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Minoristas: se estancan las ventas

Luego de un mes de enero auspicioso, los comerciantes de la ciudad observan signos de retracción. Las compras se desplazan hacia bienes de primera necesidad. Impactó la inflación y se redujo el poder adquisitivo.

 

Félix Canale

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Pese a que los números de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) vienen reportando un crecimiento continuo de las ventas minoristas en los últimos 5 meses a escala nacional, en la ciudad de Santa Fe el fenómeno no se replica.

En marzo, según la encuesta del Observatorio del Centro Comercial, el porcentaje de negocios que mejoró sus ventas interanuales fue de 51%, un retroceso de 4 puntos porcentuales frente a los resultados de febrero y 32 menos que los de enero. Al observar la evolución estadística (ver gráfico) surge que, excepto la notable mejoría del primer mes de 2010, la situación se mantiene sin cambios sustanciales desde noviembre pasado.

Enero atípico

Para Fabián Zanutigh, gerente del Centro Comercial, y Javier Gutiérrez, director del Observatorio, el análisis de la recuperación del primer mes del año (que alcanzó a 83% de los comercios encuestados y que creó grandes expectativas hacia el futuro), presenta aristas de difícil interpretación.

La más admitida es que en ese mes ingresó una masa de dinero “nuevo”, proveniente del plan de asignación por hijo. Las estimaciones sitúan en aproximadamente 10 millones de pesos mensuales la inyección de efectivo que circula en la ciudad por ese plan social.

Sin embargo, en febrero y marzo esos planes continuaron, e incluso aumentaron en cantidad de beneficiarios, pero los negocios minoristas que vieron caer sus ventas pasaron de 18% en enero a 49% en marzo. ¿Dónde está el volumen de dinero que los planes sociales suman a la economía de la ciudad?

Transferencia

Para buscar una explicación debe recordarse que la encuesta del Observatorio se realiza sobre establecimientos que no venden alimentos. De allí que los mayores incrementos de ventas registrados en la segunda quincena de diciembre y todo enero fue en indumentaria y calzado, particularmente en zonas comerciales que atienden a consumidores de bajos recursos.

Este segmento de consumidores representa en Santa Fe más del 30% del total de la población y es el sector que sufre con mayor fuerza el impacto de la falta de trabajo, que según los cuestionados índices del Indec alcanzaba en el último trimestre de 2009, entre desocupados y subocupados, al 22 por ciento de la población total del llamado Gran Santa Fe.

El otro dato a tener en cuenta es que, según los estudios de Fiel, en los primeros tres meses del año la canasta de indigencia (Canasta Básica Alimentaria) aumentó 15.3%, mientras que la canasta básica total lo hizo en 8.2%.

Los directivos del Centro Comercial piensan que se esté produciendo una reorientación de los recursos provistos por la ayuda social, que se desplazan ahora hacia la compra de alimentos. En enero, todavía no se había sentido el impacto de la creciente inflación de los comestibles.

Inflación real

En algún momento de marzo se adujo que las ventas minoristas habían caído como consecuencia del conflicto salarial de los empleados del Estado provincial. La encuesta del Observatorio indica que el paro laboral no fue decisivo en el retroceso. “Es cierto que el sector comercial teme cualquier conflicto social porque, inevitablemente, repercute en la disposición de compra de los consumidores. Pero en el caso de la reciente huelga este fenómeno no fue agudo”, analizan en el Centro Comercial.

El razonamiento se apoya en que 22% de los consultados en la encuesta de marzo dijo que “el conflicto genera malestar y la gente prefiere no comprar”. Pero un rotundo 53% tomó el toro por las astas y expresó que “no se vende porque cayó mucho el poder adquisitivo en estos meses.”

Como se sabe, la inflación acumulada en el primer trimestre está en el orden de entre 7 y 8 por ciento. En paralelo, el rubro de alimentos y bebidas trepó, en los 30 días que van del 16 de febrero al 16 marzo, 8,4 por ciento desestacionalizado, según el seguimiento de la consultora InflaciónVerdadera.com.

Los alimentos

Todo este marco puede estar demostrando que el grueso de las compras se orienta hacia bienes de consumo diario, en tanto se postergan otras necesidades, no sólo en los estratos de menores recursos.

“En resumen - explican en el Centro Comercial- se puede ver una transferencia de rubros como indumentaria, calzado, ferretería o bazar, hacia sectores alimentarios, que ven crecer sus ventas en términos nominales, de la mano de un aumento de precios muy importante en los productos que éstos comercializan.”

El concepto central de los voceros de la entidad es que, a su juicio, el poder adquisitivo está disminuyendo y esto puede prolongar la situación de estancamiento en el comercio minorista de la ciudad. “Hoy las cosas no están bien”, sintetizan.

Independientemente de los datos que maneja el Observatorio, existen elementos que podrían mejorar el horizonte. Entre ellos, la recomposición salarial que se discute en estos días y la posible decisión gubernamental de llevar a 300 pesos la asignación por hijo. Además, la presión sobre los precios parece estar retrocediendo.

Según la consultora ya mencionada, entre el 19 de marzo y el 18 de abril, la inflación mensual en alimentos y bebidas pasó de 8,5% a 1,7%. A su vez, en el mismo lapso, la canasta básica redujo su ritmo de incremento de 6,1% a 1,2 por ciento.

Los comerciantes y el campo

Del resultado de la encuesta del Centro Comercial, no se desprende una visión optimista. Las ventas están estancadas, mientras los costos se mantienen o aumentan. La activación general de la economía nacional no tiene, hasta ahora, ninguna repercusión sobre los minoristas locales.

Sin embargo una expectativa creciente descansa sobre el resultado de la campaña agrícola 2009-2010. En la encuesta de marzo el Observatorio incluyó una pregunta

concreta sobre el tema: ¿Las ventas de su negocio, dependen de la situación del campo? El 56 por ciento de los encuestados respondió afirmativamente.

También preguntó: ¿Siente que la expectativa de una buena cosecha puede mejorar las ventas de su negocio? En este caso, las respuestas positivas alcanzaron a 71 por ciento de los encuestados.

Al analizar estos resultados, el gerente de la entidad, Fabián Zanutigh, aporta una observación: “Lo curioso es que en la encuesta de principios de 2008, los minoristas no relacionaban la marcha de la producción agropecuaria de la región con su propio negocio. Eran épocas de crecimiento, todo iba bien y a nadie se le ocurría pensar por qué iba bien. Cuando surgió el conflicto entre el gobierno y el campo, muchos entendieron por primera vez la relación que existía.”

Queda claro que la expectativa no pasa porque los habitantes de las zonas agrícolas se vuelquen masivamente al consumo, sino por la activación económica de las cadenas productivas que el negocio agrícola conlleva .

“La perspectiva de una buena cosecha - dice el gerente - incrementa la actitud de consumo. En 2008 la gente no compraba aunque tuviese el dinero. Eran cautos porque tenían miedo de lo que podía pasar. No era una cuestión financiera.”

Evolución de ventas minoristas.pdf

Los costos y la inflación

Desde el gobierno central y la CGT se ha cuestionado en los últimos 20 días al sector comercial, por estar apelando a la remarcación de precios como un reaseguro ante la tendencia inflacionaria registrada en los primeros tres meses del año.

En el Centro Comercial de Santa Fe niegan que ése sea el caso de los minoristas locales. “No somos formadores de precios”, dicen. Admiten, en cambio, que el incremento de los gastos fijos, que representan “aproximadamente el 75% de los costos periódicos, prescindiendo de los niveles de venta”, sí tuvo incidencia en el resultado final de los precios.

De acuerdo con la encuesta de la entidad, entre diciembre y marzo, el costo laboral se incrementó en 10 %, los alquileres de los locales en alrededor de 16 % y la energía eléctrica cerca de 13 por ciento. A eso, debe sumarse el costo de las mercaderías, que subieron en proporciones distintas.

Todos estos factores, en definitiva, concurrieron para que el 71 % de los negocios minoristas aumentaran los precios desde febrero, lo que también podría explicar el retroceso de ventas frente a enero. Los números pormenorizados de la encuesta indican que el 29 % de los minoristas no modificó sus precios, 38 % lo incrementó en porcentajes que van de 5 % al 10 % y otro 30 por ciento entre 10 % y 15 %. El remanente estadístico lo hizo en menos de 5 por ciento.

Por rubro, los mayores incrementos se registraron en artículos deportivos y bazar, mientras que en el grupo que no modificó sus precios la mayoría corresponde a venta de indumentaria.

Ante la pregunta concreta sobre si los aumentos eran una forma de cubrirse ante una posible espiral inflacionaria, el 91 por ciento de los encuestados respondió que no.