ESCUELA AGROTÉCNICA Nº 487

Alumnos de Malabrigo también aprenden en vacaciones

Participan de un concurso propuesto por un semillero. Trabajan con la incorporación de distintas variedades de fertilizantes. Los propios alumnos, supervisados por docentes, debieron tomar las decisiones correspondientes y ahora monitorean el desarrollo del cultivo.

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Vocación. Los alumnos de 5to año continúan con el proceso de control del ensayo de soja propuesto por un semillero.

Foto: Sergio Fabris

 

Campolitoral

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Un grupo de estudiantes de la Escuela Agrotécnica Nº 487 de Malabrigo decidió este verano resignar “una partecita” de su período de vacaciones para plegarse a un concurso propuesto por un semillero. El mismo consiste en la siembra de soja para comprobar el impacto de determinados fertilizantes y en tomar muestras de suelo para establecer el poder germinativo de la semilla.

Sergio Fabris, quien integra el cuerpo docente de la institución malabriguense, recordó que la propuesta provino del semillero Nidera y detalló que se basó en la incorporación de una variedad de soja que se sembró y se trató con tres tipos de dosis de fertilizantes distintos. Asimismo, recordó que son alumnos que este 2010 van a cursar el último año.

Una vez embarcado en el proyecto, el grupo seleccionó como espacio físico para desarrollarlo al campo de uno de los chicos. Si bien la idea inicial era utilizar terrenos pertenecientes a la escuela, los tiempos no dieron y se debió buscar esa alternativa.

A su vez, la decisión de llevarlo a la práctica fuera del ciclo lectivo obedeció pura y exclusivamente a las exigencias del cultivo. Es que, en el caso de la soja, una gran parte del proceso productivo se realiza fuera de la época de clases.

“El año pasado habíamos charlado el tema del concurso y los chicos se comprometieron a recorrer el predio elegido por turnos, cada 7 ó 10 días, para hacer un relevamiento y el monitoreo del cultivo”, relató el docente, que actualmente dicta ocho materias en la Agrotécnica de la ciudad norteña, fundamentalmente aquellas que están más orientadas a la producción de granos y al manejo de maquinarias.

Entre otras tareas, el grupo de alumnos debió tomar muestras de suelo y realizar los análisis pertinentes de las semillas para verificar su poder generativo. Desarrollar, en definitiva, un procedimiento estructurado del proceso productivo. Para el docente, este tipo de iniciativas impacta positivamente en la formación de los jóvenes porque “en esta zona el productor no está demasiado acostumbrado a planificar y anotar todo”.

Como hombres de campo

—¿Costó entusiasmarlos?

—No. Yo pensé que iba a se más complicado; pero, no, la verdad es que no”.

Fabris no dudó al reconocer el alto grado de compromiso puesto de manifiesto por sus alumnos en el proyecto encarado y destacó la importancia que deriva del acompañamiento brindado desde la propia escuela.

En buena medida, la relevancia de este trabajo extracurricular es que toma contenidos que los alumnos tendrán que abordar a partir del inicio del ciclo lectivo. Nosotros “estamos formando prácticamente técnicos agropecuarios, la idea es que tengan la capacidad de dirigir un proceso productivo y de tomar decisiones”, remarcó Fabris. De ahí que a la mayoría de las disyuntivas presentadas (la manera de sembrar, la cantidad de fertilizante a utilizar, entre otras) las tuvieron que resolver los propios alumnos, obviamente supervisados de cerca por los docentes.

“Si bien a los chicos los moviliza el concurso, nuestra idea es que ellos aprendan a desarrollar el proceso de producción, lo lleven adelante, experimenten todo el trajín que vive el hombre de campo y que vayan haciendo justamente todo el control del proceso productivo”, concluyó el profesor.


Sumar recursos

“La idea nuestra, ahora que tenemos edificio propio es desarrollar las posibilidades que tengamos y aprovechar los recursos que vamos teniendo a partir de los proyectos del Inet”. Ésa es, según el docente Sergio Fabris, la premisa que guía el trabajo de la Escuela Agrotécnica de Malabrigo. “Por ejemplo, hay muchos elementos para tomar muestras de suelo que fuimos adquiriendo con proyectos del Inet” aseguró. Sin embargo, el principal motor del trabajo del establecimiento está dado en el cotidiano intento de superación impuesto por el cuerpo docente, sumado a una postura de “hacer partícipes a los chicos de esas ganas”.