Semana Santa en Santa Fe

Santa Fe es una ciudad con historia. Por su origen colonial y por sus vínculos con nuestra Constitución Nacional, en esta ciudad conviven tradiciones culturales laicas y religiosas, pobladas de secretos.

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Convento de San Francisco, detalles del magnífico artesonado del cielorraso. Foto: SUB SECRETARÍA DE TURISMO DE LA CIUDAD DE SANTA FE.

 

Por Sub Secretaria de Turismo

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NUESTRA HISTORIA

Fundada en 1573 por Juan de Garay, la condición de “ciudad-puerto” y “ciudad de paso” entre el Alto Perú y Buenos Aires incidió en el perfil socio-económico de Santa Fe y definió para ella un papel clave en ese corredor cultural. Punto estratégico para el poder virreinal, en Santa Fe coexistieron el funcionariado civil, las compañías religiosas y un buen número de comerciantes que enriquecieron la cultura local aportando los bagajes traídos de sus viajes por el mundo.

Esta diversidad es visible en su arquitectura, en el arte y en la historia social de la ciudad. Posteriormente sede de los debates para la Constitución Nacional desde mediados del siglo XIX, Santa Fe tiene el privilegio de tener un pasado colonial y de ser cuna de la Argentina Moderna.

La presencia de compañías religiosas en la ciudad -culturalmente diversas en su interior- la convierte en el observatorio ideal de un patrimonio religioso que es a su vez patrimonio cultural. Las actividades de evangelización en el territorio urbano y en un amplio radio de influencia, la obra educativa de las compañías religiosas y el compromiso con la producción de conocimiento astronómico y antropológico en, y desde el espacio local, revelan la incidencia histórica de la fe católica en el ensamblaje de un perfil cultural distintivo para la ciudad, que hunde sus raíces en el período colonial.

La Semana Santa quizá sea un momento especial para visualizar los cruces entre fe y tradiciones culturales. Las celebraciones realizadas durante esta Semana han cambiado desde aquellos tiempos coloniales, y esas variaciones nos hablan de una ciudad que se sobrepuso -y lo sigue haciendo- a los condicionamientos de las épocas.

Antaño la religiosidad modificaba los tiempos de la urbe, las costumbres alimentarias y el vestuario de los fieles. Las celebraciones, pautadas por condiciones propias de la liturgia católica, eran ocasión para la sociabilidad de habitantes de distinta extracción social y para que se visualizaran las jerarquías civiles.

Durante la Semana Santa en tiempos coloniales, se solapaban las esferas de acción del poder civil y el poder religioso, como lo muestra el hecho de que, continuando costumbres españolas ancestrales, se designaban autoridades políticas y militares para cargar las imágenes sagradas, guiar las procesiones y portar la guía encabezando los sacramentales de penitencia.

El cargo de Fiel Ejecutor -oficiante del rito que se encargaba de sacar los pendones de las cofradías para la “procesión del silencio”-, asimismo a medias entre lo civil y lo religioso, era designado mediante la firma de los integrantes del Cabildo.

Mientras duraba la Semana Santa se suspendían las causas civiles, se solicitaba el cierre de los comercios y se ordenaba la visita a la cárcel. La vida cotidiana se trastocaba en beneficio de la participación de los habitantes de Santa Fe en la celebración.

Las costumbres alimentarias, pautadas por la liturgia para estas fechas, hubieron de remontar los reveses de la escasez y la creciente de los ríos. En cuanto al vestuario, la costumbre del luto, junto con la observancia del silencio, fue modificándose paulatinamente hacia fines del siglo XVIII, cuando aborígenes y negros comenzaron a participar con disfraces y bailes en los cortejos, aportando otra manera de experimentar la religiosidad que no pocas veces terminaba en borracheras y juergas.

SANTA FE HOY

El Gobierno de la Ciudad de Santa Fe ofrece un menú de opciones para Semana Santa, entre ellas el denominado “Recorrido de las Siete Iglesias”, una costumbre originalmente romana que se expandió por todo el mundo cristiano y que es una entre otras prácticas devotas vigente en la ciudad de Santa Fe.

Rememora el itinerario de Jesús a partir del momento en que fue enjuiciado y se dio inicio a su Pasión, como quedó escrito en los pasajes bíblicos.

En Santa Fe, este recorrido es también un paseo de interés cultural e histórico para quienes no practican el culto católico.

La sEMANA SANTA quizá sea un momento especial para visualizar los cruces entre la fe y las tradiciones culturales”.


sede de los debates para la Constitución Nacional desde mediados del siglo XIX, Santa Fe tiene el privilegio de tener un pasado colonial y de ser cuna de la Argentina Moderna”.

 

/// en detalle

Para la Semana Santa de 1658, el Cabildo solicita a la Iglesia que autorice a los vecinos a comer carne durante la Cuaresma, debido a la falta de legumbres y pescado.

A partir de 1720 las procesiones nocturnas de Semana Santa comenzaron a realizarse durante el día, por temor al ataque sorpresivo de los indígenas.

/// Un menú de opciones

Recorrido por las “Siete Iglesias”: Templo Nuestra Señora de los Milagros; Templo de Santa Ana, Convento y Museo de San

Francisco; Catedral Metropolitana; Basílica de Nuestra Señora del Carmen; Templo de Nuestra Señora del Rosario y Convento de Santo Domingo; Templo del Sagrado Corazón de Jesús; Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.

Visita al Museo de la Inmaculada Concepción: Muestra permanente “Senderos entre la Ciencia y la Fe: Una arqueología del conocimiento en Santa Fe.”

Caminos del Jangadero: Recorrido fluvial por la zona isleña que bordea a la ciudad, en el catamarán Costa Litoral o por el servicio de los boteros de Alto Verde.

Próximas festividades religiosas: Peregrinación a la Virgen de Guadalupe / Virgen de los Milagros (9 de mayo) / Virgen de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre).

Camino de la Constitución:

En mayo se lanzará este nuevo circuito de capital importancia para el turismo histórico en Santa Fe Ciudad.

El Gobierno de la ciudad de Santa Fe convoca a instituciones y ciudadanía en general a sumarse a las actividades previstas para la celebración del Bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810.