Señal de ajuste
Llegaron los días malos
Roberto Maurer
Si en otros tiempos la gente buscaba espiritualidad en las iglesias, hoy mira “Lost”. Mientras los intrincados enigmas de la isla ya alcanzan un estado de descomposición, se ha lanzado una serie señalada como su sucesora, o sea dirigida a ese público ávido de sensaciones abismales, aunque no existe unanimidad, ya que algunos fanáticos de “Lost” se resisten a aceptar al nuevo producto: no cambian de religión. Los martes a las 22 la señal AXN acaba de estrenar “FlashForward”, que se escribe todo junto y con una mayúscula en el medio, ¿por qué no?
Se parte de un desmayo universal y simultáneo de 2 minutos 17 segundos de duración. En todo el mundo, la gente es sorprendida por el fenómeno, que provoca el caos y con víctimas, en tanto quienes conducían su auto a 200 km por hora difícilmente hayan salido vivos. La humanidad despierta en medio de la confusión, se trata de un cataclismo sin explicaciones, y quien empieza a buscarlas es Mark Benford (Joseph Fiennes), agente del FBI y alcohólico recuperado, casado con la cirujana Olivia (Sonya Walter, ya conocida en “Lost”), padres de una nena que, cuando despierta después del desmayo general, sentadita en la cama, dice: “Tuve una pesadilla, soñé que ya no habría días buenos”.
UN DÉJÀ VU AL REVÉS
Durante la pérdida de conocimiento, cada uno experimentó un flashforward (la expresión sería originaria de “Lost”), o recuerdo del futuro, o déjà vu invertido: todos se vieron a sí mismos seis meses después, el 29 de abril de 2010 (la serie comenzó a emitirse en la temporada 2009 de la televisión norteamericana). En ese momento, se oye decir, siete mil millones de personas vieron su futuro, y algunos interpretaron el fenómeno como una señal de Dios, así como otros lo vivieron como un premio o un castigo.
Hay quienes se inquietan, y es el caso del compañero de Mark, que no tuvo ninguna visión, y que, por lo tanto, supone que morirá en los próximos seis meses. “Tal vez podamos resolver tu muerte antes de que ocurra”, lo tranquiliza Mark, pero ¿podrán? ¿Así de fácil, modificar el continuo espacio- tiempo? ¿Otra vez la vieja confrontación entre libertad y determinismo? Al fin, no es tarea de los hombres de ciencia, en otro tiempo lo fue de Erasmo y Lutero, y ahora pertenece a los guionistas de la tele.
En su flashforward, Mark se ve a sí mismo empinando el codo, es decir que volverá al trago. Su esposa Olivia se resiste a contar su visión, hasta que habla: se ha visto con otro hombre, un desconocido, a quien ama apasionadamente en el sueño. Horrorizada, le asegura a su esposo que “no podría amar a otro”. Al final del primer capítulo, al “otro”, el desconocido de la visión de Olivia, lo reconocemos en un señor buen mozo que aparece en el hospital donde internaron a su hijo, a quien ella atiende.
OPERACIÓN MOSAICO
En las primeras investigaciones, los flashforwards comienzan a ser cruzados, y resultan coincidentes y complementarios. En su visión, Mark Benford se ha visto como investigador del misterio, recopilando las piezas de un rompecabezas global: los sueños de cada ser humano, en un operativo que se llamará “Mosaico Colectivo”.
Y un dato estremecedor, al cierre del capítulo inaugural. “Mire jefe”, le dice a Mark una empleada que estudia en un monitor las imágenes de las cámaras de seguridad que siguieron grabando mientras la humanidad yacía estúpidamente en el suelo. En un estadio de Detroit, en la imagen inmóvil de miles de personas tendidas en las tribunas, alguien se mueve, y se lo ve desaparecer caminando. Ya sabemos que hay un enemigo, y también un canguro que, sin explicaciones, corre por las calles de Los Angeles, en medio de la catástrofe.
Hay una intriga bizantina, amenazas conspirativas, la humanidad en peligro, acaso algún mesías, culpa y redención, es decir, los componentes más vistosos de un producto elevado que, eso sí, en su trascendencia, no puede dejar de lado el siempre indispensable drama doméstico propio de la telenovela: la historia por venir del protagonista que vuelve a la botella y de la esposa que le pone las guampas.
