En Estados Unidos

Milagro de Ford Motor Co.

Después de varias décadas, Ford volvió a ser el número uno del mercado automotor en los Estados Unidos, vendiendo más automóviles que ningún otro fabricante en todo el territorio estadounidense. La compañía, que estuvo en algún momento al borde de la bancarrota, superó a las poderosas automotrices asiáticas y relegó también a las europeas, gracias a cambios radicales y a un grupo de ingenieros alemanes. Ford era considerado un caso perdido hasta hace poco tiempo. Al igual que sus vecinos en la tradicional región de Detroit, General Motors (GM) y Chrysler, sufría las consecuencias del fracaso de sus modelos, la baja calidad de los vehículos, sus plantas anticuadas y unos costos desbordantes. El giro empezó en 2006: Bill Ford, descendiente del célebre fundador de la compañía, Henry Ford, renunció tras cinco años de fracasos como presidente de la empresa. Su sucesor no sólo fue un extraño para la familia, sino para todo el sector: Alan Mulally, quien había pasado los 37 años de su carrera en la Boeing. Todo un shock para el mundo del automóvil en Detroit, más aún después de que Mulally ignorara las viejas estructuras de amistades y conveniencias para renovar la empresa.

El nuevo presidente recortó miles de puestos de trabajo, cerró más de una docena de plantas y vendió varias filiales no rentables, entre ellas las clásicas marcas británicas Jaguar y Land Rover, así como la sueca Volvo. Para conseguir “frescos” capitales, empeñó todo lo que tuviera valor, entre ellos el famoso logo azul de la firma. El novato ejecutivo apostó por una compañía reducida, la única vía para que Ford sobreviviera, según sus cálculos. Con ello se terminó también la era de los inmensos vehículos que devoraban combustible. Mulally siguió el ejemplo de sus competidores asiáticos, que se ganaban uno tras otro a los clientes estadounidenses con sus modelos de bajo consumo, sin que contase ningún tipo de patriotismo automovilístico.

Pero el nuevo titular del óvalo también recibió ayuda del extranjero. En particular, desde Colonia (Alemania), sede de Ford Europa. El Ford Focus, desarrollado en Alemania, se convirtió ahora en un éxito de ventas en Estados Unidos.

“Tenemos grandes expectativas (depositadas) en ese auto”, dijo Mulally durante la presentación del último modelo en el salón de Detroit. También la pequeña versión del Fiesta entusiasma a los conductores estadounidenses.

Ford tiene vía libre. El año pasado, registró beneficios por primera vez desde 2005, y pese a la crisis económica, por unos 2.700 millones de dólares. “2009 fue un año clave para Ford”, apuntó Mulally. Además, volvió a contratar personal en EE.UU. y en Europa el fabricante descartó los despidos por este año.