Informe de la FAO

El peso de los tambos en el calentamiento global

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Herramienta de medición. Con esta mochila, los técnicos del INTA Castelar determinaron que una vaca de 550 kilos genera entre 800 y 1.000 litros diarios de gases (un 25% es metano).

Foto: Archivo campolitoral

Un estudio determinó que la lechería genera el 4% de los gases efecto invernadero. En el INTA Castelar se estudian alternativas de manejo para reducir estas emisiones.

 

Campolitoral

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El sector lácteo genera un cuatro por ciento de las emisiones mundiales de gases efecto invernadero, los principales “sospechosos” del calentamiento global. Esta es la conclusión de un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que se publicó esta semana. Las vacas “eructan” metano —uno de los seis gases efecto invernadero— como parte de sus procesos digestivos.

El informe de la FAO abarca todos los principales sistemas de producción lechera, desde los rebaños de pastores nómadas en los países más pobres a las operaciones lecheras intensivas como los megatambos. Se centra en toda la cadena alimentaria láctea, incluyendo la producción y transporte de insumos (fertilizantes y pesticidas) utilizados para la producción lechera, las emisiones en las granjas y las que se asocian al procesado, envasado y hasta el transporte de la leche a los comercios minoristas.

“Este informe es fundamental para comprender e identificar las oportunidades para reducir el impacto medioambiental del sector lácteo y, al mismo tiempo, proporcionar productos alimenticios sanos y nutritivos”, afirmó Samuel Jutzi, director de la División de Producción y Sanidad Animal de la FAO.

Los números concretos precisan que en el 2007, el sector lácteo emitió 1.969 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalente, de las cuales 1.328 millones de toneladas se atribuyen a la leche y 641 millones de toneladas a la carne de los animales sacrificados que vienen de la actividad lechera (por ejemplo, los terneros holando). La conversión teórica del metano que emiten las vacas en “CO2 equivalente” es una herramienta conceptual para poder comparar el peso de los distintos gases efecto invernadero (son seis en total).

La evaluación es parte de un programa en marcha para analizar y recomendar alternativas para la mitigación del cambio climático. El siguiente paso es utilizar un enfoque similar para cuantificar las emisiones de GEI asociadas con otras importantes especies ganaderas, incluyendo el búfalo, las aves de corral, los pequeños rumiantes y los cerdos. La efectividad, bienestar e implicaciones comerciales de las diversas normativas se alcanzarán posteriormente a través de modelos económicos. Está previsto publicar un informe final en 2011.

Las vacas argentinas

Los gases que producen las vacas, toros y terneros aportan el 66 % de las emisiones que genera el sector ganadero en el país. Aunque parezca increíble, esta actividad productiva produce más del 30 % de los gases efecto invernadero que generar la argentina.

Por esta razón, el equipo de Guillermo Berra (INTA Castelar) diseñó una mochila de plástico, que se coloca encima de las vacas y mide la cantidad de gases ruminales que producen los animales en sus estómagos.

“Consiste en un sistema electrónico, instalado con un arnés en la región dorsal del bovino. Se acopla, mediante microfístulas ruminales, a un sistema de cánulas comunicadas directamente con el interior del rumen, donde se forman los gases que contienen metano”, explicó Berra.

El año pasado este método se hizo más conocido porque la revista “Science” seleccionó a la vaca mochilera como una de las imágenes científicas más sorprendentes del 2009. Con la mochila, el equipo de Berra logró demostrar que un animal de 550 kilos puede emitir entre 800 y 1.000 litros diarios de gases con un 25-30% de CH4 (metano).

Según el investigador, en la medida que se mejora la eficiencia se disminuyen las emisiones por unidad de producto. “Argentina tiene un margen importante para crecer en términos productivos". Concluyó Berra.

El siguiente paso es utilizar un enfoque similar para cuantificar las emisiones de GEI asociadas con la ganadería, los búfalos, las aves de corral, y los cerdos.

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La clave: ser más eficientes

Para los tamberos y ganaderos que quieran ir mejorando el perfil ambiental de sus explotaciones, Guillermo Berra (INTA) elaboró una serie de recomendaciones:

— En los rodeos de cría adelantar un año la edad al primer parto reduce un 15% las emisiones por unidad de producto.

— Con la mejora en los índices reproductivos (75 a 83% de preñez retenida) se reducen las emisiones de metano en un 35%

— Al disminuir la mortalidad al destete del 13 al 6% se reducen las emisiones de metano en un 40% para los sistemas propuestos.

— En la invernada, las emisiones de metano se reducen considerablemente al mejorar la oferta alimenticia de los bovinos, tanto en cantidad como en calidad (digestibilidad).

— En los tambos, un incremento de tres litros en la productividad de cada vaca, una mejora en la preñez del 2% y una disminución del índice de abortos del 2%, colabora para reducir las emisiones en un 16,5%.