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El secreto encanto de los salones de la Corte Suprema

Varias escenas del laureado filme “El secreto de sus ojos”, dirigido por Juan José Campanella, se filmaron en el Palacio de Justicia, que comenzó a construirse el 24 de mayo de 1904 bajo la dirección del arquitecto francés Norbert Maillart, autor también de los planos, y que recién se terminó 38 años después con ligeras variantes al proyecto original.

FUENTE: REVISTA ADEPA.

El edificio del Palacio de Justicia, emplazado donde había funcionado el Parque de Artillería del Ejército y a pocos metros de donde inició en 1857 su recorrido la histórica locomotora La Porteña -en Capital Federal-, combina diversos estilos arquitectónicos y se caracteriza por su suntuosidad y una ornamentación externa e interna con abundancia de columnas, escalinatas y esculturas.

En el cuarto piso funcionan las dependencias de la Corte Suprema y la principal es, sin dudas, la Sala de Acuerdos, ya que allí se reúnen los jueces del tribunal -en una mesa de madera de diez lados- para firmar fallos y analizar aquellas causas que llegan para su tratamiento. El salón es iluminado por una araña de bronce con numerosos brazos y tulipas, y en sus paredes se pueden observar retratos de 16 juristas que presidieron la Corte y de Bartolomé Mitre, pues durante su presidencia se creó -en 1863- la máxima instancia judicial de la Argentina.

Los salones de Té y de Embajadores, para actos protocolares, se encuentran contiguos a la Sala de Acuerdos, mientras el Patio de Honor, cuya extraordinaria acústica permitió que -en otros tiempos- se lo utilizara para conciertos de conjuntos de cámara, constituye el sector de la Corte Suprema más imponente por sus monumentales columnas clásicas de capiteles corintios, el mármol de Carrara de sus paredes, un cielorraso abovedado y una claraboya construida con vitrales franceses.

Ese sector, paso obligado para ingresar a la Sala de Audiencias, está presidido por un busto del General San Martín, obra del renombrado escultor argentino Luis César Perlotti (1890-1969), una réplica de la bandera del Ejército de los Andes, placas con los nombres de los integrantes de la Convención Constituyente de 1860 y de los miembros ya fallecidos del máximo tribunal y una exposición con causas vinculadas a personalidades de la historia argentina. (ver Expedientes históricos).

Ese busto del Libertador se encontraba originalmente en el hall de entrada del Palacio de Justicia, donde en 1959 se colocó la estatua conocida como De la Equidad o De la Justicia, de 3,85 metros y 1.800 kilogramos, realizada por el célebre escultor argentino Rogelio Yrurtia (1879-1950). Esa obra, totalmente en bronce, es una réplica del original en yeso, la cual se exhibe en el Museo Casa de Yrurtia, en el barrio porteño de Belgrano.

La Sala de Audiencias es la que utiliza la Corte Suprema para escuchar los argumentos de las partes de causas que llegan a esa instancia (el caso más reciente fue el reclamo del gobierno de Santa Fe a la Nación por impuestos coparticipables). Se trata de un recinto rectangular de estilo neoclásico, con tres desniveles: el más alto con el estrado que ocupan los jueces del máximo tribunal, coronado por una talla del Cristo de los Constituyentes; otro más bajo, casi un metro del anterior, que ocupan los litigantes, y el restante para el público en general.

En la parte posterior del estrado y tal como sucede en edificios de varios tribunales europeos, se encuentran armarios de madera lustrada destinados a guardar las togas de los jueces, prenda que en la Corte Suprema dejó de utilizarse hace casi un siglo.

Las paredes están revestidas hasta la mitad con boiserie de madera de cedro lustrado y tiene apliques de bronce, mientras el cielorraso curvo está cubierto por bóvedas semicilíndricas ornamentadas y el piso es de parquet de roble.

Expedientes históricos

En el marco los festejos del Bicentenario, la Corte Suprema inauguró el 16 de febrero una muestra de causas judiciales vinculadas a personalidades de la historia argentina, como Manuel Belgrano, Miguel Juárez Celman, Carlos Pellegrini, Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón y Arturo Frondizi, entre otros.

La localización, selección y revisión de esos expedientes en distintos juzgados del país demandó una labor de dos años. Cada uno se exhibe en vitrinas colocadas en el Patio de Honor- junto con una reseña elaborada especialmente por los historiadores Félix Luna (fallecido en noviembre del 2009), Lucía Gálvez, María Sáenz Quesada, Juan José Cresto, Horacio Salas y Armando Alonso Piñeiro.

El caso más antiguo corresponde a un acta ante escribano público labrada en 1808 por Manuel Belgrano para conceder la libertad a un esclavo que tenía a su servicio, algo inusual en aquella época.

El más reciente data de 1986 sobre una multa de 15.000 dólares y el decomiso de la carga a un pesquero de bandera española que operaba sin autorización en el mar argentino, sanción ratificada por un juez de Bahía Blanca que citó un fallo de 1853 de la Corte de Connecticut (Estados Unidos) donde se reconocía la soberanía argentina sobre las islas Malvinas.

Otros dos casos tienen como común denominador que sus protagonistas estaban detenidos en la isla Martín García, pues se trata de un habeas corpus del 15 de octubre de 1945 a favor del entonces vicepresidente y ministro de Acción Social y de Guerra, coronel Juan Domingo Perón, y de un amparo presentado por una ciudadana el 2 de abril de 1962 para que se reponga en la presidencia de la Nación a Arturo Frondizi, destituido cuatro días antes por las Fuerzas Armadas.

También se exhiben tres causas por sedición: la primera, donde uno de los acusados fue Hipólito Yrigoyen por el alzamiento cívico-militar del 4 de noviembre de 1905; la segunda contra dirigentes radicales que hacia finales de 1930 planeaban reponer a Yrigoyen en la presidencia del país; y la tercera, contra el matutino porteño de habla inglesa Buenos Aires Herald porque en plena Segunda Guerra Mundial publicó un artículo donde afirmaba que las Malvinas pertenecían a la corona británica.

Otros expedientes de la muestra corresponden al otorgamiento en 1929 de la ciudadanía argentina a Aristóteles Onassis; al juicio de sucesión que duró 19 años realizado por los familiares de Juárez Celman, donde estaban en juego bienes por casi 5 millones de pesos, una fortuna poco frecuente para aquel entonces; y la demanda por jornales adeudados que un obrero, que había trabajado en la construcción del Monumento a la Bandera, le entabló en 1917 la escultora Lola Mora, directora de esa obra. Se exhiben, además, varias causas por calumnias e injurias, como la iniciada en 1958 por el dirigente radical Silvano Santander contra Raúl Scalibrini Ortiz, director del semanario Qué, o la iniciada en 1965 por el empresario italiano Oberdan Sallustro, director general de la filial local de FIAT, a Jacobo Timerman, quien dirigía la revista Confirmado.

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+info Revista Adepa

Esta nota, en su versión original, fue publicada en la revista de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas, edición Nº 242. En la web: adepa.org.ar

Para más información: [email protected]

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