La campaña que viene

La arveja, una alternativa para “pasar el invierno”

Es un buen antecesor de la soja y el maíz y permite diversificar la rotación con trigo. La contra es que hay que “invertir” algunas campañas para agarrarle la mano al cultivo.

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Prensa Aacrea

Las arvejas son una muy buena herramienta para diversificar los cultivos de invierno. La rentabilidad es interesante. En la campaña pasada se pagó entre 330 y 340 dólares por tonelada en el mercado de la región pampeana. Además es un antecesor favorable para la soja y el maíz. En el país el área principal de siembra es el sur de Santa Fe y Córdoba y el norte de Buenos Aires.

Pero como en la Argentina todavía hay que ajustar algunas pautas de manejo es interesante conocer las experiencias de un grupo de productores del grupo CREA Pergamino. “Es un cultivo en el que se necesitan varias campañas para conocerlo bien y requiere paciencia y dedicación; en algunos años, a nosotros nos fue muy bien y en otros, horrible”, comenta Sebastián Sandstede, miembro del CREA Pergamino.

“La arveja no compite directamente con el trigo: se debe buscar el espacio en la rotación y la tecnología apropiada para que ingrese en un lugar en donde antes no se hacía nada. Por ejemplo, antes de la soja de primera”, comenta Fernando Menéndez, asesor del CREA Pergamino.

En la zona, el mejor antecesor para la arveja es la soja, porque deja una menor cantidad de rastrojos. Sin embargo, en una rotación maíz-soja-trigo/soja, lo ideal es incluirla antes de la soja de primera y sembrar la soja inmediatamente después (como cultivo de segunda).

“Lo interesante es que la soja que viene detrás de la arveja alcanza los mismos rendimientos que la soja de primera, que son superiores a los de una soja de segunda sobre trigo, ya que la arveja deja el perfil con mayor recarga hídrica y, aparentemente, también una mayor fertilidad química. El maíz implantado detrás de la arveja también constituye una buena opción”, comenta Menéndez.

La arveja de buena calidad se pagó entre 330 y 340 dólares por tonelada, mientras que la mercadería cuya calidad era aceptable pudo venderse, por lo general, entre 280 y 290 dólares. Los principales parámetros de calidad son el calibre adecuado, color verde intenso y un “blanqueado” no superior al 5% (el blanqueado ocurre cuando se registran lluvias importantes poco antes o durante la cosecha).

Los principales compradores son compañías exportadoras como Ronalb SRL, Pop Argentina o Agro Uranga y enlatadoras como Arcor, ALCO e Inalpa. También existe un grupo numeroso de pequeñas compañías exportadoras y cooperativas regionales.

En el año 2009, se declararon exportaciones de arveja entera a granel por 23.582 toneladas a un precio promedio ponderado de 538 U$S/tonelada. La mayor parte de los envíos se destinó a Brasil. En tanto, en enero de 2010, se declararon 3646 toneladas a un valor promedio ponderado de 408 U$S/tonelada. Los datos corresponden a la posición 0713.10.90.910B informada por el Sistema María (SIM/Afip). La mayor parte de los envíos externos se concentran a comienzos de cada año y descienden en el segundo semestre.

Las claves agronómicas

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Hay que ajustar. La variabilidad de rindes y de calidad es bastante importante en las distintas cosechas que realizaron los miembros del CREA Pergamino.

Fotos: Prensa Aacrea

 

La fecha de siembra se extiende desde 1 de julio hasta mediados de agosto. “En el norte de Buenos Aires, la más aconsejable es a fines de julio, porque la arveja es muy sensible a las heladas y, por ende, no es conveniente forzar siembras tempranas, particularmente en lotes bajos o con alta cobertura de rastrojos”, indica Menéndez. “Se debe tener mucho cuidado con los lotes en los que se incluye, ya que el cultivo también es extremadamente sensible al encharcamiento”, añade.

La fertilización es similar a la del trigo. La arveja requiere fósforo (se estiman valores umbrales de 12-13 ppm) y aportes de azufre en suelos pobres en ese nutriente. En cuanto al nitrógeno, se debe inocular con bacterias simbióticas específicas para arveja.

“Algunos productores aplican reguladores de crecimiento para inducir y emparejar la floración —la arveja tiene hábitos de crecimiento indeterminados— y junto con los reguladores aplican fertilizantes foliares N-P-K. Los beneficios de esta práctica no están del todo probados”, explica el asesor del CREA Pergamino.

Las densidades buscadas están generalmente entre 90 a 120 plantas por metro cuadrado, y los espaciamientos entre hileras son los mismos que los empleados en el caso del trigo. Se debe tener precaución con los insectos. El más común es el pulgón de la arveja y pulgón del duraznero, que puede aparecer temprano en el ciclo. También puede haber oruga bolillera, que come grano, y trips, entre otros insectos.

En cuanto a las enfermedades, la más común es antracnosis, que debe ser controlada con la aplicación de un fungicida. Otras afecciones de menor importancia pueden ser el mildiú y el oídio. “El complejo de hongos de suelo que puede provocar la muerte de la semilla y la plántula también es importante, por lo que se debe tener la precaución de no sembrar arveja en lotes donde el agua se estanque; tampoco es conveniente repetir la siembra de arveja en los mismos lotes hasta pasados dos o tres años del ultimo cultivo”, advierte Menéndez.

La cosecha no presenta demasiados inconvenientes. Cuando la maduración es despareja (casi siempre), se debe aplicar un desecante. En determinados casos, con variedades rastreras, se debe tener paciencia y saber cómo encarar el cultivo para reducir las pérdidas.

“La variabilidad de rindes y de calidad es bastante importante entre campañas: este año alcanzamos un rinde de 22 qq/ha, pero con muchos problemas de calidad; siempre es preferible tener, por ejemplo, 18 qq/ha de una arveja de buena calidad que 30 qq/ha de una mediocre que va a costar venderla”, distingue Alejandro Sandstede.

Otra experiencia

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A veces, la primera impresión es la que cuenta. El establecimiento “Huinca”, localizado a pocos kilómetros de la ciudad de Marcos Juárez e integrante del CREA Posta Espinillos, probó sembrar 70 hectáreas con arveja en la campaña 2009/10, al disponer de humedad suficiente a fines de julio. Se sembró en directa el 1 de agosto con un rinde esperado en un rango de 18 a 24 qq/ha, en el marco de un acuerdo comercial con AgroUranga.

El cultivo venía muy bien. Pero en los últimos 15 días, experimentó un ataque de isoca bolillera que se comía los granos ya casi listos para cosechar (secos y duros). “Para igualar el estado de madurez del cultivo, se decidió pasar un desecante; al día siguiente de la aplicación, cayeron 90 milímetros de golpe, y el lote se encharcó en su totalidad”, comentó Juan Pablo Ioele, asesor del CREA Posta Espinillos. Se cosecharon 10,9 qq/ha, con un grano de muy mala calidad por lo manchado. “AgroUranga recibió la mercadería, pero nos indicaron que, por la calidad, no se puede exportar, y deben venderla en el mercado interno; para eso, dijeron que es necesario esperar hasta mitad de año, que va a remate; para esa fecha sabremos el precio”, apuntó Ioele.


Los principales compradores son compañías exportadoras como Ronalb SRL, Pop Argentina o Agro Uranga y enlatadoras como Arcor, ALCO e Inalpa.



/// en relación

Los costos del cultivo

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El número. En la campaña pasada, la tonelada de arvejas de buena calidad se pagó hasta 340 dólares.

En el ciclo 2009/10, el costo de la siembra y la cosecha del cultivo se ubicó en torno a los 250 U$S/ha. Los insumos (curasemillas, inoculantes, fungicidas, herbicidas, fertilizantes fosforados, fertilizantes foliares, hormonas, insecticidas y desecantes) representaron alrededor de 125 U$S/ha, mientras que las labores (barbecho, pulverizaciones y siembra) fueron presupuestadas en 65 U$S/ha. La cosecha rondó los 55 U$S/ha. “Esta campaña hubo muchos tratamientos por problemas de insectos y enfermedades; por lo general, el costo de implantación es más bajo”, comenta Federico Varela, integrante del CREA Pergamino.

Las variedades más usadas son Viper y Facón. También se usan, en menor medida, Bolero y Tur. Los cultivares están inscriptos, pero en muchos casos son de producción propia (el productor clasifica y guarda su propia semilla). En los últimos tiempos, una gran compañía de agroinsumos y diversas empresas exportadoras de arveja comenzaron a introducir nuevos materiales. En 2009, el costo de la semilla -para aquellos productores que deseaban introducirse en la actividad -oscilaba entre 500 y 600 u$s/tonelada (se siembran entre 220 y 250 kg/ha de semilla).

El cultivar Viper es más fácil de cosechar porque genera una planta más erecta que Facón. Pero esta última produce un grano que es más apreciado por las industrias enlatadoras.