Olvidó el chaleco en el patrullero

Al agente Celis lo mataron

con una pistola Bersa 9 mm

El delincuente cordobés que en la ciudad de Rufino mató al agente de 18 años sobrevivió a cuatro disparos que lo alcanzaron en el pecho y en las piernas.

José Luis Pagés

Los restos mortales del malogrado agente de policía Emiliano Celis, el chico de 18 años fallecido ayer a la madrugada en la clínica Santa Fe de la ciudad de Rufino, fueron inhumados ayer por la tarde en el Cementerio de dicha localidad.

Familiares, amigos y compañeros de tareas dieron a Celis el último adiós en el marco de una ceremonia que contó con la presencia del jefe y del subjefe de la repartición provincial, los directores generales Osvaldo Daniel Toledo y Egidio Gabriel Schettini, respectivamente, además del secretario de Seguridad Pública Horacio Ghirardi y demás representantes del poder político y Judicial.

El comisario inspector Marcelo Gorosito, titular de la Jefatura Melincué -jurisdicción del departamento General López-, dijo que la notable concurrencia de los vecinos fue de gran significación para la familia y también para los camaradas del agente trágicamente desaparecido. “Porque nuestra tarea de hoy es la de levantar el ánimo del personal policial, en buena parte, muchachos tan jóvenes como Celis”.

Disparo mortal

Gorosito refirió que Celis dejó de existir a la 0.15 de ayer, después de una delicada intervención quirúrgica en la que nada pudieron hacer los médicos para reparar los daños irreversibles causados por el proyectil, “que ingresó por el vientre y salió por el cuello” de la víctima.

El jefe de Policía de Melincué aceptó que, de haber llevado puesto el chaleco antibalas, otra habría sido la suerte del joven policía, pero éste, que en situación de “refuerzo” llegó a la escena de los hechos a bordo de un segundo patrullero, abrió la puerta y corrió tras sus compañeros, olvidando su chaleco en el asiento trasero.

Entonces, los policías que habían salido detrás de los tres delincuentes que habían robado en la casa de la familia Spada se batían con ellos junto a una cancha de padle. Los uniformados que desembarcaron del primer patrullero forcejeaban con un hombre para reducirlo y colocarle las esposas, mientras otro reanudaba la fuga en el Renault robado y un tercero se internaba entre unos arbustos.

“Dos cabos, los dos suboficiales a los que Celis acompañaba, ingresaron a la carrera a la cancha de padle, pero, impetuoso como era, el agente abrió la puerta y salió tras ellos. Entonces ocurrió que alguien le chistó desde las sombras y apenas el muchacho se dio vuelta le disparó a quemarropa”.

Ladrón a salvo

La respuesta de los compañeros de Celis fue inmediata y el tirador emboscado sería alcanzado por cuatro disparos de arma de fuego. Uno le dio en pecho y los restantes, en las piernas. “Se salvó -dijo Gorosito- porque la bala que dio en el pecho del cordobés de 28 años pasó a escasos milímetros del corazón y entre los pulmones, sin dañar esos órganos vitales”.

El jefe de Policía de Melincué dio a entender que Celis perdió porque cayó en “en una emboscada” y también porque el arma utilizada contra él “era del mismo calibre que la reglamentaria policial, una pistola marca Bersa, 9 mm”, cuya procedencia se investiga.

Gorosito recordó al joven policía caído en acción como a un chico “con una gran vocación de servicio que, dada la condición de policía de su padre, se orientó en dirección de esta repartición”. También hizo notar Gorosito que Emiliano Celis “dejó otro empleo mejor remunerado para trabajar en la Policía”.

El enfrentamiento que resultó mortal para Emiliano Celis -hijo del ex jefe de la comisaría de Wheelright y que ahora se desempeña en la Agrupación de Unidades de Orden Público- siguió al asalto perpetrado la noche del lunes en una vivienda de calle Cobos 439, domicilio de Teresa Giordano (62) y Guillermo Spada, quienes fueron atados de pies y manos para ser despojados de unas pocas alhajas y algo de dinero en efectivo.

Los delincuentes se apoderaron del Renault Clio de un familiar de las víctimas que había salido en su persecución y poco después fueron avistados por patrulleros, iniciándose así el tiroteo que arrojaría trágicas consecuencias en Catamarca y Rosa Boussy.

Los detenidos son hasta el momento un hombre de 40 años, apellidado Zapata, y otro de 28 -ambos son vecinos de Córdoba-, un tal Guzmán, quien a causa de las heridas de bala es asistido en un centro médico de la región.

Recién egresado del Instituto de Seguridad Pública y dudosamente pertrechado, Celis murió en acción a los 18 años cuando cualquiera, aun con instrucción específica, no cuenta con una mínima experiencia de vida que le permita enfrentar exitosamente el siempre riesgoso y sorprendente trabajo de calle.

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Celis, el agente muerto en circunstancias que refirió el jefe policial de General López, Marcelo Gorosito.

Foto: Gentileza Prensa Policía Provincial