Apuntes de política provincial

Frentistas para la Casa Gris


Teresa Pandolfo

[email protected]

Octubre de 2011 debería estar demasiado lejos todavía si tomamos en cuenta las fuertes fallas y carencias que aún presenta nuestra recuperada democracia. Sin embargo, es evidente que ya está lanzado el proceso electoral para la primera magistratura del país y gobernaciones e intendencias.

El movimiento de las fuerzas políticas así lo indica. La semana pasada, Néstor Kirchner desde Río Gallegos, dijo abiertamente: “Empezamos en Santa Cruz el triunfo para el 2011”, en una clara alusión a sus intenciones para postularse.

Hasta el momento, sólo Eduardo Duhalde y Francisco De Narváez aparecen entre sus opositores con un mayor grado de organización territorial. Pero hasta en el mismo peronismo no kirchnerista se sigue sosteniendo que falta el candidato para hacer frente al enorme aparato del oficialismo y que con lo que está en vidriera “no alcanza”.

En tanto, en las filas de los otros partidos opositores se observa un mayor movimiento convergente. La dirigencia de estas agrupaciones se siente satisfecha por fijarle la agenda al gobierno, y en Mar del Plata, radicales, socialistas y Margarita Stolbizer del GEN, analizaron cursos de acción en dos jornadas que llevaron hasta allí a gran parte de sus principales exponentes.

Elisa Carrió no fue de la partida -fundamentó su ausencia a un estado gripal que la obligó a estar en cama- pero con ella, sea desde la UCR como del Partido Socialista, los tantos no están tan acordados; existe una resistencia hacia ella. Por eso, en el caso del PS se dice que habrá alianza con “algunos sectores” de la Coalición Cívica.

La idea que radicales y socialistas exponen es la de reeditar el Frente Progresista Cívico y Social para la elección nacional. No todos los partidos que integran la coalición santafesina tendrían que estar en la expresión nacional pero sí tomar el modelo que unos y otros consideran “exitoso”.

Radicales y socialistas se consideran, en conjunto, la columna vertebral del modelo. De allí es que Ricardo Alfonsín, el viernes en Rosario, hablara de una fórmula compartida, y en uno de los lugares del binomio, Hermes Binner.

En la provincia

El radicalismo se ha tonificado y una nueva generación ocupa los cargos. La dirigencia nacional se mueve como viendo nuevamente su oportunidad histórica. También dentro del territorio santafesino, los hombres de la UCR mantienen la expectativa de poder colocar el futuro candidato a gobernador.

En rigor, la UCR le aportó al Frente su extendida estructura partidaria en las localidades del interior. Y si bien las líneas internas radicales se mantienen vigentes, no habría intención de pelearle al Ing. Mario Barletta la posibilidad de su postulación para la Casa Gris. Sus allegados sostienen que si hay candidatura recién se la definirá en el último trimestre del año, en tanto que otros indican que esto ya está resuelto.

Barletta no es el único frentista con estas aspiraciones. El núcleo más directo a Hermes Binner piensa en Antonio Bonfatti, actual ministro de Gobierno; otro sector interno del socialismo, abiertamente, sostiene que la postulación debe ser el senador Rubén Giustiniani, en tanto que el Ing. Miguel Lifschitz, intendente de Rosario, mantiene en alto su expectativa. Hasta aquí hay cuatro figuras con intereses concretos para la Casa Gris.

Lifschitz declaró el viernes que no habrá internas y que la postulación saldrá del consenso y otras voces cercanas al gobierno han reconocido que “a todos se los medirá y luego resolveremos”.

Para el Frente es crucial ganar nuevamente la provincia y retener las intendencias de Rosario y Santa Fe, tan importante como lo es para el justicialismo recuperar el gobierno. Por lo que habrá que esperar choques más fuertes en el segundo semestre que los vistos hasta ahora, por ejemplo, en las Cámaras legislativas.

Dificultades

Ni al justicialismo ni al Frente las cosas les resultarán sencillas. El peronismo está dividido porque responde a dos proyectos nacionales diferentes, aunque en el territorio parezca que esto no es así. Y en el Frente se da otro tipo de situación: en Rosario se percibe cansancio en el electorado después de tantos años de administración socialista, y en la provincia, insatisfacción por promesas que no se cumplen.

En este punto habría que hacer como un paréntesis de varios puntos: primero, la llegada de Binner a la Casa Gris generó expectativas que eran desmedidas para un grupo de gobierno que no tenía experiencia provincial. Entonces, los resultados no pueden estar a la altura de lo que un cambio de signo político puede producir; el caso más emblemático es el de la seguridad pero no el único.

Pero esta periodista sostiene que hay otro factor difícil de describir sin herir susceptibilidades y es que el gobierno vive su propia película respecto de cuestiones como el plan estratégico, la regionalización o la reforma de la Constitución, ideas que nada tienen que ver con el interés directo de la gente, que está pidiendo a la política que resuelva las demandas concretas de trabajo, seguridad e infraestructura.

Sin dejar de reconocer que los cambios constituyen procesos complejos, lo que se percibe es un doble carril: por uno transita el gobierno con la idea que tiene de sí mismo y de sus logros, y por el otro, lo que realmente ocurre en la provincia y que no depende de la actividad privada. A esto, contrariamente a los socialistas, lo tienen muy claro los hombres del radicalismo, con más calle recorrida.

Por eso, además de haber tenido que salir a reforzar Rosario, como lo está haciendo Binner con una presencia institucional mayor que la lógica, dentro del Frente se admite que el debate también debería pasar por el contenido de la gestión de gobierno, sumado a la institucionalización que se reclama y a las eventuales candidaturas.

2_FR.jpg

Miguel Lifschitz

Foto: Pablo Aguirre

3_MG.jpg

Antonio Bonfatti

Foto: Mauricio Garín

4_LC.jpg

Rubén Giustiniani

Foto: Luis Cetraro