Al margen de la crónica

Para mejorar entre todos

 

El hecho de que la iniciativa de la Municipalidad de Santa Fe de disponer la recolección diferenciada de residuos haya tenido como una de sus réplicas el notable incremento de la venta de cestos (tal como reflejó El Litoral días atrás) representa un dato, en cierta medida, alentador.

Es que una lectura posible es que muchos santafesinos asumieron la responsabilidad de plegarse de entrada a esta acción que, en última instancia, y más allá de todas las estrategias de difusión y concientización que pueda implementar el gobierno local, depende pura y exclusivamente de una decisión personal.

Adquirir nuevos hábitos no es una tarea fácil. Hay determinadas rutinas que están tan arraigadas que modificarlas requiere, necesariamente, un esfuerzo. Pero cuando se trata de problemáticas como las de la basura, cuyos efectos adversos terminan siendo perjudiciales para la sociedad en su conjunto, estos cambios se tornan necesarios.

La estrategia de las autoridades municipales de establecer días específicos para la recolección de los residuos húmedos y los secos parece acertada. Simplemente porque su funcionamiento adecuado seguramente va a redundar en la generación de beneficios colectivos.

Muchas veces hablamos con admiración de los países del Primer Mundo. Y si bien es cierto que hay determinadas cuestiones por las que todas estas naciones nos llevan un abismo de ventaja, hay otras materias que no dependen tanto de las políticas públicas que se ponen en marcha, sino más bien de actitudes cotidianas de cada uno de nosotros.

Es que en cuestiones como el tránsito y el tratamiento de los residuos, no basta con tener las mejores y más prolijas reglas. Lo que hace falta en verdad es, de parte de cada uno, asumir las normativas vigentes como obligaciones y no como simples molestias. Y, por más que suene trillado, para lograr esto hay que tener verdadera conciencia de que el cambio empieza por casa.