La novela Maradona-Riquelme siempre sigue

Se viene “Botineras” (parte II)

Riquelme volvió a hablar de su renuncia a la Selección Argentina. Y Alejandro Mancuso, ayudante de campo de Maradona, salió al cruce. La verdad, ya cansan.

Se viene “Botineras” (parte II)
 

Darío Pignata

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Que acostumbrado a los “mimos” de Carlos Bianchi primero y a los de Alfio Basile después, nunca le gustó que Maradona lo tratara como uno más, tal como pasó con Pellegrini en el Villarreal. Que nunca le gustó cómo lo fueron a Basile de la Selección y “cómo” llegó Maradona por la misma puerta. Que siempre pensó que “le debía algo” al propio “Coco”, quien lo resucitó con la “10” de la Selección Argentina cuando el chileno lo tenía colgado en el club español. Que Juan Marcos Franchi, su actual representante y ex de Diego, “le llenó la cabeza”, como dijo el mismo Maradona. Que un hermano de Riquelme “se cruzó” con una de las hijas de Maradona. Que Juan Román explotó una siesta, tirado en la cama, viendo “Estudio Fútbol” y escuchando cómo Martín Arévalo —periodista de TyC que sigue a todos lados a la Selección Argentina— comentaba que “Maradona le había mandado mensajitos de texto a varios jugadores del plantel” y él, claro está, no había recibido ninguno.

Así, podríamos llegar a 2010 suposiciones, rumores, hipótesis, trascendidos, etc. de cuál fue la ruptura Maradona-Riquelme. Claro que aquella frase de Diego en medio de la crisis por las Eliminatorias bien no le cayó al “10” histórico de Boca: “Riquelme me sirve si está bien físicamente. Si no puede sacarse un hombre de encima, no me sirve”. Al toque, la famosa conferencia de prensa de Juan Román y su sentencia: “Me muero por jugar con la camiseta de la Selección y me va a doler mucho ver un Mundial por la tele y los partidos por las eliminatorias. Pero no nos manejamos igual con el técnico de la Selección, y así no podemos trabajar juntos. Se termina la Selección para mí. Las cosas no están claras, me entero por TV qué es lo que opina de mi estado físico, en qué posición quiere que juegue y en cuál no. Es evidente que yo no tengo los mismos códigos que él”.

Y como tercer capítulo, el cierre del DT: “Riquelme tomó una decisión desacertada y me deja una tristeza muy grande. Pero no me puedo poner a llorar. Me gustaría hablar con él. No entiendo la conferencia ni la falta de códigos. Creo que no me lo merezco. Pero ojo: yo no me peleé con Román”. Luego, cuando fue ganando en calentura, algo que a Diego no le cuesta demasiado, Maradona fue contundente: “Un jugador que renuncia a mi Selección no vuelve más”.

Dos tipos complicados

Comparar lo que Maradona ganó como futbolista con lo que ganó Riquelme es una obscenidad periodística. Pero en esta novela, uno —Diego— es técnico y el otro —Román— era una de las figuritas más repetidas. A Riquelme nunca le cerró cómo y por qué se fue Basile. Tampoco cómo y por qué llegó Maradona. Y Diego, de muy buena relación con “Coco” de toda la vida, “le hizo la cruz” al técnico que trajo Vignatti y aguantó Darrás en Colón con aquella famosa foto en la pileta caribeña tomando sol y daikiri con Guillermo Cóppola. Conclusión: los dos, que siempre se tiraron flores cuando uno jugaba y le regalaba la camiseta al otro que estaba en un palco en La Bombonera, iniciaron esta relación Maradona (DT)-Riquelme (jugador) con grandes prejuicios.

“Éste me a medir distinto porque yo soy amigo de Basile”, por un lado. “Éste me va a buscar cualquier cosa para saltar porque es amigo de Basile”, del otro.

Si el camino era de rosas, podían convivir. Pero el camino se llenó de espinas en medio de las Eliminatorias: Maradona cuestionado, los resultados no llegaban, el equipo jugaba mal y Riquelme no pesaba. Entonces, llegó la frase: “Riquelme me sirve si está bien físicamente. Si no puede sacarse un hombre de encima, no me sirve”. Y el hilo, débil, se cortó por lo más delgado.

Misión imposible

Cuando la Argentina perdió y fue bailada por Brasil en Arroyito, una alta fuente de AFA me dijo ese mismo día en Rosario: “Grondona tomará dos decisiones y obligará a Maradona: 1) volver a jugar de local en River; 2) citar a Riquelme”. La primera se dio, la segunda no. Es que si Maradona-Riquelme es choque de pesados, Maradona-Grondona es de superpesados. Y empezó la guerra de barquitos para ver quién se hundía, como cuando Maradona amenazó: “Si se va Mancuso, se va Bilardo”. Y cuando deslizó: “Ellos (por los dirigentes) quieren a Riquelme, yo quiero a Ruggeri”.

Más allá de quienes toman partido para tal o cual posición, existen hoy algunas verdades irrefutables desde el aspecto futbolístico:

— Juan Román Riquelme no tiene hoy nivel de Selección.

— En el club de los 100 que armó Maradona, llamando jugadores a granel para probar de cara al Mundial, varios no pueden ni siquiera atarle los botines a Riquelme.

Es cierto que hoy por hoy Riquelme no puede jugar en la Selección por su nivel. Pero tampoco tiene nivel Palermo para un Mundial y sin embargo Diego lo va a llevar igual a Sudáfrica. Entonces, hay una zona muy fina por la cual se camina en este tipo de cosas.

“Con este técnico no puedo trabajar”, volvió a explicar Riquelme. Claro que el “10” de Boca no va más allá y la deja picando. Siempre tuve en claro, desde aquella renuncia de Redondo a Bilardo, que “el jugador que no quiere estar en la Selección por el motivo que sea, no debe estar”. Porque a la camiseta hay que sentirla. Si en definitiva, comparado con los contratos galácticos que ganan en los clubes, los viáticos y los premios por ponerse la celeste y blanca son un vuelto.

El choque de dos pesos pesado que arrancaron la versión 2000 con prejuicios terminó como tenía que terminar. Ninguno de los dos resignó algo a favor de la Selección Argentina. No les nace y tampoco ayuda el entorno de cada uno. Franchi, Basile o Bianchi no le dicen a Riquelme que hable con Diego. Mancuso tampoco le dice a Maradona que hable con Riquelme. Bilardo es un cuadro y para Grondona siempre todo pasa. Ahora, se viene el Mundial. Y después del Mundial, con Maradona-Riquelme, Sebastián Ortega tendrá argumentos para llevar a la pantalla chica “Botineras... Segunda parte”.

Es cierto que hoy por hoy Riquelme no puede jugar en la Selección por su nivel. Pero tampoco tiene nivel Palermo para un Mundial y sin embargo Diego lo va a llevar igual a Sudáfrica.

“Hay que alentar... hay que alentar... estamos todos... no llamen más...”.

Cantito de los jugadores argentinos

En obvia alusión a la convocatoria de Riquelme

“El tema está cerrado”

Alejandro Mancuso, ayudante de campo y hombre de confianza de Diego Maradona, aseguró que el estratega de Boca Juan Román Riquelme “dejó de estar en los planes” del cuerpo técnico desde que “se bajó” del equipo en el momento en que se jugaban “la cabeza” en busca de la clasificación al Mundial de Sudáfrica.

Tras nuevos dichos de Riquelme, en los que reiteró que “con Maradona no podemos trabajar juntos”, Mancuso salió al cruce y señaló que la puerta para el diez xeneize en el seleccionado está cerrada hace rato, y enfatizó: “Hubo jugadores que se jugaron el resto que tenían adentro”.

“El tema de Riquelme está cerrado hace rato. Diego le tenía mucho afecto como futbolista. Cuando asumimos, el planteo estaba pensado alrededor de él. Sin embargo, cuando le dijo que no a la selección, nunca más apareció en nuestros planes”, dijo Mancuso en declaraciones al canal América.

Terminante fue el ex volante central, y remarcó: “Riquelme le dijo que no a la selección, cuando nosotros nos estábamos jugando la cabeza”.

Además, Mancuso hizo mención a la relación del cuerpo técnico con el mánager Carlos Bilardo, y consideró que están todos muy tranquilos porque el único objetivo es el Mundial.

“Estamos en un momento de mucha tranquilidad entre nosotros, porque tenemos un solo objetivo que es el Mundial, estamos bien y con toda la fuerza unida. No tenemos otra alternativa en un momento muy especial para el fútbol argentino”, dijo el ex jugador de Vélez y Boca, entre otros equipos.

“Nuestra mentalidad está puesta en el plantel que tenemos. Sin lugar a dudas, la Argentina será protagonista en el Mundial”, concluyó Mancuso.