cansados de la inseguridad

Los Ángeles pide desmalezamiento

Al norte de la ciudad, muy cerca del hospital Sayago, los vecinos piden atención del municipio. Dicen que por la altura de los yuyos y la falta de iluminación se incrementaron los hechos delictivos.

De la redacción de El Litoral

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Detrás del hospital Sayago, hacia el este, está el barrio Los Ángeles. Entre yuyos altos y escasa iluminación, los vecinos son víctimas frecuentes de hechos delictivos. El punto más conflictivo es Larrea y Aguado, esquina por la que los vecinos evitan transitar.

“Es una de las pocas salidas del barrio pero allí hay gente que se esconde entre los yuyos, se droga y roba a los que pasan”, dijo Gerardo Moreyra, vecino de la zona preocupado por “la sucesión de hechos de inseguridad: ya ha habido una muerte y muchas violaciones”, precisó.

A su lado, Celia Almirón acotó otro lugar peligroso: la plaza que está en Arenales entre French y Matheu. “Además de que los juegos están rotos, no la desmalezan hace tiempo. No tenemos una salida segura del barrio porque se esconden entre los yuyos para robarnos”.

A pesar de los reclamos, los vecinos no encuentran respuestas en la vecinal de la zona, ni tampoco en el municipio. “Estamos muy preocupados, acá hay un total abandono, ni siquiera entra la policía”, dijo Moreyra.

También reclaman por un mejor servicio de transporte. “Tenemos que caminar varias cuadras hasta llegar a las avenidas (Blas Parera o Peñaloza) para tomar un colectivo”.

Obras

Muy cerca, el municipio está llevando adelante una obra importante en la zona para mejorar el acceso al hospital Sayago y al Laboratorio de Fármacos de la provincia. Los trabajos apuntan a convertir el tramo que va de Blas Parera a Arenales en un bulevar y demanda una inversión de 3.200.000 pesos, aportados íntegramente por el municipio.

Aunque beneficiará también uno de los accesos a Los Ángeles, los vecinos reclaman en lo inmediato tareas más simples: que corten los yuyos y que refuercen la iluminación para mejorar la seguridad en la zona.

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De día, los chicos juegan al fútbol entre el matorral. Cuando baja el sol, el lugar descuidado sirve de escondite a quienes cometen hechos delictivos.

Foto: Amancio Alem