En el corredor costero

Por lluvias y la crecida de ríos, cayó la ocupación de cabañas

La retracción, si bien no fue significativa, se sintió en el movimiento de la zona de la costa durante la primera quincena de enero. Por temor a las crecidas hídricas y las precipitaciones pluviales, los turistas esperan hasta último momento para hacer reservas y alquilan por día.

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Cabañas que esperan turistas. De acuerdo a las consultas realizadas, cayó la ocupación de unidades habitacionales en el corredor costero respecto del año pasado. La crecida de los ríos y las reiteradas lluvias impactaron en el movimiento turístico de la zona.

Foto: Archivo El Litoral

 

De la redacción de El Litoral

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La naturaleza le viene jugando una mala pasada al corredor costero sobre la Ruta Nº 1 -uno de los destinos turísticos más atractivos de la provincia- en lo que va de la temporada veraniega. De acuerdo a un sondeo de consultas realizado esta mañana, se ha registrado una leve caída en la ocupación de cabañas en toda la zona de la costa. Los motivos: la crecida de los ríos y las reiteradas precipitaciones pluviales, dos factores que despertaron el temor de los turistas, muchos de los cuales esperaron hasta último momento para hacer reservas o alquilar por día, a diferencia de años anteriores cuando se registraban plazas ocupadas con dos o tres meses de antelación.

“La ocupación hasta ahora no ha sido tan buena como la del verano pasado. Nosotros no tenemos problemas con la creciente del río, porque nuestra costa es barranca. Pero nos afectó más el cambio climático que la crecida del río: las lluvias inciden mucho en la concurrencia de turistas. La temporada no ha sido tan buena hasta ahora”, se lamentó a El Litoral Ángela Rolón, de Cabañas Cayastá.

Este complejo es uno de los más grandes de todo el corredor, con 182 plazas disponibles. “El último fin de semana la ocupación fue casi completa, pero notamos que ha habido un cambio en los movimientos de turistas respecto del año pasado. Podemos decir que no es una temporada muy buena, la del año pasado fue mejor. No obstante, tenemos la expectativa de que repuntará en el próximo mes”, se esperanzó.

Por día

Mirta, de Cabañas de Sol - en Santa Rosa de Calchines- estimó algunos porcentajes de esta merma en la ocupación: “En nuestro complejo, el año pasado (la ocupación de unidades) fue del ciento por ciento, y durante esta primera quincena cayó a un 80 %. Notamos que los turistas que vienen pagan por día, no hacen tantas reservas anticipadas, quizás por el miedo que infunde la imprevisibilidad del factor climático”, aseveró.

Desde Cabañas El Molino -también en Santa Rosa- se informó que la ocupación allí “está en un 95%. Pero nuestro complejo es un caso aparte -dijeron-. Pues tenemos entendido que en otras cabañas de la zona de la costa, hoy la ocupación está en un 50 % los fines de semana, y más baja aún durante los días de semana”.

“Lamentablemente ha caído la ocupación de cabañas en comparación con el año pasado, por la crecida de los ríos, por las lluvias recurrentes y por algunas negligencias de quienes quisieron habilitar cabañas en lugares anegables. También hubo responsabilidad de los medios, que informaron mal sobre la situación en el corredor costero, infundiendo temor en la gente que terminó optando por otros destinos para vacacionar”, expresaron.

En San Javier

“Nuestra ocupación en la primera quincena cayó poco, pero cayó: un 2 % en comparación con 2009”, estimaron desde Reserva del Solar, en la localidad de San Javier. Desde ese complejo se insistió en la tendencia: la gente esperó hasta último momento para alquilar, por temor a las lluvias y a la crecida del río. “El año pasado alquilaban con dos o tres meses de anticipación. Hoy nos llaman para reservas por día. Influyeron la crecida y las lluvias. Febrero no asoma como un buen mes, igualmente esperaremos a ver qué pasa”.


Una buena

Más optimista fue la visión de Ana, de Cabañas Paso del Tigre. “Pese a las inclemencias climáticas, hasta ahora tenemos una buena ocupación. Hoy estamos con el complejo lleno”, afirmó Ana. “La gente no canceló las reservas a pesar de las lluvias”, dijo, aunque admitió que “éstas no se vendieron tan rápido como en años anteriores. Esto indica que la gente esperó hasta último momento para venir, quizás por el temor de las lluvias y las crecidas. También notamos que los turistas no consumen tanto, en las proveedurías por ejemplo. Es un indicador de la crisis económica: la gente que viene cuida y racionaliza un poco más el dinero destinado para las vacaciones”.