una crónica anticipada

Las razones del aumento de la carne, un escenario anunciado

El Colegio de Médicos Veterinarios emitió un comunicado en marzo de 2008 en el que denunciaba la destrucción de la producción ganadera provocada por las políticas agropecuarias orientadas a desplazar el ganado para consolidar el monocultivo de soja a gran escala.

 

Colegio de Médicos Veterinarios 1º Circunscripción

En aquel entonces” -comienza diciendo el comunicado- “nuestra institución advertía sobre la inminente falta de carne y leche producida en Argentina, con la consecuente baja de la oferta y el aumento del precio de estos productos -aumento que hoy sólo asombra al desprevenido-; pero al mismo tiempo, proponía algunas pautas de acción concretas para revertir la llegada del peor de los pronósticos. Hoy lamentamos comprobar que nuestro diagnóstico no fue tomado en cuenta, y tampoco nuestras propuestas, a pesar de que planteábamos con claridad la agudización del problema que se avecinaba”. A continuación, reproducimos el comunicado de 2008 para que usted saque sus propias conclusiones.

Consumo y exportación

Compartimos el criterio de que el pueblo argentino debe tener acceso al consumo de carne y leche a precios razonables. Para que esto sea sustentable, deberíamos revertir el círculo vicioso en el que estamos debido a las siguientes causas: baja rentabilidad para el productor de carne y leche, desequilibrio entre la rentabilidad de la producción agrícola y pecuaria, desigual distribución de las utilidades en las cadenas de comercialización.

Esta situación nos lleva inexorablemente a un callejón sin salida: desaliento en la producción, liquidación de vientres (matanza de hembras con capacidad reproductiva), consecuente disminución de la oferta de carne y de leche y, a la brevedad, una falta de los bienes mencionados, con aumento de precios, y sin posibilidades de saldo exportable.

Las consecuencias sociales son asimismo catastróficas. Con la destrucción de las producciones pecuarias y lecheras viene aparejada la expulsión de una enorme masa de trabajadores rurales y de las industrias y empresas asociadas en la cadena productiva en primer lugar, y especialmente, las pequeñas y medianas-, y una consecuente concentración poblacional de sectores expoliados en los márgenes de los centros urbanos. La desintegración política del territorio nacional es el correlato de la desarticulación productiva e industrial de ese conjunto heterogéneo y desigual englobado de modo incorrecto bajo el denominador común “campo”, y castigado sin distinciones de clase ni de actividad, en pos de la consolidación del modelo agroexportador y financiero. Por último, la brecha que separa a quienes más poseen de los estratos sociales más despojados se amplía de modo creciente.

La calamidad ecológica que involucran las medidas de gobierno (realizadas por acción o por omisión) que hacen de la agricultura a gran escala la única actividad rural rentable no puede pasar desapercibida. La contaminación y el empobrecimiento de los suelos y del agua son resultado directo de la estrechez de miras con que se administran los recursos de hoy hipotecando el mañana.

Ciclos naturales

Los profesionales de las Ciencias Veterinarias consideramos que es preciso revertir este estado de cosas que halla en las “retenciones” no diferenciadas sólo la gota que rebalsa el vaso. Si se alentara a la producción primaria, se propiciaría la retención de vientres y aumentaría la producción, por lo que habría mayor oferta, y por lo tanto precios razonables y sostenidos para el mercado interno. Y además, habría mayores posibilidades de exportación. Estas medidas tienen carácter urgente, ya que los períodos de producción que dependen de los ciclos naturales de la cría de animales demandan años de trabajo e inversiones sostenidas y, en consecuencia, las unidades productivas desmanteladas hoy son difícilmente reestructuradas.

Creado el ambiente propicio sugerido, la profesión veterinaria está capacitada y dispuesta tanto a contribuir en el desarrollo de políticas agropecuarias orientadas a revertir las desigualdades generadas y promover el bienestar de la población en su conjunto, como así también a aportar soluciones técnicas para hacer más eficientes la producción primaria y la comercialización.

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“Hoy lamentamos comprobar que nuestro diagnóstico no fue tomado en cuenta, y tampoco nuestras propuestas, a pesar de que planteábamos con claridad la agudización del problema que se avecinaba”

Méd. Vet. Onofre Drivet

Presidente Colegio de Veterinarios

1º Circunscripción

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Desplazamiento. Para los veterinarios de Santa Fe, la destrucción de las producciones pecuarias y lecheras viene aparejada la expulsión de una enorme masa de trabajadores rurales y de las industrias.

Foto: Archivo