Hacia la búsqueda del propio origen

Ivana era una mujer, hasta hoy, anónima para muchos. Prefirió vivir sus treinta y pico así, hasta que hoy decidió salir al ruedo para contar su historia y contagiar a otros para que la acompañen en el camino hacia la construcción de una identidad completa.

TEXTOS. JOSEFINA GÓMEZ. FOTOS. AMANCIO ALEM Y EL LITORAL.

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Una siesta en viernes santo de 1973.

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Nació el 13 de abril del ‘73 en una clínica de Rosario. Allí dio a luz quien la llevó en su vientre cuando tenía cerca de 16 años. Su papá biológico no era mucho mayor y, según pudo conocer Ivana, podría haber estado cursando el ingreso a la carrera de medicina. Poco tiempo antes, los padres que criaron a Ivana decidieron resolver a través de una adopción su ansiado sueño de conformar una familia. Los caminos que fueron tejiéndose desde entonces hicieron que ella hoy quiera tan solo conocer cuál fue el destino de quienes le dieron la vida.

“Para mí, la historia es hermosa porque siento que quien me adoptó lo hizo con el corazón y con el alma. Soy quien soy gracias a ellos y nunca quise remover esto, siempre estuve tranquila”, remarca Ivana con la cara llena de sonrisa. Tampoco espera encontrar a quienes le dieron la chance de vivir para recriminarles nada. “Necesito saber una parte más de mi vida. Dónde empezó mi historia desde el día en que nací, pero también un poco hacia atrás. La otra parte ya la tengo, no la voy a cambiar”, asegura.

Como sucede con amigos de la infancia, compañeros de la primaria, la secundaria, la universidad, hoy Ivana busca recuperar parte de su pasado a través de las redes sociales. Facebook fue una herramienta que le sirvió mucho para contactarse con otros y ver que su historia de vida no dista mucho de la de quienes han pasado por su mismo proceso.

UN TESTIMONIO CONTAGIA

“Hay quienes saben algunos datos de su familia biológica y nada más, y otros que ni siquiera tienen los medios para poder contar sus historias y saber lo que les pasó en su vida” remarca Ivana y explica así también su necesidad de mostrarse en una entrevista “no especializada en el tema”.

Es que Ivana fue invitada a participar de distintas publicaciones que tratan el tema de las adopciones en nuestro país. Y gustosa accede porque está convencida de que, así como ella pudo transitar este modo particular de construir una familia, hay otros que también pueden hacerlo y muchas veces los prejuicios o la mirada del otro incomodan y hasta limitan la felicidad de un niño o niña que debe crecer en un hogar que lo eligió desde el corazón.

Para Ivana la valentía es un elemento necesario en esta búsqueda. “Uno lo sabe de algún modo o siempre tiene la duda. El tema es enfrentar eso; me empecé a preguntar cuánto estuve dentro de la panza, cuándo nací, si fue por cesárea o por parto natural. Siempre surgen esas respuestas cortitas y que a veces no coincidían dentro de la misma familia. Cuando no me cerraba algo preguntaba en otro lado y me pasó que a veces las respuestas no eran las mismas. Siempre dejé pasar hasta que una compañera mía de colegio vino y me lo dijo creyendo que me iba a hacer un mal y que yo no lo sabía; pero yo ya lo tenía como una fuerte sospecha. A muchos les pasa lo mismo y me parece que hay que sacarle la cuota de drama a ésto porque también se puede ser muy felíz”.

CÓMO DAR LAS GRACIAS

“Si algo les agradezco a mis padres es que tuvieron toda la buena fe del mundo y que siempre me dieron todo afectivamente hablando, no solo en lo material. Me criaron entre rosas, fue una vida muy feliz, fui feliz y estoy eternamente agradecida con ellos. Para mí la adopción no es algo feo. Hay muchos prejuicios respecto de eso y ese modo de ver a estas familias tiene que cambiar”, resalta con emoción.

Asegura que ella también hubiera adoptado de ser necesario. “Es un acto muy lindo porque es muy fácil tener un hijo adentro de la panza por nueve meses pero es más difícil todo lo otro, llegar a esa personita o a ese bebe afectivamente hablando”.

“Hoy estoy acá gracias a cuatro personas, mis padres biológicos -por un lado- que decidieron darme vida, y mis padres adoptivos que me dieron su corazón y la vida que tengo”.

UN DESAFÍO PARA EL FUTURO

“Hoy mi meta es poder ayudar a gente que se encuentra en la misma situación que yo y, si se sabe algo de lo mío, mejor. Respecto de mi historia me gustaría saber qué pasó y si del otro lado algún día aparece alguien y tiene ganas de conocerme me gustaría que hablemos sin juzgar a nadie”, dice Ivana.

“A veces cuando lo contás, hay personas que se quedan un poquito mal porque dicen: “uy, es adoptada’. Creen que una tiene un rollo adentro, que está mal, que está triste con su vida; esa es a veces la mirada hacia el adoptado. Creo que hay que verlo desde otro lado, creo que es lindo y que no es una decisión fácil”, reconoce.

“Ésto que quiero saber -cuenta- es una parte de mi vida, de mi sangre, de algo que no tuve, que no conozco; yo tengo una identidad que es la que me dieron mis padres pero hay otra otra mitad de la historia que es lo que estoy buscando. Saber de donde vengo, cuáles son mis orígenes, mi familia de sangre y sentirme identificada con eso porque, si bien siempre estuve muy bien con la familia que tengo, una siempre siente que es diferente y necesita identificarse físicamente o en el carácter con quienes le dieron la vida”.

Y concluye: “pero principalmente me preocupa desdramatizar un poco estos modos de construir las familias. Yo siempre lo vi lindo, me parece algo maravilloso. Dos personas me eligieron desde el corazón y, gracias a eso, acá estoy yo”.

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Ivana con su triciclo en 1975.

GRITO POR LA IDENTIDAD

El 8 de junio a las 19, se va a realizar una marcha en varios puntos del país; será en Córdoba, Mendoza, Catamarca, Rosario, Capital Federal y Río Cuarto. La convocatoria se hizo a través de sitios web, blogs y redes sociales. Son hijos que buscan conocer su identidad y el intercambio de experiencias y necesidades creció tanto que decidieron organizarse para pedir apoyo del gobierno, para que los escuche y comience a trabajar con la situación en que se encuentran todas aquellas personas que fueron adoptadas de forma irregular y que, hasta hoy, fueron dejadas de lado.

“Hoy somos muchas personas, mas de 3 millones en el país, que necesitamos saber cuál es nuestra identidad, que el gobierno haga algo para que estemos contenidos, porque no hay ministerios ni entidades y no sabemos adónde acudir para contar nuestras historias. “Pedimos que nos escuchen. Recibir contención y que nos guíen. Muchos necesitan saber cómo encarar la búsqueda. Otros, apoyo psicológico. Es muy fuerte buscar, es un trabajo muy intenso desde lo emocional y psicológico y hay que saber prepararse para cualquier final” remarca Ivana.

Además marchan para que se revean las leyes de adopción: “no puede haber tantas trabas burocráticas para adoptar a un niño mientras hay hogares desbordados de chicos y, por otro lado, padres que llevan años esperando ese llamado. Si las leyes cambiaran habría menos sustituciones de identidad y adopciones ilegales o bajaría el índice de contrabando o tráfico de bebés”.

Y por último “queremos llevar conciencia a la sociedad; primero hacerle saber lo que nos pasa, que nos acompañe, que necesitamos la unión porque a pesar de nuestras familias y amigos estamos solos en esto. Y decir a los papás que adoptan que críen a sus hijos con la verdad para que el día de mañana, si su hijo quiere saber la verdad, pueda buscar sus raíces y encontrarlas”.

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Una tarde con vestido a cuadros.

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La primera comunión en 1982.

EN FACEBOOK

Ivana creó un grupo que se llama Adopciones en Rosario (Prov. de Santa Fe - Argentina) buscan a través de esta red social a madres o hijos que busquen adoptar o ser adoptados. O hijos adoptados que quieran conocer su origen, pero siempre en el ámbito de la ciudad de Rosario. Otro espacio en Facebook que trata el tema es el grupo Asociación Raíz Natal.

BLOG

Además hay un blog en el que puede encontrarse información útil y es http://busquedasverdadesinfinitas.blogspot.com/

TAMBIÉN POR MAIL

[email protected] es la dirección a la que pueden escribir quienes se interesen por conocer más de este tipo de historias o compartir la suya, incluso si no son de Rosario, porque se han organizado de modo de poder derivar cualquier consulta a distintos referentes en el país.

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