estudio de la bolsa de comercio de santa fe

La Argentina con serio riesgo de inflación alto para este año

El piso es del 20 % y el techo se ubica en el 30 %, según el trabajo del Centro de Estudios y Servicios de la entidad que se basa en informes de consultoras y del FMI. Llamado a las autoridades a tomar las medidas para hacer frente al alza de precios.

 

De la redacción de El Litoral

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www.bcsf.com.ar. link Informes especiales del Centro de Estudios y Servicios

“Argentina podría convertirse en el país con mayor inflación del mundo en 2010 y los factores que impulsan el alza de los precios internos no están simplemente relacionados a una coyuntura inmediata”, es la advertencia que realiza el último informe elaborado por el Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, que coordina Fabio Arredondo.

El trabajo se titula “Argentina: riesgo inflacionario para el 2010, referencias y perspectivas” y hace notar que en los últimos años “la evolución de los indicadores que alertaban el problema de la inflación no fueron tomados en consideración por la autoridad económica. Si no se revierte esta tendencia, Argentina podría convertirse en el país con mayor inflación en el mundo durante el presente año”.

En las conclusiones del trabajo, se alerta que “nuevamente se están subestimando los componentes culturales y estructurales que facilitan que nuestra economía sea propensa a contraer problemas inflacionarios. Además, se han sumado algunos agravantes concretos. Primero que algunos sectores productivos sensibles, particularmente el lácteo, el granario y el cárnico, han disminuido su posibilidad de hacer frente a la demanda debido al efecto acumulado por las políticas desfavorables de los últimos años. Al mismo tiempo, las cuentas públicas se han desequilibrado (especialmente a escala provincial y municipal); ha disminuido el superávit comercial; y prolifera un creciente número de desencuentros políticos/institucionales. A nivel social, los argentinos ya han interiorizado el malestar que provoca la inflación actual y esto se ha trasladado a desordenadas renegociaciones salariales que, con el objetivo claro de mantener el poder adquisitivo, aceleran la escalada de precios. En síntesis, creemos que resulta un momento más que oportuno para reconocer lo que está sucediendo y tomar las medidas concretas que sean necesarias antes de que sea demasiado tarde”

Fenómeno crónico

El trabajo recuerda que en nuestro país “las décadas de los ‘70’ y los ‘80 estuvieron signadas por instancias de hiperinflación tan particulares que le han valido a nuestra economía para ganarse un lugar privilegiado en de los libros de texto académico. El neoliberalismo económico de los ‘90 disipó las espirales inflacionarias por más de una década, por un lado, pero por otro tuvo consecuencias negativas en la estructura productiva y económica del país. Las privatizaciones y el proceso de descentralización del Estado marcaron el camino. Se implementaron dos medidas que permitieron experimentar 12 años de estabilidad en materia de precios: el establecimiento de una paridad fija y legalmente inviolable entre el peso argentino y el dólar norteamericano y, un saneamiento de las cuentas públicas del Estado Nacional a partir de una disminución abrupta de su participación dentro de la economía”.

Después señala que “entre septiembre de 1998 e igual mes de 2002 se fecha la recesión más prolongada que el país sufriera en el término de varios decenios. Sin embargo, hasta último momento de la fase contractiva, el tipo de cambio y los precios se mantuvieron inmóviles. En 2002, se flexibilizó el valor de la moneda aprovechando el empuje proveniente de la economía internacional. Esta medida propulsó los precios internos un 120 %. En 2003, la economía se expandió con fuerza gracias a la gran capacidad ociosa que dejaba la crisis, y los precios se estabilizaron”.

Ya en 2004, Argentina presentó una tasa anual de inflación del 7,2 % que se mostró en línea con el promedio latinoamericano (6,6 %) y, muy parecida al de los restantes países emergentes. En los dos años siguientes, siguió el crecimiento pero la inflación superó una vez más la barrera del 10 % anual. “Lo importante es que el alza de los precios era moderada y lo que se discutía era un leve trade off entre crecimiento e inflación. La política económica estuvo marcada por un aumento creciente del gasto público, y se recurrió a formas heterodoxas de control inflacionario a través de la fijación de precios máximos, presiones políticas hacia sectores clave de la economía, y un paquete creciente de subsidios distribuidos arbitrariamente por el gobierno nacional”.

En el 2007, los países desarrollados continuaron mostrando tasas de inflación en torno al 2 % anual. Los emergentes, cercanas al 6 %, con la salvedad de la Comunidad de Estados Independientes y Medio Oriente, donde algunos de sus miembros comenzaban a tener problemas para controlar los precios.

Punto de inflexión

El trabajo menciona que a partir de entonces, la Argentina empezó a desconfiar del Indec por las intervenciones del gobierno. En el 2007, el indicador oficial que se utilizaba para conocer la evolución de los precios internos minoristas a nivel nacional, el IPC de Gran Buenos Aires elaborado por Indec, arrojó un 8,2 % de inflación anual. Para la mayoría de las instituciones privadas el índice rondó el 26,4 %. “En este período, las presiones provenientes de los retrasos tarifarios se intensificaron y los subsidios cobraron una magnitud importante. Se incrementó la tensión tributaria sobre el sector agropecuario y disminuyeron los márgenes de ganancias que ya se veían perjudicados por un mayor costo interno de los insumos. Esta situación plantea una contradicción con el discurso político en pro de la inversión y el desarrollo de la economía cuando, en la práctica, abunda en desincentivos a expandir la oferta productiva. Además, nuestros principales commodities de exportación comenzaron la recta final de una burbuja ascendente de precios sin precedentes en el mercado internacional, que alcanzó su punto máximo en 2008 en pleno conflicto del gobierno con el campo; y esto también comenzó a generar efectos internos”.

En 2008 “la inflación superó el 22 % anual pero la desaceleración de la actividad económica mundial disipó parte de su crecimiento. En el mundo, una recesión suele estar acompañada por una baja generalizada de precios; como mínimo por una disminución pronunciada en la velocidad de cambio. Esto fue precisamente lo que sucedió en la mayor parte de las economías avanzadas durante 2009”.

Tasas de inflación anual.pdf

Alarma

¿Qué sucedió en la Argentina en el transcurso de 2009, año recesivo a escala mundial?, se pregunta el trabajo. La respuesta es que “la crisis sirvió, de alguna manera, para amortiguar la espiral creciente de precios y la tasa de inflación anual cayó al 15.7%. En base a los datos publicados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) la cifra nos ubica en séptimo lugar como país con mayor inflación en todo el mundo durante 2009, después de la República Democrática del Congo (39.2%); Venezuela (29.5%); Ghana (18.5%); Ucrania (16.3%); Egipto (16.2%) y Pakistán (20.8%).

“ Por otra parte, las estimaciones para 2010 pronostican una tasa de inflación anual para estos países por debajo del 20%.

“En Argentina, las expectativas de inflación para 2010 se inician en un piso del 20% y alcanzan hasta un 30%.”, afirma.