Cirugía mini-invasiva en urología

Cirugía mini-invasiva en urología

El doctor Martín Piana destaca la reducción del trauma quirúrgico que implica para el paciente una intervención mini-invasiva.

La cirugía laparoscópica es una tendencia en crecimiento que cuenta con múltiples beneficios para el paciente.

La rápida introducción y expansión de la cirugía laparoscópica en los últimos años ha causado una revolución sin precedentes dentro de la historia de la cirugía urológica moderna. Dicho cambio ha sido estimulado por factores como el avance médico-científico, la demanda de los pacientes y las significativas ventajas derivadas del mínimo trauma quirúrgico, que se traducen en mayor confort postoperatorio, rápida reinserción laboral y mínimas cicatrices cutáneas.

La cirugía mini-invasiva, conocida también como laparoscopía y/o cirugía video-endoscópica, es una alternativa que hoy, en los grandes centros internacionales, reemplaza a la cirugía convencional o “abierta” que exige grandes incisiones. Se trata de una técnica quirúrgica que se practica a través de pequeñas incisiones, usando la asistencia de una cámara de video que permite al equipo médico ver el campo quirúrgico dentro del paciente y accionar en el mismo.

El equipo laparoscópico en el quirófano cuenta con monitores de alta resolución, donde el cirujano y su grupo de colaboradores pueden ver las imágenes producidas por la video-cámara en un tamaño diez veces mayor. Estas técnicas han modificado de raíz la práctica quirúrgica: el cirujano opera guiado por la imagen del tejido, con más precisión que durante la cirugía abierta.

El doctor Martín Piana, director del Departamento de Cirugía Laparoscópica y Renal Percutánea del Sanatorio Parque de Rosario, señala que “un concepto importante a destacar es que la tecnología actual ha permitido el desarrollo de instrumental quirúrgico adecuado para trabajar en forma similar a la cirugía abierta a través de canales de trabajo de tamaño reducido”.

Iniciado en el año 2005, el programa de cirugía laparoscópica lleva realizados hasta la fecha más de 1000 procedimientos. “Esto nos ubica como el grupo pionero y con más experiencia en el interior del país que ofrece a sus pacientes este tipo de técnicas quirúrgicas -aclara-. En la actualidad es difícil imaginar alguna rama del ámbito quirúrgico que no participe de los beneficios de la cirugía mini-invasiva. A nivel mundial se ha expandido lenta y paulatinamente para abarcar casi el mayor espectro de la cirugía urológica, y va a seguir avanzando”.

Pequeñas incisiones

Lo que se evalúa no es simplemente una cuestión estética, sino que se trata de una intervención más segura para el paciente porque se ve mejor y hay un mayor y mejor espacio de trabajo.

“Con una técnica mini-invasiva, sólo se necesitan pequeñas incisiones para insertar tubos a través de los cuales se introducen en el cuerpo los instrumentos quirúrgicos y una fuente luminosa para visualizar el órgano a operar. El trauma al paciente se reduce enormemente y por esto el dolor y la estancia en el hospital se acortan, logrando un periodo post-operatorio mucho más rápido y confortable”, ejemplifica el doctor Piana. Y agrega: “con el advenimiento de la cirugía laparoscópica se demuestran las ventajas que esta técnica tiene sobre la cirugía abierta tradicional, ya que las incisiones laparoscópicas de 5 y 10 milímetros contrastan con la tradicional, que implica realizar una herida en la pared del abdomen de más de 15 centímetros”.

Alta y recuperación precoces

De esta forma, la laparoscopía urológica ha ganado cada vez más aceptación como alternativa a la cirugía tradicional y ha demostrado sus frutos en todos los campos de la cirugía urológica. Informados sobre las evidencias de su efectividad y seguridad, cada vez más pacientes recurren a este tipo de cirugías. El doctor Martín Piana explica que las razones hay que buscarlas en el número importante de ventajas que ofrece la técnica mini-invasiva. Entre ellas enumera “escaso dolor postoperatorio, disminución de internación que oscila en 12 a 48 horas, rápida deambulación y reinserción laboral, y menor uso de medicamentos como analgésicos y antibióticos”. También destaca la importancia que tiene para el paciente “la disminución de posibles complicaciones y los resultados estéticos debido a las pequeñas incisiones que se practican”.

Hoy la laparoscopía ha demostrado sus frutos en todos los campos de la cirugía urológica. La demanda social en técnicas de mínima invasión es una realidad. El menú de opciones es amplio; estas técnicas pueden aplicarse para la extirpación de una parte o de todo el riñón por diferentes causas, (nefrectomía parcial o total), la extirpación de la glándula suprarrenal (adrenalectomía o suprarrenalectomía), cirugías reconstructivas de la vía urinaria (pieloplastias) y extracción de cálculos (piedras) de la vía urinaria. También para extirpación de la vejiga (cistectomia), cuando esté indicada, extirpación de la próstata debido a la presencia de un cáncer de próstata localizado (prostatectomía radical) y la corrección del varicocele.

En tal sentido, puntualiza el doctor Martín Piana, “con la alternativa de mínima invasión se logran los mismos resultados, con una mayor precisión quirúrgica por mejor visualización que se expresa en un postoperatorio no doloroso, estadía hospitalaria mas corta y mejores resultados estéticos. Las ventajas de esta técnica comprenden además una reducción del sangrado intra-operatorio, una mejor preservación de las estructuras anatómicas funcionales y una recuperación post-operatoria precoz”.

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