaoui. Guión: Agnés Jaoui y Jean-Pierre Bacri. Interpretación: Agnès Jaoui, Jean-Pierre Bacri, Jamel Debbouze, Pascale Arbillot, Guillaume de Tonquedec, Frédéric Pierrot y otros.Producción: Jean-Philippe Andraca y Christian Bérard. Fotografía: David Quesemand. Montaje: François Gédigier. Duración: 110 min.