La escuela y el

Mundial: un solo

corazón

María Cristina Pepe.

DNI. 5.598.785. Docente.

Señores directores: Parece que así será, tanto en la Nación como en la provincia.

¿Cómo se “aprovechará” este disfrute? ¿Dando clases de Geografía sobre Sudáfrica? ¿Acaso, ejercicios de Matemática? ¿Alguna escritura, al respecto, en Lengua?

Tratemos de ser sinceros: las autoridades ministeriales, los adultos, los padres (que no quieren que sus hijos pierdan un minuto de clases debido a paros que no son sólo por salarios, que involucran mucho más): ¿por qué y para qué El Mundial dentro de la escuela?

Disfrutar a Messi que gana millones de euros y es un chico de tan sólo 22 años... es un tema para pensar. Una pelota parece poderlo todo. Sacar a alguien de la miseria (Maradona), llevarlo a la fama desmedida, sin contención alguna, y de ahí a muchos desastres (que hoy, sobrelleva, en parte).

Una pelota convierte a los barrabravas en dueños de algunos clubes, de jugadores, en matadores —en muchas ocasiones— de hinchas...

Una pelota es el tema excluyente de la semana para mucha gente que muere si no hay fútbol. Mientras tanto, la vida pasa por otros lugares. Los problemas asolan a la Argentina, a nuestra provincia, a nuestra ciudad.

Una alegría está bien, pero, ¿de qué se hablará en la escuela? ¿Quizás de que el deporte bien entendido no debería ser un negocio, ni una salida laboral para un pibe de barrio y su familia? ¿Se hablará de cómo muchos deportistas con el afán de triunfar, de “rendir más” acuden al dopping? ¿Se hablará de lo que realmente importa para que ser ciudadano, formarse como tal, sentirse argentino/a no sea un banderazo de unos días? Ojalá sea así, porque la escuela es la alternativa que va quedando frente a sociedades cada vez más mediáticas, más consumistas, más deculturadas.

¿Qué harán en los días del Mundial aquellos chicos/as que no son futboleros?

Muchas preguntas. Pocas respuestas. Después de todo: la esperanza es lo último que se pierde.

Golondrinas

Dolly Campana.

L.C. 1.049.195.

Se van.

Muy triste las veo partir, seguras están del camino a tomar y a otros lugares alegría llevar.

Todo será hermoso, el amor renacerá, siempre habrá una flor, para la belleza realzar.

Pero no importa, golondrinas, estaremos junto a los leños del hogar, con muchas cosas por contarnos, mil proyectos realizar y te aseguro que el amor no ha de faltar.