Señal de ajuste

El año será largo

Roberto Maurer

Desde el lunes hay televisión, es decir, la verdadera, la de Tinelli. En su canasta, entran todos los géneros -ahora el de la ficción policial-, y el resto de los productos de la tele empalidecen, muchos se corren como si pasara un camión Volvo 670, y otros vuelven a vivir parasitariamente de “ShowMatch”.

Es la temporada 21º del ciclo, con nuevos formatos que seguramente serán sometidos minuto a minuto a la metodología de la prueba y el error en la cual se basa en parte el éxito de Marcelo Tinelli. La primera y más visible novedad fue su look, el motivo de su inasistencia el día anterior a la entrega de los Martín Fierro: se trataba de preservar la sorpresa. Curiosamente, el actual aspecto de Tinelli se acerca peligrosamente a Ricardo Fort, que, paradojalmente, es un descubrimiento suyo. Es como si Walt Disney imitara al Pato Donald.

Desde ahora, como se sabe, coexisten dos formatos. De martes a jueves, el “Bailando” para el cual hubo un casting durante meses donde, fuera de pantalla, ya se produjeron algunos escándalos. La lista de 28 parejas participantes fue de confección tan trabajosa como la de la selección argentina, en tanto que el jurado se integró con menos facilidad que el Consejo de la Magistratura. Al momento de publicarse estas líneas, “Bailando” ya es una bola de fuego en movimiento.

Soy feliz, la vida es una fiesta

El otro formato es un megashow reservado a los lunes, o superlunes. Su apertura fue ambiciosa, con 250 bailarines, cantantes, acróbatas y percusionistas. Ese elenco en donde solamente faltaron perros amaestrados, durante largos minutos se entregó con paroxismo y dedicación a una coreografía bastante lunática que en su momento culminante estalló con el “soy feliz, soy feliz, la vida es una fiesta”, el himno de Ricardo Montaner.

Luego de esos momentos de agobio, Tinelli bromeó con Adrián Suar, que la noche anterior se había reconciliado con Aptra, y le había organizado un gran homenaje con el cual lo devolvieron al redil de los famosos. También estaba Claudio Caniggia, a quien no se lo veía desde hace tiempo. Los años pasaron y parece el hermano de Zulma Lobato. Estaba para un anuncio: el próximo superlunes comienzo el showbol.

La gran novedad fue el policial titulado “Al límite”. Es una caricatura de las buddy movies, o películas de policías compinches, en este caso Tinelli y Nicolás Vázquez, quienes, graciosamente, interpretan a una pareja de ratis fiesteros irresponsables y propensos al gatillo fácil. No resulta gracioso ni ejemplar. Los efectos especiales del cine de acción fueron muy celebrados y resultó un modo grotesco de afirmar que los argentinos también podemos.

Mientras pasaban el fílmico se escuchaban en off los comentarios de Tinelli y sus asistentes en el estudio (los “ah, bueno”, “increíble”, “por favor”, etc.). Es una modalidad del programa: en todo momento se escuchan esas voces así esté cantando Plácido Domingo. Son voces un poco vulgares pero siempre personalizan el show recordándonos con inteligencia que estamos en el programa de Tinelli.

Federal y emotivo

Se estrenó “Baila Argentina”, un imaginativo segmento que Tinelli definió como “algo federal, emotivo”, donde ciudades del interior compiten con coreografías masivas en las cuales participan los pobladores, debidamente ensayadas, con apoyo de municipios, medios y gendarmería, e impulsadas por un “sueño solidario”. Fue inquietante observar a centenares de humahuaqueños ensayando e interpretando una coreografía de Michael Jackson: nos podemos quedar sin carnavalito.

Con el respaldo de Tinelli y su condición de mecenas de sí mismo, Ricardo Fort demostró que no protagoniza un fenómeno pasajero. Apareció con tachas y cueros en un adornado número musical y luego en otro acompañado por su imitación, a cargo de Martín Bossi.

Se sumó el Trío Midachi, en un falso casting para “Bailando”, donde compitieron la Tota y la Pochola acompañadas por un símil de Flavio Mendoza. Y el primer superlunes fue cerrado con un minirrecital de Ricardo Montaner. La noche anterior, había recibido el Martín Fierro por su aporte a “Valientes”, y se lo agradeció a Jesucristo y Suar. Sólo le falto agradecer a Dios, es decir, Tinelli. Como dijo Ricardo Fort en cierto momento: “El año será largo”.

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El actual aspecto de Tinelli se acerca peligrosamente a Ricardo Fort, que, paradojalmente, es un descubrimiento suyo.

Fotos: Gentileza Ideas del Sur