Al margen de la crónica

Zapatero a tus zapatos

Felizmente, en los últimos días, la presidenta ha abandonado las constantes alusiones al reino animal que fueron tan frecuentes no hace mucho. Primero fue el cerdo y sus efectos afrodisíacos; luego el pollo, que a su juicio alguna virtud tiene para combatir el colesterol malo; después se ocupó de los buitres, bicho maula si los hay, haciendo una analogía con algunos humanos que habitan el ancho mundo de las finanzas y que, aprovechándose de nuestra ingenuidad, se quedan con la “tajada gorda” sin hacer nada. Finalmente, llegó el tiempo de los vacunos -novillos, vaquillonas, terneros y vacas- cuando el aumento del precio de la carne fue -y es- para el gobierno casi una catástrofe.

En ese momento, la señora atribuyó la responsabilidad por aumento a los productores ganaderos, que -dijo- favorecidos por las últimas lluvias tenían más pasto en sus campos, retenían por más tiempo la hacienda para que engorde y así obtener una ganancia mayor.

Hasta para el menos avisado queda claro que la presidenta conoce muy poco -o nada- sobre el tema. Alguien debió avisarle que todo lo que ella dijo -con apenas algunos matices diferenciales- es el fin último del negocio ganadero, ni más ni menos. No sólo que esa conducta no merece reproche alguno, sino que Cristina debería felicitarlos por lo que hacen: asegurarse que el producto que llega al consumidor sea el mejor.

Seguramente ahora, sobre la base de sus conocimientos, se adoptarán medidas tendientes a bajar el precio de la carne, tarea que dejarán en mano del inefable Guillermo Moreno, lo que garantiza que si hasta acá la cosa estuvo complicada, en adelante todo será mucho peor.

Señora presidenta: por favor, en beneficio de todos y sobre todo del suyo propio, dedíquese en adelante sólo a los negocios inmobiliarios (en El Calafate quedan todavía zonas vírgenes para explorar) en los que, junto al príncipe consorte, ha demostrado probada eficacia, y el Banco Central siempre tendrá para ustedes un par de millones de dólares disponibles para hacer más acogedor su lugar en el mundo.