Unión tendría que haber ganado por goleada y en la última jugada le empataron: imperdonable

Es tan viejo como el fútbol: goles errados, goles sufridos

El Tate dispuso de cinco jugadas claras, mano a mano, para aumentar la ventaja ante un rival mediocre. Hubo autocrítica, pero los jugadores deben saber que el resultado de todo el esfuerzo que hacen, se refleja en la cancha y por los puntos.

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Otra vez fue impresionante el marco de público que tuvo el 15 de Abril. Gran respuesta del hincha tatengue, que viene acompañando notablemente la campaña del equipo.

Foto: Pablo Aguirre

 

Enrique Cruz (h)

Rosales, el Coqui Torres y Cólzera no deben querer hoy recordar lo de anoche. En realidad, nadie en Unión se pudo haber ido tranquilo de la cancha por esos dos puntos que increíblemente se dejaron escapar en la última jugada, cuando Flavio Márquez hacía jugar —para mí, inentendiblemente— el ¡cuarto! minuto de descuento.

Unión desperdició una gran oportunidad de escalar y achicar diferencias en la tabla, pero, además, el resultado dejó “heridas” en el grupo. Ya las declaraciones post-partido mezclaron autocrítica con reproche. No está mal que así sea, pero sólo va a servir en la medida en que esto acabe por fortalecer la respuesta futbolística del equipo. O sea, que se hable de que empataron el partido porque “estuvimos pelotudeando”, o, hace unos días atrás, cuando Matías Donnet mencionó la “falta de personalidad para jugar de visitante”, será útil en la medida en que Unión se decida de una vez por todas a romper barreras en este torneo. Y una de ellas es la de empezar a conseguir puntos afuera, donde la producción —futbolística y matemática— descendió a niveles peligrosos.

Lo de anoche no tiene explicación. Unión ganaba bien, tenía enfrente a un equipo sólo discreto y que no lo atacaba, la cancha llena, la derrota de los sanjuaninos el jueves... No sólo que estaba todo dado para ganar sino también para gustar y golear. O por lo menos golear, asegurando un resultado por el que había hecho mucho mejor las cosas que el rival. No había ninguna objeción al triunfo parcial de Unión, sólo que la diferencia era muy estrecha y peligrosa. Es cierto que Ferro no atacaba, pero también es verdad que Unión desperdiciaba situaciones increíbles, de esas que se erran debajo del arco o, como se dice en la jerga futbolera, “son más fáciles hacerlas que errarlas”.

Cuando esto pasa, la gente se impacienta y con razón. ¿O acaso algún futbolero no sabe que cuando se erran goles en el arco rival se sufren en el propio? Y esto se dio anoche con un Unión que lo padeció bebiendo de su propio veneno: sufrió un gol en tiempo de descuento, en la última jugada que tenía Ferro para llegar a un empate tan festejado por ellos como inmerecido y doloroso para Unión.

De las que recuerdo —ni ganas de repasar los apuntes quedan— hubo dos de Cólzera antes de su salida, dos de Rosales (una de “palomita” parece mentira que no haya entrado) y un mano a mano del Coqui Torres en el que, por el esfuerzo, terminó lesionado y jugando en inferioridad física los minutos que faltaban para el final. Cinco situaciones sólo apelando a la memoria. De no creer.

Es tan viejo como el fútbol: goles errados, goles sufridos

De muestra vale un botón. Rosales cabecea en palomita un centro desde inmejorable posición y la pelota saldrá desviada junto al palo derecho.

Foto: Pablo Aguirre

Unión había sido superior a un equipo que patea sus mediocridades. Ni Ferro en Santa Fe, ni la CAI (por más que ayer ganó en Rosario) ni Tiro Federal, le pueden sacar tantos puntos a Unión como lo hicieron. Es imperdonable para un equipo que a base de entrega, sacrificio, firmeza, garra y compromiso, había llegado al segundo puesto de la tabla y a colocarse en posición de ascenso directo al cabo de la primera mitad del torneo. ¿Qué quedó de aquél Unión?, ¿qué le está pasando al equipo?, ¿por qué ya no suceden aquellos “milagros” de la primera rueda?, ¿cómo se explica que un rival francamente inferior como el de anoche le pueda amargar la fiesta a los 14 o 15.000 hinchas que había en la cancha?

¿Cómo puede ser que la CAI lo haga figura a Limia, creándole 10 ó 12 situaciones de gol o que Ferro le convierta 2? Se perdió la solidez defensiva de los primeros tiempos. Y en ese bajón se ejemplifica lo que ocurre con el resto. Salvo Donnet, que está mejor que en el principio, y Calgaro (un relojito por regularidad), del resto no se puede decir que estén a la altura de lo que se espera. ¿Es Saucedo el mismo de la primera rueda?, no. ¿Es Cólzera el mismo?, tampoco. Y además, Cólzera debe entender que a la gente no se le falta el respeto, que él tiene que de dedicarse a jugar, que es lo que sabe y lo hace, si quiere, bastante bien. Pero no tiene que estar pendiente de lo que la gente le grite. Y mucho menos reaccionar de la manera injustificable que lo hizo (menos mal que se arrepintió y se lo hizo saber con gestos a la platea).

Sigamos con los interrogantes. ¿Es Torres el mismo?, no; hasta perdió la titularidad. ¿Es Guerra el mismo?, tampoco; y además, lo persiguen las lesiones y el equipo lo siente mucho más allá de que Pratto es de los que integra el reducido grupo de aquellos que dejan todo en la cancha, aunque su esfuerzo se nota más afuera que adentro del área, lejos del hábitat natural de los delanteros.

“Boludear” adentro de la cancha es, como autocrítica, una aseveración muy fuerte. Pero como lectura de la realidad, es muy peligroso y reprochable. Los 90 minutos de un partido representan el esfuerzo, el sacrificio pero también el resultado de un trabajo. Es el principal momento en el que se debe mostrar profesionalismo, aptitud, actitud, coraje y ambición. Y esto va más allá de ganar, perder o empatar un partido. Porque también se puede dejar todo en la cancha y perder, como por ejemplo le pasó a Unión aquella recordada tarde en la cancha de Belgrano, hace casi una rueda, cuando una pésima actuación arbitral lo despojó de la posibilidad de sumar. Por eso, es tan “honesta” como seria la autocrítica. Imperdonable si en el día de la mañana se vuelven a dejar puntos en el camino por “hacer pelotudeces” y no definir a favor un partido ganable.


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Una foto que Diego Calgaro va a guardar para el resto de su vida. Es su primer grito de gol y lo celebra también Lucas Pratto. Foto: Flavio Raina

/// SÍNTESIS

Unión....2

Ferro.....2

Cancha: Unión.

Árbitro: Flavio Márquez.

Unión: Limia; Pérez, Correa, Vera y Cardozo; Donnet, Calgaro, Saucedo y Buján; Cólzera y Pratto. A.S.: Caprio. Estuvieron en el banco: Yacob, Pagés y Weiner. D.T.: Fernando Husef Alí.

Ferro: Etulain; Chimino, Ferreyra, Schunke y Testa; Fernández, Lértora, Zermatten y De Blasis; Abán y Coria. A.S.: Pelegrina. Estuvieron en el banco: Spraggón, Sánchez, Castano. D.T.: Dalcio Giovagnoli.

Goles: en el primer tiempo, a los 15 min Coria (F), a los 27 min Cólzera (U) de penal y a los 31 min Calgaro (U). En el complemento, a los 49 min Schunke (F).

Cambios: en el segundo tiempo, a los 12 min Nanía (F) por Chimino; a los 17 min Tonetto (F) por De Blasis; a los 19 min Rosales (U) por Cólzera; a los 27 min Alexis Fernández (U) por Calgaro; a los 33 min Carignano (F) por Coria y a los 37 min Torres (U) por Buján.

Amonestados: en Unión, Correa, Saucedo, Cólzera y Pratto.