Nuevas variedades de soja y maíz

Syngenta engordó su portafolio

En el marco de las actividades celebratorias por los 10 años de la firma en el país, la multinacional realizó una jornada en su campo experimental donde presentó los últimos eventos biotecnológicos bajo la marca Agrisure.

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A campo. En 5 estaciones la firma comunicó las novedades y los futuros desarrollos biotecnológicos.

Foto: Juan Manuel Fernández

 

Juan Manuel Fernández

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Santa Isabel - Enviado Especial

La firma de origen suizo Syngenta cumple una década radicada en el país y para celebrarlo convocó a productores y asesores a su campo experimental en Santa Isabel, 33km al sur de Venado Tuerto, en el sur santafesino. Allí montó 5 estaciones en cada una de las cuales los visitantes se enteraron del lanzamiento de Agrisure, la marca que agrupa a los eventos biotecnológicos a nivel mundial de la firma, así como de las novedades en semillas de soja y maíz.

Agrisure TD/TG es el más reciente evento de transformación genética en maíz aprobado en Argentina, que apila los genes Bt11 y GA21 para el control de insectos (barrenador del tallo e isoca de la espiga) y malezas (resistencia a glifosato), y estará disponible para los productores locales desde la campaña 2010/11.

Nuevos genes

El ingeniero Juan Mascías, gerente de negocios de maíz de Syngenta, destacó que la tecnología TD/TG “va a estar disponible en nuestros mejores híbridos elite que tenemos en nuestro portafolios como el NK910, NK900; NK880 y un nuevo lanzamiento el NK907”.

Estos productos, aclaró el directivo, tienen diferentes aptitudes para adaptarse a distintas zonas agroecológicas. Para el centro norte santefesino, por ejemplo, Mascías recomendó los maíces NK907 TD/TG y el NK860 TD ya que “son híbridos que toleran muy bien el estrés, que combinan muy buena potencialidad de rendimiento con situaciones no tan buenas de productividad; es decir que se adaptan a condiciones más extremas”.

También se presentaron futuros lanzamientos, aún no autorizados en el país, de genes resistentes a otras enfermedades como Diabrótica, que ataca a la raíz. “No es una plaga tan importante en la Argentina como en EE.UU. pero optimiza la utilización del agua por tener un poco más de raíces”, precisó el gerente de negocios.

También agregó que la firma está muy cerca de obtener la aprobación del 1602 resistente a Spodoptera frugiperda (isoca cogollera) “que para la zona tropical es muy importante y estamos esperando la aprobación de la Conabia”, agregó Mascías. Este producto, que se presenta como Agrisure Viptera, está siendo multiplicado en Brasil, donde la firma sí tiene aval legal.

Por otra parte, el gerente de negocios en soja, Carlos Martínez, presentó las novedades que incorporó la firma suiza tras adquirir SPS. “La empresa decidió desembarcar fuertemente en el negocio de soja y la manifestación más clara de esto fue la compra hace un año y medio del semillero SPS”, dijo, y precisó que a partir de entonces Syngenta ofrece un completo portafolio con todos los grupos de madurez para cubrir desde el sur de Buenos Aires al norte del país. “Estamos ofreciendo una gama de productos adaptables a distintos suelos y climas dado que son 20 millones de hectáreas”, agregó el gerente.

Norma necesaria

Además de presentar sus productos, la firma se propuso en la Expo Syngenta comunicar los desarrollos biotecnológicos sobre los que trabaja a nivel mundial y en ese contexto Martínez también aprovechó para plantear el necesario retorno por tales mejoramientos. “Lo único que cabe esperar es que el marco regulatorio llegue a un esquema tal que el productor pueda disfrutar de todos los advenimientos tecnológicos y que las empresas que desarrollamos esto durante tantos años podamos tener la captura de valor lógica a cambio de eso”.

Actualmente en la Argentina “la captura de valor está desnaturalizada”, sostuvo el gerente, ya que apenas el 23% de la semillas de soja que se usan para sembrar 20 millones de hectáreas son “legales”. Del resto, un porcentaje es de uso propio (amparado por la ley) pero también hay un elevada proporción que se comercializa mediante canales informales. “Eso es muy desalentador y nosotros deberíamos poder demostrarle a las empresas que están invirtiendo durante tanto tiempo que de este modo es muy difícil lograr un retorno de la tecnología entregada”, agregó.

En cuanto a los componentes que Syngenta aportará a las sojas en el país, además de la resistencia a glifosato (sobre la que ya se trabaja en una segunda generación) incluirán en la oleaginosa tolerancia a otros herbicidas así como a insectos. “Luego de eso vendrán “traits’ (rasgos) que apuntan a calidad: de aceite, de proteína o aminoácidos”, explicó Martínez.

Por otra parte, se está desarrollando un “tratamiento profesional de semillas” con la promesa de implicar un salto cualitativo del curado que hace el productor en el campo, incorporando protección contra hongos e insectos, además de inoculante. “Eso yo creo que va a ordenar un poco el mercado, porque cuando el productor empiece a ver los beneficios de eso va a ir a comprar la semilla certificada”, estimó el referente en soja de Syngenta.

Actualmente SPS apenas cubre un 4% del mercado local de semilla de soja, pero con estos aportes, el objetivo de la empresa suiza en Argentina es “estar entre los jugadores más importantes del mercado de soja”.


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Los maíces NK907 TD/TG y el NK860 TD son híbridos que toleran muy bien el estrés, que combinan muy buena potencialidad de rendimiento con situaciones no tan buenas de productividad; es decir que se adaptan a condiciones más extremas

Ing. Agr. Juan Mascías

Gerente de negocios de maíz de Syngenta