El miércoles podría decidirse el futuro de milkaut
¿Oportunidad o emergencia?
A horas de la Asamblea General de AUT surgen datos que contradicen los argumentos de las actuales autoridades de la S.A.. La deuda se muestra mayor a la que se dice y los balances dan cuenta de un importante crecimiento del pasivo en los últimos 8 años. Con ese argumento, un grupo de socios pedirá el desplazamiento de gerentes y directores.
Campolitoral
El próximo miércoles 12 de mayo se realizará la Asamblea General Extraordinaria de Asociación Unión Tamberos (AUT) en la que podría cambiar el rumbo de la octogenaria cooperativa tambera (en octubre cumplirá 85 años), ya que sus socios deberán determinar si habilitan la venta de la mayoría accionaria de Milkaut S.A. y de esa manera perder el control en la industrialización de la materia prima, uno de los principales fundamentos que dio origen a la institución.
A esa instancia se llegará luego de un aceleramiento del proceso de venta desencadenado tras las revelaciones periodísticas realizadas por Campolitoral en su edición del 10 de abril en las que se develó la existencia de oferentes interesados, así como de una feroz interna que eyectó de la presidencia a Miguel Benvenutti. A su vez, generó luego el descargo del gerente general de la empresa, Federico Eberhardt, así como del nuevo presidente, Hugo Bidart, quienes sugirieron que no hay urgencia para concretar la transacción, sino oportunidades que es necesario analizar.
Sin embargo, a medida que se aproxima la fecha de la Asamblea también se incrementan las conjeturas y surgen datos que contradicen el discurso de los directivos de que la venta es una oportunidad que ofrece el mercado y no una urgencia económica, ya que los balances de los últimos años confirman un crecimiento sustancial del pasivo de la láctea con sede en Franck.
Por este motivo, trascendió que algunos de los 500 productores asociados plantearán el próximo miércoles la expulsión de las actuales autoridades de la sociedad anónima (gerentes y directores) para que el proceso en marcha sea comandado por uno de los suyos, concretamente el presidente de la AUT, Duilio Rohrmann.
La deuda de los balances
El dato más relevante que circuló en las últimas horas surge del último balance de la empresa (2008/09), en el cual se da cuenta de un pasivo al 31 de marzo de 2009 de casi $289.000.000, equivalente a u$s78 millones; superior a los u$s 55 millones de los que se habló hasta el momento y más abultado aún que los u$s 52 millones que había de pasivo cuando asumió la gestión Benvenutti-Eberhardt en 2002. “Estaba en quiebra y vinimos remando. La empresa mejoró su desarrollo; fue reduciendo su deuda, lo hizo responsablemente”, le había dicho el gerente general a El Litoral en su edición del 14 de abril.
Otra de las informaciones que pueden encontrarse en los balances es la evolución que ha tenido la deuda contraida en 1997 con la Corporación Financiera Internacional (CFI), organismo que le prestó a Milkaut u$s 25 millones (y no 55 como se está diciendo) para ampliar la capacidad de procesamiento y su línea de productos. En los 5 años posteriores, la gestión de Luis Jullier pagó u$s 7.25 millones y redujo el monto a u$s 17.75 millones; mientras que desde 2002 hasta la actualidad sólo se pagó u$s1.55 millones (el balance 2008/09 consigna una deuda de u$s 16.2 millones).
Según remarcaron los auditores en el apartado “aclaraciones previas”, el balance 2008/09 indica que “la continuidad exitosa de Milkaut S.A. como empresa en marcha dependerá entonces del cumplimiento satisfactorio del plan de negocios encarado por el Directorio y la Gerencia”. En otra sección se resalta que la empresa no canceló las cuotas de capital correspondientes a septiembre de 2008 y marzo de 2009. “Si bien esta situación otorgaría a los acreedores, en caso de notificación fehaciente a la Sociedad de aviso de default, el derecho de exigir el cumplimiento total de la deuda, el Directorio de la Sociedad ha decidió mantener la exposición del saldo adeudado”, dice el documento.
Por otra parte, la situación con algunos acreedores (alrededor del 65% se adeuda a entidades bancarias) es en extremo complicada. Según la información, de carácter público, que puede obtenerse en el Banco Central, de los 10 bancos nacionales acreedores 4 califican a la empresa con un 3 en rojo: crítico.
Elementos de sospecha
Conocedores de esta información, algunos socios de AUT responsabilizan a la actual administración por las penurias que atraviesa la empresa. Además, refuerzan su teoría al revisar los balances desde 2002 hasta la actualidad, en los que resalta que sobre 8 períodos sólo hubo resultados positivos en 2 y el resto fueron a pérdida.
Según trascendió, esos mismos productores están determinados a pedir en la Asamblea del miércoles próximo la separación del cargo de directores y gerentes para que el proceso en curso sea liderado por el titular de AUT, Duilio Rohrmann.
A su vez, cuentan con otros elementos de sospecha sobre la forma en que se desarrolla el procedimiento de venta. Uno de ellos es el canal y la velocidad con que se convocó a los socios a la próxima Asamblea General Extraordinaria: se hizo apenas unas semanas después de las revelaciones periodísticas y, por primera vez en casi 86 años de vida, mediante el envío de una “carta abierta certificada” (que tendría valor de carta documento) presuntamente para tomar algún tipo de resguardo legal. Pero además, en el texto de la misiva, se interpreta que pedirán un “cheque en blanco” a los socios para que las autoridades decidan cual es la mejor oferta y concreten la venta según su criterio. Dos puntos del Orden del Día refuerzan esa conjetura: “Tratamiento y aprobación de los lineamientos generales de la operación de venta de tales acciones” y “Autorizaciones y facultades al consejo de administración para el proceso de venta”.
Otro dato preocupante es que a la industria no le cierran los números operativos. Tanto a nivel mundial como desde el propio Centro de la Industria Lechera (CIL) establecen que una usina es viable si procesa al menos 1.000 litros de leche por cada empleado. Milkaut, en estos momentos, contaría con 1.387 trabajadores y un volumen de procesamiento de 570.000 litros (alrededor de 411 litros por empleado).
Mientras tanto, los tamberos socios de AUT que entregan a Milkaut reciben uno de los precios más bajos por su leche, entre $1.12 y $1.20 por litro, cuando otros cobran $1.40 o más, entre los que estarían incluidos los no socios que la usina de Franck trata de conquistar para no perder volumen.
Con elementos como estos en la mano, los socios deberán afrontar el miércoles una decisión muy difícil. Una de las posibilidades sugeridas por la cúpula de Milkaut, aunque otros actores aseguran que existen alternativas menos drásticas, es la venta de la totalidad de las acciones de AUT. Eso significaría que los tamberos dejarán de ser los dueños de la industria, dando por tierra con uno de los principales argumentos que impulsaron a los 29 pioneros que fundaron la cooperativa el 9 de octubre de 1925: tener el control de la industrialización como herramienta de protección para el productor frente a las contingencias del mercado.
La situación exige a cada uno de los socios la mayor responsabilidad y compromiso. El sacrificio y los ideales de las generaciones pasadas, que hicieron de Milkaut una industria pujante, están en juego. Lo mismo que el futuro de las nuevas generaciones de tamberos.
