Tribuna Política

Coparticipación terciaria: los recursos nacionales directamente a la gente

CPN Omar Perotti (*)

La distribución de los recursos públicos ocupa un espacio importante dentro de la actual agenda política de nuestro país. Su punto central es la reforma del régimen de coparticipación y la necesidad de arribar a un sistema más armónico y federal; que se erija como una herramienta eficaz para construir un país pujante e inclusivo, con crecientes niveles de movilidad social ascendente e integrado regionalmente.

Existen en la actualidad intentos por lograr una mejor manera de coparticipar impuestos hacia las provincias, amén de la todavía pendiente nueva Ley de Coparticipación que estipuló la Reforma Constitucional de 1994. Este debate queda incompleto si no se le incorpora un punto central: el creciente rol de los municipios como eslabón clave en nuestro sistema de gobierno. Lejos ha quedado la figura de las Municipalidades como meras prestadoras de alumbrado, barrido y limpieza. La mayoría ha asumido nuevos roles, intentando dar respuestas a las crecientes demandas ciudadanas, las cuales no saben de jurisdicciones sino que visualizan a su intendencia como la primera responsable de brindar seguridad, asistencia social, obras de infraestructura, mejor educación y cobertura de salud.

En ese marco, se nos presenta la oportunidad de arribar a una instancia superadora en lo que se refiere a la distribución de los fondos públicos. La deuda del Federalismo hay que saldarla con la gente, los recursos no deben quedar solamente bajo la decisión de los gobiernos provinciales, sino llegar también directamente a las ciudades. Se aprovecha así el efecto de cercanía, que brinda la posibilidad de mayor control social y optimiza el uso de los fondos.

Revalorizar el rol de los gobiernos locales, significa realizar un esfuerzo institucional por colocar lo más cerca posible de la base, la capacidad de decisión sobre los asuntos concernientes a cada comunidad y los recursos necesarios para atenderlos.

Es en las ciudades, donde se comienza a construir ciudadanía. Descentralizar recursos directamente a los municipios es profundizar la democracia y exige a los niveles superiores de gobierno confiar en las capacidades locales. La mejora de la calidad institucional de nuestro sistema de organización tiene en la descentralización de los recursos uno de sus puntales fundamentales. Un nuevo sistema de coparticipación, que incorpore directamente a las intendencias, es además el puntapié inicial para lograr una nueva configuración poblacional y productiva de nuestro territorio nacional, más armónica y equilibrada.

La coparticipación terciaria a los municipios se realiza en Brasil a partir de la reforma de su Constitución en 1988, en la que se incorporó de manera directa a los gobiernos locales en el reparto de los recursos desde el Estado nacional. La experiencia brasileña define un sistema de transferencias incondicionales entre el Estado nacional y los municipios, las cuales pueden ser de dos tipos: directas o mediante la formación de fondos especiales, que se destinan por ejemplo al servicio de prestación de salud y educación. Si comparamos esa realidad con la argentina, vemos que mientras la suma de nuestros 2.300 gobiernos locales ejecutan aproximadamente el 7% del gasto público consolidado, en Brasil lo hacen en un 10,5 %.

Transitamos el año del Bicentenario de la Nación. Fue en el Cabildo, que desde la época del Virreinato constituye el primer antecedente de organización municipal, donde comenzaron los primeros intentos genuinos de Libertad. La conocida frase “el pueblo quiere saber de qué se trata”, es la expresión fiel que a nivel local es donde los ciudadanos se conectan de manera más directa con la cosa pública. Fortalecer los gobiernos locales, incluyéndolos directamente en el Sistema de Coparticipación, representaría un avance institucional revolucionario, empapado del mismo sentir que tuvieron los Patriotas de Mayo.

Los niveles de pobreza y exclusión de nuestro país son una de las grandes deudas de nuestra democracia. Incluyamos entre los consensos básicos del año del Bicentenario, al verdadero y justo lugar que deben ocupar los gobiernos locales, sin dudas las instancias de gobierno más próximas a las diarias demandas de nuestros ciudadanos.

(*) Intendente de Rafaela.