Para un dulce momento

Tarta de almendras

Para comenzar, preparar una crema de almendras. Moler 120 gramos de azúcar con 120 gramos de almendras con una procesadora o una licuadora. Añadir 90 gramos de manteca en pomada y cuando esté todo bien mezclado, añadir un huevo batido, 15 gramos de almidón de maíz y una cucharadita de esencia de vainilla.

Extender un disco de masa de tarta de hojaldre sobre una superficie ligeramente enharinada, pinchar toda la superficie con un tenedor y poner sobre ella la crema de almendras, bien repartida, dejando libre un borde de unos dos centímetros.

Humedecer el borde que ha quedado sin crema con agua o con huevo batido, cubrir con otra plancha de tarta también extendida y picada con el tenedor. Sellar los bordes. La presión debe hacerse medio centímetro hacia adentro. Pintar la superficie con huevo batido. Poner encima un poco de almendra molida bien repartida y se espolvorea con un poco de azúcar moreno.

Colocar en el horno calentado a 200º y dejar durante una media hora o el tiempo necesario para que el hojaldre quede cocido y se vea con un color dorado. El azúcar y la almendra que se pone en la superficie, hace que quede una costra crocante y crujiente. Para conseguir un aspecto nevado, cuando se ha enfriado se puede espolvorear con azúcar impalpable.

Mousse de cacao dulce

En un bol poner cinco yemas con cinco cucharadas de azúcar. Batir hasta que la preparación esté bien espumosa. Mientras tanto, a baño maría derretir 200 gramos de manteca y 200 gramos cacao dulce hasta formar una pasta homogénea. Añadir a esto a las yemas mientras se revuelve suavemente. Batir aparte cinco claras hasta punto de nieve bien firme. Agregar, poco a poco, las claras a la preparación anterior, dando vuelta la pasta con una cuchara en movimientos envolventes para no restarle liviandad a la preparación. Ponga este preparado en pequeñas compoteras individuales y mantenerlas en un lugar fresco hasta el momento de servir. Acompañar con vainillas u obleas.

Tarta de manzana y flan

Esta es una tarta típica de la cocina británica y norteamericana. La masa y el flan que la rellena se cocinan por separado ya que de esta forma se pueden tener ambos componentes en su punto justo.

Para prepararla poner una taza de harina en un recipiente y echar en el centro dos cucharadas de azúcar, 100 gramos de manteca, una cucharadita de esencia de vainilla, una yema de huevo y una cucharadita de jugo de limón. Aplastar los ingredientes e incorporarlos a la harina hasta que todo se una en un bollo uniforme. Enmantecar y enharinar una tartera. Con los dedos también enharinados, recubrir la superficie del molde con la masa y aplastar hasta que quede de un espesor parejo. Al terminar este trabajo, retirar el excedente de los bordes y pinche la masa varias veces. Cocinar en horno caliente por aproximadamente 15 minutos hasta que la masa se vea levemente dorada. Para el flan, procesar dos tazas de la leche junto a dos huevos, una yema extra, cuatro cucharadas de azúcar y una cucharadita de esencia de vainilla (o si se desea, se puede optar por cualquier otro sabor). Untar con manteca un recipiente igual al utilizado para la masa. Colocar en el tres manzanas cortadas en octavos, de forma ordenada siguiendo un círculo. Verter allí el batido de flan. Cocinar a baño maría por 25 minutos hasta que esté firme. Dejar enfriar a temperatura ambiente. Ayudandose con un cuchillo para separar los bordes del flan y desprenderlo del molde, deslizarlo con cuidado hacia el interior de la tarta. Finalmente, preparar un crema chantillí liviana para decorar.