Alemania Federal 1974

HOLANDA, EL CAMPEÓN QUE NO FUE

El fútbol le debía al pueblo alemán la organización de un campeonato del mundo. fue el inicio de lo que se considera como el “fútbol moderno”: juego ágil, destreza, habilidad, táctica, tales fueron las características de este mundial. El holandés Johan Cruyff fue el abanderado del “fútbol total” con su naranja mecánica, pero no pudo ser campeón. El “Torpedo” Gerd Müller y el “Káiser” Franz Beckenbauer se encargaron de dejar en Alemania el segundo título mundial de su historia. fotos: archivo el litoral

Parecía que Alemania no iba a ser sede de un Mundial hasta después del año 2000, puesto que aún quedaban abiertas las heridas de la II Guerra Mundial. Pero el presidente de la Fifa, JoÆo Havelange, creía que era injusto y exagerado que Alemania no fuera sede de la Copa Mundial en los ‘70, ya que el pueblo de ese país se merecía organizar un torneo de estas características.

Alemania Federal consiguió su derecho a celebrar su primera Copa Mundial de Fútbol en el 35º congreso de la Fifa, celebrado en Londres el 6 de julio de 1966, en el que también se asignaron las sedes de los dos siguientes campeonatos: Argentina en 1978 y España 1982.

La Copa Mundial en Alemania se caracterizó por la aparición de la televisión en color en forma masiva, y tuvo dos modificaciones respecto de las ediciones anteriores. La primera fue un cambio en las reglas del torneo: el sistema de grupos de la primera ronda, seguido de la eliminatoria en la segunda, fue reemplazado por un sistema de grupos en las dos vueltas. El segundo cambio fue la sustitución del trofeo Jules Rimet -en manos brasileñas desde hacía cuatro años, tras ganar Brasil por tercera vez el Mundial (1958, 1962 y 1970)-, por una estatuilla de oro macizo conocida como la “Copa Mundial de la Fifa”, que fue creada por el italiano Silvio Gazzaniga.

16 equipos se clasificaron para jugar la Copa del Mundo en Alemania. La inauguración fue el 13 de junio y el 7 de julio se disputó la final que terminó coronando a los locales como campeones.

Si bien la gran favorita a quedarse con el trofeo era Alemania, hubo selecciones que hicieron un gran papel. Holanda fue uno de los que mejor jugó al fútbol gracias a un sistema táctico que no distinguía defensores de delanteros. Se los conoció y se los recuerda como la “naranja mecánica”. Jugadores como Cruyff, Neeskens, Rep y Rensenbrink le dieron un vuelo futbolístico impresionante, en lo que se llamó “el fútbol total”. A pesar de no ser campeones, mostraron respeto por el buen juego, habilidad y destreza.

Otro de los seleccionados que fue una de las gratas sorpresas fue Polonia, que terminó tercera, al tiempo que su goleador y máxima estrella, Gzregorz Lato, era coronado como máximo anotador del mundial por sus siete goles.

La actuación argentina

Argentina llegó a la cita mundialista luego de obtener una clasificación para muchos “dudosa”. Con lo que se conoció como el “equipo fantasma”, venció a Bolivia en La Paz, y luego derrotó a Paraguay, quien había comenzado ganando el partido, pero los locales empataron con un dudoso penal, y luego de dos expulsiones en el equipo guaraní, el seleccionado argentino ganó por 3 a 1.

El árbitro chileno Rafael Hormazábal fue duramente criticado y, dos meses después, la Liga Paraguaya de Fútbol reclamó ante la Fifa los puntos del partido “por las irregularidades durante el partido”, pero eso nunca prosperó.

Ya en el Mundial, la participación del equipo argentino conducido por Vladislao “Polaco” Cap distó mucho de lo que se preveía. En los partidos de la primera fase, perdió en el debut 3 a 2 frente a Polonia, empató con Italia 1 a 1 y goleó a Haití 4 a 1. Ya clasificado para la segunda fase, fue goleado por Holanda 4 a 0, cayó ante Brasil 2 a 1 y cerró su participación empatando 1 a 1 frente a la Alemania Democrática.

Finalizó en la octava ubicación pero no conformó nuevamente ni en lo futbolístico ni en lo organizativo.

La final

A la definición llegaron Alemania Federal y Holanda, luego de vencer en sus respectivos grupos en la segunda fase de la competición. El partido fue digno de una final mundial. Los naranjas comenzaron desplegaron su juego y buen trato de balón desde el inicio, y tal es así que en el minuto uno del partido, los holandeses se adelantaron en el marcador, al transformar un penal por intermedio de Neeskens, luego de una jugada colectiva plagada de precisión y belleza, y sin que los alemanes hubieran podido tocar la pelota.

Alemania estaba herida y sus jugadores querían cambiar la historia. Maier, Beckenbauer, Vogts (fue el encargado de neutralizar a Cruyff), Hoeness y Overath, tomaron el control del juego y comenzaron a volcar el partido a su favor. Paul Breitner convirtió el empate gracias a un penal y Gerd Müller marcó el definitivo 2 a 1 que le dio a los locales su segundo título en la historia.

Franz Beckenbauer, “el Káiser”, fue el gran capitán de Alemania. Fineza, liderazgo, marca y tesón fueron algunas de sus características futbolísticas. Fue el encargado de llevar a su país al título en su casa y no defraudó. Johan Cruyff fue no sólo el capitán de la naranja mecánica, sino la expresión de una filosofía de juego que se conoció como “el fútbol total”.

Alemania alzó la Copa del Mundo, pero Holanda quedó en la historia como “el campeón que no fue”.

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Franz Beckenbauer, capitán de Alemania Federal, levanta la Copa Fifa, tras obtener el título en su propio país. Después repetiría, como DT, en Italia 1990.

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El fútbol se pone de pie: Johan Cruyff, capitán de Holanda, y Franz Beckenbauer, capitán de Alemania Federal, se saludan antes de disputar la final del Mundial.

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Johan Cruyff fue el máximo exponente de la “Naranja mecánica”, el seleccionado de Holanda que mostró el denominado “Fútbol total” en 1974. En la imagen, en el partido en que derrotaron por 4 a 0 a la Argentina.

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