Como ante Aldosivi, una derrota injusta que lo pone al borde de la eliminación...

Unión jugó bien con los pies y lo perdió de cabeza

Zalazar y el Tato Mosset ganaron de arriba y por eso ganó Olimpo, que también contó con una ayuda de Collado que no vio un foul a Limia en el segundo gol.

Unión jugó bien con los pies y lo perdió de cabeza

Unión se situó en los extremos en esta temporada de la B Nacional: fue el equipo más goleador (aunque ayer falló demasiado en la red rival), pero, a la vez, fue el que más tantos recibió de los que ocupan los diez primeros lugares de la tabla. Allí está parte de la explicación de esta campaña.

Foto: Gentileza diario La Nueva Provincia

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Bahía Blanca)

Se desintegran las chances de Unión. Se apagan y no hay forma de avivarlas. Ni siquiera jugando bien -o al menos mejor que el rival- se pueden conseguir esos benditos puntos de visitante que ayuden a la gran campaña como locales. Unión no gana ni jugando bien afuera. Y así no hubo, ni hay ni habrá manera de conseguir lo deseado. Sólo ganando de local no se puede. Y eso es lo que hizo Unión durante casi todo el año: ganar de local y penar de visitante. No alcanza.

Ocurre que hay distintas formas de perder. Una cosa es hacerlo como en Rafaela, dejando una imagen penosa, confusa, sin libreto; y otra diferente es hacerlo como anoche en esta fría Bahía Blanca, injustamente, con un arbitraje que lo perjudicó en una jugada puntual (el segundo gol de Olimpo fue con clara infracción en perjuicio de Limia) y ante un rival que no hizo más que Unión; al contrario, hizo menos que el Tate. Pero le ganó.

Como aquella vez en Mar del Plata, ante Aldosivi, cuando Unión cayó por la impericia de sus delanteros y no por superioridad del rival, habrá que explicarle al hincha que el resultado es lo que menos aclara lo ocurrido en el partido. No fue más Olimpo en ningún pasaje del partido. No dominó, ni jugó mejor que Unión, metió dos goles de cabeza en los momentos menos propicios y se llevó un premio demasiado grande; o en todo caso, un castigo muy pesado para este Unión al que jugar de visitante se le convirtió en una carga demasiado pesada.

¿Qué se le puede discutir a Unión y a Alí? Posiblemente, no haber sido concreto para definir situaciones. Todo lo demás lo hizo relativamente bien. Jugó con orden, respondieron los pibes (Barisone, titular sorpresivo, hizo un partido interesante), manejó bien la pelota en el medio, atacó de varias formas, abrió bien la cancha con Montero y con Matías Donnet, tuvo situaciones... ¿Se le puede discutir que no tuvo ambición?, de ninguna manera. Unión salió a jugar de igual a igual, se plantó en el campo rival, soltó a los marcadores de punta, arriesgó siempre. Algunos se preguntaban por qué no hizo antes algún cambio, pero no daba para eso. Los delanteros habían levantado su nivel en el segundo tiempo, el partido estaba empatado y en una cancha chica hay que medir muy bien lo que se hace, porque cualquier sector que se desproteja puede ser lapidario, Unión era más que su rival y todo hacía suponer que si el partido se inclinaba para uno de los dos lados, era para el de Unión. Sin embargo, una falta clara en perjuicio de Limia (doble falta se encargaron de decir los protagonistas luego del partido, la primera cuando el arquero de Unión salió a rechazar el córner y la segunda cuando cabeceó Mosset desde lejos luego de recibir ese rechazo) le dio a Olimpo la victoria definitiva. Injusta. Casi decisiva para su virtual retorno a Primera División.

Sorpresa y astucia

El Turco le había pegado un verdadero “uñazo” al tablero con la primaria decisión de incluir a Germán Rodrigo Acosta de líbero. No es la primera ni la última vez que se piensa en un “5” para que juegue de “2”. En Unión, los casos abundan. A saber: Carlos Trullet en la época del Toto Lorenzo; más tarde, Mario Alberto, el Flaco Landucci, Canuto, etcétera. La pregunta era: ¿justo en este partido? Porque la apuesta parecía muy grande: un jugador que toda su vida jugó de volante central, que sólo lo hizo de defensor en Liga y que hacía 17 partidos que no era tenido en cuenta. Arriesgado por donde se lo mire. Pero el Turco lo pensó bien y cambió. En realidad, ese golpe de timón fue a medias, ya que se decidió de última por un inexperto Diego Barisone, que le respondió con creces. Al menos, el técnico puso en cancha a un jugador que ocupe un lugar natural en la cancha. O sea, un defensor en el puesto de defensor. Y no le salió mal, porque Olimpo nunca fue un equipo inquietante para Unión, aunque en esto tuvo mucho que ver el buen trabajo del mediocampo.

En ese medio, con mucha voluntad para plantear el partido en el terreno contrario, estuvo la verdadera medida de lo que fue Unión. Verlo a Montero pisando el área reiteradamente; a Matías siendo bien ofensivo y a Calgaro y Saucedo tratando de recuperar la pelota en el terreno rival, denunciaron las verdaderas intenciones de Unión: ahogarlo a Olimpo, taparle todas las salidas, no dejarlo progresar con claridad en la cancha e impedir que lluevan centros sobre el área de Limia.

De todos modos, los dos goles llegaron por la vía temida y no deseada. En el primero, se anticipó muy bien Zalazar a la marca de Vera; en el segundo, la ayuda de Collado para que el cabezazo de Mosset llegara al fondo del arco. En medio de eso, Unión tuvo el retorno al gol de Guerra (también de cabeza) y varias situaciones muy propicias que pudieron cambiar el destinatario de los tres puntos. O por lo menos, un reparto de unidades, lo cual hubiera estado un poco más acorde con lo que se vio en los 90 minutos.

Morir con el Turco y barajar

Se apagan las chances del equipo. Como la vida misma, mientras el corazón de Unión siga latiendo, habrá esperanzas. Pero todo parece indicar que las posibilidades empiezan a transformarse en remotas, sobre todo si Atlético de Rafaela le gana esta noche a San Martín de Tucumán en su cancha y si Instituto hace lo propio con el descendido Italiano. Por eso, es inevitable iniciar una suerte de balance que, estoy seguro, por la cabeza de los dirigentes ya se está haciendo. Y por la de Alí, también.

Acá, lo principal, es ser coherente y honestos todos. ¿Qué se le pidió a Alí cuando empezó el torneo?, ¿qué movilizó a Pumpido para decidirse a volver a Unión en un momento delicado desde lo deportivo, lo económico y lo institucional?, ¿se cambiaron los planes cuando el equipo terminó segundo la primera rueda?, ¿se hizo un esfuerzo acorde con la necesidad de buscar un ascenso o se pensó en otra cosa? Estas preguntas deben ser contestadas con mucho realismo y honestidad por parte de los dirigentes y de los conductores del plantel. Sólo de esa forma se podrán hacer evaluaciones coherentes y exactas.

Hay algo que nadie puede discutir y es que la presencia de Pumpido-Alí generó una expectativa inusual. Muchos pensaron que el ascenso estaba garantizado. Y hoy nadie puede firmar nada antes de jugar. Que el objetivo, en algún momento, estuvo cerca, no caben dudas. Pero Unión no tiró la casa por la ventana y nadie, al menos que uno recuerde, mencionó la palabra ascenso en el inicio de la temporada. Éste es un primer punto de partida, más allá de un reconocimiento explícito hacia una dupla (la del mánager y el técnico) que generó mucha expectativa y que, por eso, también provoca una frustración en la gente.

Lamentablemente, Unión empieza a cargar con esa mochila de sentirse obligado, cada año que pasa, a pelear el ascenso. Entonces, esa obligación trae aparejado, cuando no se consigue, la inevitable sensación de desilusión. Y empieza a rondar la palabreja fracaso, que echa por tierra con las buenas intenciones de los técnicos de turno y con el trabajo, algo que se debería capitalizar y que, estoy seguro, en Unión no ha faltado: varios jugadores promovidos, refuerzos que rindieron y que podrían quedarse, un plantel mejorado en función del que finalizó el torneo pasado, etcétera.

En fin, éste será un tema de larga charla dirigencial, de evaluación y de la necesidad de un buen posicionamiento para tomar la mejor decisión. Los dirigentes no se equivocaron en elegir el camino deportivo de la mano de dos hombres como Pumpido y Alí; ahora tampoco se deberán equivocar para decidir lo mejor para el futuro, con o sin ellos. Por el momento, dura la bronca por lo que pasó anoche. Lo mismo que dijimos hace algunas semanas cuando se perdió con Aldosivi, se puede repetir ahora: Unión de visitante, hasta cuando juega bien también pierde.

Unión jugó bien con los pies y lo perdió de cabeza

El capitán Matías Donnet fue uno de los mejores jugadores en la noche de Bahía Blanca. La generación de juego pasó por sus pies y Unión contó con varias situaciones para convertir, pero falló en la definición.

Foto: Gentileza diario La Nueva Provincia

/// SÍNTESIS

Olimpo 2

Unión 1

Olimpo: Tombolini; Villanueva, Mosset, Santín y Rodríguez Pagano; Scheffer, Mauri, Vega y Barrionuevo; Delorte y Zalazar. A.S.: Ibáñez. Estuvieron en el banco: Rogelio Martínez, Diego Reynoso, Concistre. D.T.: Omar De Felipe.

Unión: Limia; Yacob, Barisone, Vera y Maidana; Montero, Calgaro, Saucedo y Matías Donnet; Pratto y Guerra. A.S.: Caprio. Estuvieron en el banco: Cardozo, Germán Rodrigo Acosta, Ricardo Acosta y Cólzera. D.T.: Fernando Alí.

Goles: en el primer tiempo, a los 30 min Zalazar (O). En el complemento, a los 14 min Guerra (U) y a los 38 min Mosset (O).

Cambios: en el segundo tiempo, a los 25 min Rolle (O) por Barrionuevo, a los 28 min Cabrera por Rodríguez Pagano, a los 36 min Gómez (O) por Zalazar, a los 37 min Alexis Fernández (U) por Montero y a los 43 min Vazzoler (U) por Guerra.

Amonestados: en Unión, Guerra y Maidana.

Cancha: Olimpo.

Árbitro: Javier Collado.

Unión jugó bien con los pies y lo perdió de cabeza

Renzo Vera fue uno de los baluartes defensivos en esta segunda rueda del equipo, que se caracterizó por pobres resultados, principalmente jugando fuera de Santa Fe.

Foto: Gentileza diario La Nueva Provincia

7

Goles

Hizo Claudio Guerra en esta temporada, contra los 12 de la temporada anterior. Jugó 49 partidos desde que está en Unión y en la segunda rueda sólo marcó dos goles. Lo persiguieron las lesiones.

349

Minutos

Llevaba Laureano Tombolini sin que le convirtiesen goles, cuando Guerra marcó el suyo, de cabeza, tras un centro de Donnet desde la izquierda.

8

Partidos

Jugaron Unión y Olimpo en el historial, con 4 victorias para los tatengues, 3 para los bahienses y un empate.

15

Partidos

Sin ganar de visitante son los que acumula Unión. En ese lapso, empató cinco y perdió los diez restantes. Sólo cosechó el 21 por ciento de los puntos en juego en esa condición, contabilizando las dos victorias en el inicio de la temporada ante los jujeños de Gimnasia y Tiro Federal.