Apareció sana y salva

La hermana de Matías

Causso está en Paraná

Una constancia en un organismo público de Entre Ríos dejó sin efecto el pedido de paradero de Priscila.

De la Redacción de El Litoral

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Priscila Causso, la hermana mayor del chico desaparecido el 28 de diciembre de 2009, se encuentra sana y salva, en la ciudad de Paraná, desde la semana pasada. Se fue de su casa de Santa Fe por propia voluntad el domingo 21 de marzo, y a los pocos días se puso en contacto con sus allegados en la vecina provincia, en donde le dieron refugio.

La joven cumplió los 18 años el 20 de febrero, por lo que alcanzó la mayoría de edad. Al parecer, esperó el momento justo para abandonar su casa, donde se cree que no estaba del todo a gusto con el trato dispensado por su padre.

Para dejar sin efecto el “pedido de localización y paradero” que la familia Causso hizo en sede policial santafesina, Priscila debió acudir a un organismo público, ante el cual manifestó su desinterés por regresar con su familia.

Defensor de Pobres

El defensor de Pobres y Menores de Paraná Nº 3, Martín Cabrera, extendió un fax al juez de Instrucción Segunda de Santa Fe, Nicolás Falkenberg, el viernes pasado. Allí se puso de manifiesto que la joven se mantuvo oculta en casa de amigos, hasta que logró establecer contacto con otros familiares.

Ya durante la semana pasada, la secretaria de Derechos Humanos, Rosa Acosta, había reconocido a medios radiales que Priscila llamó por teléfono a su casa para decirles que no iba a volver.

Su accionar puso nuevamente el acento sobre el trato que Alejandro Causso y Natalia Urquiza -padre y madrastra- les dispensaban a sus hijos mayores.

Todo comenzó tres meses atrás, cuando el 28 de diciembre de 2009 Matías Causso fue visto por última vez en Santa Fe. El chico, de apenas 15 años, vendía flores de parafina junto a su hermana mayor en varios puntos céntricos de la ciudad. Ese era el medio de vida con el que los Causso aseguran que subsistían.

Avances y retrocesos

La búsqueda del menor estuvo a punto de resolverse cuando el 31 de diciembre la policía lo encontró en una plaza de Concepción del Uruguay. Los uniformados lo rescataron de la calle y lo pusieron en manos de agentes estatales.

Éstos últimos le habrían conseguido un boleto para viajar a Paraná, donde le volvieron a perder el rastro.

En el transcurso de los últimos tres meses, sucedieron muchas cosas en torno al caso; versiones de que Matías había sido visto en Buenos Aires, en algún lugar de la costa atlántica y hasta sentado en el cordón de la vereda del barrio Guadalupe.

Nada de lo dicho llevó a los investigadores a buen puerto, y hasta la foto de un joven NN que la semana pasada apareció en Clarín hizo que la familia viajara a ver si se trataba de su Matías. Una vez más las respuestas fueron negativas.

Próximamente deberán declarar ante la Justicia competente los operadores que estuvieron con Matías en Entre Ríos y la encargada de subirlo en el colectivo. De lo que digan ellos dependerá, en parte, que la causa dé un giro inesperado o no.

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Matías (15) y Priscila (18) son los mayores de seis hermanos.

Foto: Archivo El Litoral

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