Se agita la interna del Frente Progresista

Binner desató el debate por 2011

Hoy volvió a respaldar a Bonfatti, insistiendo en la continuidad de la gestión. Desde el socialismo contrarrestan sus argumentos. Y el radical Marcucci dijo que el gobernador debería ser prescindente.

 

Emerio Agretti

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“Debe ser gente que esté imbuida de lo que está haciendo. De lo contrario, después de cuatro años volvemos a primer grado en este proceso de cambio que llevamos adelante”. Con esta metáfora escolar, el gobernador Hermes Binner reforzó la apuesta que lanzó ayer en el marco de la interna del Frente Progresista por el candidato a gobernador para 2011, al considerar que quien lo suceda debe surgir del actual gabinete. Es decir, sin haberlo nombrado, el ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Antonio Bonfatti, el único que expresó -y esta mañana ratificó- sus aspiraciones en tal sentido.

“Deduzco que el gobernador pretende que siga un proyecto, para que en otro período se terminen de materializar cuestiones importantes para la provincia”, indicó Bonfatti. Y agregó que “si estoy en entre las preferencias del gobernador lo tomo, pero después lo evaluaremos”, remitiéndose a lo que resuelva el Partido Socialista, en el marco del Frente Progresista.

Bonfatti insistió en que la eventual candidatura “no pasa por mi interés personal, sino por asumir una responsabilidad; y que quien lo haga conozca los proyectos”.

Imagen y experiencia

Este handicap que el gobernador le asignó a su favorito fue relativizado, e incluso contrarrestado con argumentos de signo contrario, desde los sectores del socialismo que impulsan a otros candidatos: el senador Rubén Giustiniani y el intendente Miguel Lifchitz.

Más allá de que todos coinciden públicamente en que el tiempo de definir las candidaturas será el año que viene -o a lo sumo, al final de este año-, que ahora es necesario concentrarse en la gestión y que los nombres surgirán del consenso, varios dirigentes manifestaron off the record su molestia por la aceleración de los tiempos impresa por Binner. “La gente no quiere oír hablar en este momento de candidaturas, esto juega en contra”, sostienen, al mismo tiempo que reconocen la falta de sorpresa en la preferencia expresada por el gobernador. Pero insisten en que “es una opinión más dentro del partido, y siempre está la instancia de las internas abiertas para dirimir las candidaturas”.

Pero, sobre todo, salieron a replicar al principal capital político de Bonfatti, su inclusión activa en un proyecto que requiere continuidad. “En el socialismo estamos todos imbuidos en ese proyecto, y hay muchos en condiciones de llevarlo adelante y consolidarlo, como plantea el gobernador. No es necesario estar en el gabinete para eso”, replican.

Desde los sectores que apoyan a Rubén Giustiniani aportan otros dos argumentos, que suman a su candidato y restan tanto al ministro de Binner como al intendente de Rosario. “A Rubén lo conocen en toda la provincia, desde La Gallareta hasta el último pueblito del sur. Después de las campañas pasadas, está completamente instalado”, remarcan. Y agregan que, además, no está expuesto a que la ciudadanía le reclame por deudas de gestión, a las que no aparece vinculado de manera tan estrecha y directa como quienes tienen responsabilidades ejecutivas.

“Debería ser prescindente”

Pero más allá de que la intención primordial de Binner haya sido transmitir un mensaje puertas adentro del socialismo -y anticiparse a potenciar las chances de su favorito-, era inevitable la repercusión en el radicalismo, su socio más grande dentro del Frente Progresista.

“Creo que no son momentos de precipitar discusiones que deben ser hechas en 2011”, advirtió el titular de la UCR santafesina, Hugo Marcucci, en diálogo con El Litoral. Pero más allá de la oportunidad, agregó una impugnación más, hacia la propia condición del opinante: “Si bien reconozco la legitimidad que tiene el Dr. Binner, como todo hombre de la política, de expresar opiniones, no me parece oportuno que lo haga siendo el gobernador, y además como parte de un Frente que abarca a varios partidos. Creo que debe haber una prescindencia”.

Por lo demás, Marcucci subrayó que, aunque nunca se haya institucionalizado en esos términos, siempre se concibió al Frente Progresista en base al modelo del Frente Amplio uruguayo o la Concertación chilena, “que se caracterizan por la alternancia”.

Las aspiraciones del radicalismo de colocar un hombre propio en la Casa Gris cuando termine el mandato de Binner encuentran dos fuertes fundamentos político-electorales. Además de contar con estructura en toda la provincia -la misma que en las elecciones de 2007 pusieron al servicio de la fórmula Binner-Tessio, si bien por afuera de la organización formal del partido- la UCR tiene en este caso, y a diferencia de entonces, un candidato capaz de aglutinar voluntades internas y de atraer el voto ciudadano: el intendente santafesino Mario Barletta.

Figuras y estructuras

Tras reconocer estas expectativas, que extendió potencialmente a los otros partidos miembros de la coalición -como el ARI y el PDP-, Marcucci se remitió al instrumento que en última instancia pondrá en blanco sobre negro las chances de los distintos postulantes. Aunque no descartó la posibilidad de acuerdos o candidatos de consenso -con base seguramente en las respectivas mediciones de intención de voto-, el titular de la UCR recordó que “hay un mecanismo muy claro, que es el sistema de internas abiertas. Por esa vía ya hemos resuelto candidaturas en comunas y concejos, y ha dado buenos resultados”.

Binner desató el debate por 2011

Bonfatti, Lifchitz, Barletta y Giustiniani.

Duhaldismo

Otra candidatura llamada a generar algunos cimbronazos, pero en este caso dentro del justicialismo disidente, es la del titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi. Aunque algunos interpretan que esa postulación está muy lejana, el propio titular de Federación Agraria confirmó haber recibido -y de manera insistente- la propuesta de parte de Eduardo Duhalde, aunque dejó librado cualquier paso futuro a lo que resuelvan las bases del sector. Un sector que, por lo demás, integra a simpatizantes de distintos partidos, que podrían estar de acuerdo con una candidatura que los represente, o acaso preferirían no quedar asociados a una fuerza política en particular.

Pero la otra cuestión se presenta en el propio duhaldismo, espacio dentro del cual el diputado Norberto Nicotra ya se había erigido como referente, incluyendo aspiraciones electorales a la Casa Gris.