“Aún parece devastado por una guerra”

Un santafesino que brinda ayuda en Chile

Carlos Sejas, miembro de Cruz Roja Argentina, coordina la ayuda humanitaria internacional en el vecino país. Las donaciones alcanzan U$S 13 millones y el apoyo continuará hasta el 2011.

 

De la redacción de El Litoral

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El sismo de Chile es considerado como el segundo más fuerte en la historia de ese país y uno de los cinco más fuertes registrados por la humanidad.

“A dos meses del sismo, aún hay regiones que parecen desbastadas por una guerra”, asegura el santafesino Carlos Sejas, quien coordina la ayuda humanitaria en el vecino país.

“Todavía se hacen esfuerzos para encontrar a personas desaparecidas. Día atrás, más de 300 miembros de la policía y las fuerzas armadas llevaron a cabo una búsqueda exhaustiva -pero infructuosa- en Pichilemu (Maule) para encontrar a dos niños desaparecidos”, continúa afligido el rescatista de la Cruz Roja Argentina.

“Desde que llegué a Chile (22 de marzo) me hice cargo de la logística de la operación. El llamamiento que hizo la Federación Internacional de la Cruz Roja (Firc) y la Cruz Roja Chilena es de 12.898.800 de dólares hasta este momento. Esa ayuda sirve para proporcionar artículos no alimenticios y soluciones de alojamiento de emergencia a 50.000 personas; atención a la salud preventiva comunitaria para 90.000 personas; y agua y saneamiento para 10.000 hogares. Esta ayuda humanitaria tendrá una duración de un año y se prevé que concluya el 2 de marzo de 2011”, detalla el santafesino, delegado de la Unidad Panamericana de Respuestas a Desastres (Padru).

Chile, hoy

Según el logista, “el mayor problema es la falta de viviendas para las familias afectadas”. El sismo destruyó 81.444 casas; 108.914 tienen daños graves y 179.693, daños menores. “La reconstrucción es el gran desafío debido a que la eliminación de escombros sigue siendo un reto para todos los que estamos trabajando aquí. Con la participación de expertos científicos, han comenzado los debates sobre dónde y cómo se llevará a cabo la reconstrucción costera donde afectó el tsunami”, comentó Sejas.

Los expertos han propuesto un sistema por niveles que tiene una zona de “no construcción de edificios” más cercana al mar; una zona intermedia, que podría tener edificios con planes de contingencia adecuados y; por último, las áreas seguras de futuros tsunamis. “La gran variedad en los niveles de las olas, que van de 4 hasta 30 metros de altura, complica el establecimiento de planes de uniformes”, detalla Sejas.

Talca, la capital de la Región del Maule, fue una de las ciudades más castigadas por el sismo. En su casco histórico habrá que demoler 2.400 inmuebles. Hay 15.000 damnificados y cientos de ellos aún viven en carpas en barrios periféricos: 1.850 familias esperan un techo.

Además, 12.374 alumnos continúan sin clases, de un total de 55.600 y 17 recintos educacionales (de 144) no han normalizado sus actividades por los graves daños. Sólo un tercio del comercio logró reabrir.

Idiosincrasia

En el momento de impacto, hubo muchos voluntarios, pero a medida que se comienza a volver a la normalidad, vuelven a sus quehaceres. “Van quedando pocos voluntarios, esto retrasa las entregas y el trabajo en terreno. Además, aquí las distancias son largas, los caminos aún están intransitables, no podemos pasar con camiones muy grandes y la llegada de ayuda humanitaria a la población más alejada se complica”, señalo Sejas.

Respecto del pueblo hermano, reflexiona: “El chileno es muy recto, muy estricto; sobre todas las cosas, muy respetuoso de las personas. Los chilenos no aceptan cualquier ayuda. Sólo agarran lo que necesitan; lo que no, lo devuelven. Esto sólo ocurre en países del primer mundo”.

12.898.800

de dólares

es la ayuda conseguida hasta el momento por la Cruz Roja. Internacional.

81.444

viviendas

destruyó el sismo en Chile.

Un santafesino que brinda ayuda en Chile

Los rescatistas ayudan a quienes perdieron todo, mientras continúa la búsqueda de personas desaparecidas.

Foto: Gentileza de Carlos Sejas

Un santafesino que brinda ayuda en Chile

La ayuda llegó a través de barcos y aviones, pero luego debió ser distribuida por el interior de las zonas más afectadas.

Foto: Gentileza de Carlos Sejas

Vocación de ayudar

Ingresó como voluntario a la Cruz Roja Santa Fe en las inundaciones de 1982 y se ha desempeñado desde entonces como voluntario, guardavidas e instructor en primeros auxilios. Ha dictado clases de socorrismo y rescate. Tras la inundación de 2003, fue designado por la Cruz Roja Argentina para formar parte de la Unidad Panamericana de Respuesta a Desastres. Desde entonces ha participado en acciones de ayuda humanitaria como logista en Argentina, Bolivia y Chile.

/// el protagonista