CONMOCIÓN Y VIOLENCIA

Inhumaron los restos de los chicos muertos en la ciudad de Baradero

El intendente insiste con que se trató de un accidente. Los inspectores de tránsito involucrados recuperaron la libertad. La Municipalidad fue totalmente destruida.

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La duda es si los agentes de tránsito persiguieron a los motociclistas o si chocaron accidentalmente en una esquina.

Foto: DyN

 

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Télam/DyN

Los restos de Giuliana Giménez y Miguel Portugal, los adolescentes de 16 y 17 años que murieron luego de ser atropellados por un móvil de la Inspección General del partido bonaerense de Baradero, fueron velados e inhumados esta mañana en el cementerio local.

El hecho ocurrió en las calles Gallo y Anchorena, en el centro de Baradero, en el norte de la provincia de Buenos Aires, donde un chico de 16 años, Miguel Portugal, conducía una moto Gilera, acompañado de la adolescente Giuliana Giménez (16).

Según las fuentes, al llegar a la esquina, el rodado de los chicos colisionó con una camioneta Ford F100 blanca de la Dirección de Tránsito de la Municipalidad, en la que iban los dos inspectores.

Ante esa situación, la moto golpeó contra el cordón y los dos ocupantes salieron despedidos e impactaron contra el suelo, lo que le provocó la muerte casi en el acto a Giménez. El adolescente resultó herido y fue trasladado al Hospital de Baradero, donde falleció poco después.

Margarita, la madre de Portugal, pidió que “se aclare todo, porque no podés chocar a una persona, como comentan, y dar la vuelta (manzana) y aparecerse como si ellos no fueron”.

En tanto, al conocerse la muerte de los dos chicos, familiares, amigos y vecinos de las víctimas se dirigieron hasta el Palacio Municipal y comenzaron a protestar, ya que culpaban a los inspectores de tránsito por lo ocurrido.

Cerca de las 11 de ayer, un grupo de manifestantes primero quemó neumáticos en la calle y luego comenzó a arrojar piedras contra las dependencias municipales que también fueron incendiadas.

El comandante Pablo Álvarez, segundo jefe de Bomberos de la ciudad, dijo que la Municipalidad quedó “totalmente destruida” por el fuego que alcanzó también los anexos del Juzgado de Faltas y del Concejo Deliberante.

Según fuentes policiales, los manifestantes también apedrearon las oficinas de la Radio El Tiempo, linderas con el Palacio Municipal, y después se dirigieron hasta la casa del director de Tránsito, situada a pocas cuadras, en San Martín y la Costanera, donde quisieron prenderle fuego.

El comisario mayor Hugo Prado, titular de la Jefatura Departamental San Nicolás, de donde depende la Policía de Baradero, indicó que en un momento de la protesta, que se controló cerca de las 13.30, llegó a haber unas “dos mil personas”.

Luego de contener la situación, el intendente de Baradero, Aldo Carossi, estuvo en las oficinas públicas -donde permanecía una fuerte custodia policial- y analizó los graves daños provocados.

El intendente habla de accidente

Carossi dijo que el hecho fue “un accidente de tránsito” y descartó que sus inspectores los hayan perseguido.

“Dejemos que la Justicia actúe, pero no hubo ninguna persecución”, afirmó en declaraciones a Radio Provincia.

El jefe comunal detalló que “la moto tiene un impacto en el lateral derecho, circunstancia que impide razonablemente decir que fue un toque paralelo, ambos vehículos a la par, por la izquierda la camioneta y por la derecha la moto, es decir que partimos de una hipótesis falsa”.

“Fue un choque en una intersección. Fue un accidente de tránsito no hubo persecución”, sostuvo Carossi.

Respecto de la movilización popular, tras la muerte de los adolescentes, el intendente explicó que “la gente salió a manifestarse contra la muerte de dos jóvenes de 16 años, ante la posibilidad de que hubiese sido como consecuencia de una persecución de empleados municipales, lo que no justifica los daños”.

Aclaró que el incendio y daño a los edificios municipales fue cometido “por 30 ó 40 delincuentes. El saqueo y el robo son propios de delincuentes”.

El intendente precisó que el distrito tiene “40 policías y que ante la presencia de gran cantidad de gente optó por no reprimir”.

Además agregó: “Hay un problema sociológico que no sé cómo se va a responder y es la aceptación de las leyes por parte de la gente”.

“Hay 10 mil motos; uno de cada tres baraderenses tiene una moto, y 500 motos secuestradas de larga data que no se retiran porque circulan sin papeles. El tema de las motos se presta a un tema delictivo importante. Roban motos en otro pueblo para venderlas aquí. Roban motos en Ramallo y las venden en Baradero, o roban en Baradero y venden en Ramallo. Esto lo maneja la marginalidad, la delincuencia”, aseguró.