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Un mimo para la piel

De un tiempo a esta parte, las pastillas de jabón artesanal no faltan en cualquier tocador que se precie y comienzan, incluso, a desbancar a los geles de ducha. Sus ingredientes naturales, originales diseños y deliciosos aromas nos conquistan. Redescubre este clásico de la belleza con fórmulas para toda la familia.

TEXTO. LORENA CANTÓ. FOTO. EL LITORAL.

Ya es posible desterrar el mito de que las pastillas de jabón resecan la piel porque las fórmulas tradicionales, que cada vez más fabricantes recuperan, huyen de los ingredientes químicos y priman las bases y los ingredientes naturales. Más coquetos que un enorme frasco de gel familiar y también más ecológicos, ya que su empaquetado es mínimo y habitualmente de papel, los jabones recuperan su lugar en el baño con una oferta que abarca un sinfín de aromas, formas, texturas y funciones: no sólo limpian, sino que también decoran.

No en vano, el jabón es uno de los productos de higiene personal más antiguos del mundo y figura entre los aceites que usaban muchas de las antiguas civilizaciones, entre ellas la romana y la egipcia, aunque obviamente en versiones más rudimentarias y menos sofisticadas que la actual.

TODOS LOS COLORES, TODAS LAS FORMAS

Hoy, junto a tiendas especializadas es posible encontrar en Internet páginas dedicadas especialmente a la venta de jabones de todo el mundo: ese jabón brasileño que tanto te gustó cuando fuiste de vacaciones, el tradicional y renombrado jabón de Aleppo -dicen que responsable de la tersura del cutis de las mujeres árabes-, e incluso el jabón “Vinolia”, una lujosa pastilla usada en los camarotes del Titanic.

También cobran fuerza desde hace unos años esos aromas tradicionales, limpios y frescos que recuerdan a la infancia y que en cada lugar de origen es especial.

La oferta es tan amplia que antes de lanzarte a comprar jabones por docenas, atraída por sus coloridos y atractivos empaquetados, originales nombres y apetecibles perfumes, conviene que tengas claro qué es lo que buscas: puede ser un jabón de ducha con un olor agradable para toda la familia; uno facial; quizá uno exfoliante, o uno de forma y color atrayentes que haga más divertido para los pequeños de la casa el momento de lavarse las manos.

Si es en un comercio especializado donde eliges comprar tu jabón, no tengas miedo de preguntar, oler o tocar, y en todos los casos, leer la lista de ingredientes, que a menudo va más allá de una simple base jabonosa y un perfume químico.

Así, para el cuidado del cutis son recomendables las pastillas con contenido en avena, germen de trigo, aceite de oliva, agua de rosas, centella asiática o miel. Marcas como la griega Korres o la francesa L Occitanne en Provence tienen una buena oferta en este campo.

En cambio, si lo que buscas es un jabón exfoliante, encontrarás en el mercado algunos que contienen semillas enteras o molidas, ¡e incluso arena!, para arrastrar las impurezas de las capas superficiales de la piel.

Para los niños, la oferta también es interminable.

En muchas tiendas los jabones se compran “al peso” y los encontrarás apilados en grandes bloques rectangulares o redondos de los que te cortarán las porciones que requieras, como si de un pedazo de tarta se tratase.

Asimismo, firmas artesanales que se inspiran en los “olores patrios”, como la empresa argentina “La Pasionaria”, elabora un jabón con olor “a tango”, otro de dulce de leche, el más tradicional postre argentino, y otro con el perfume de las flores nacionales: la pasionaria, el ceibo y la jacarandá.

Los jabones artesanales suelen tener fecha de caducidad, así que lo mejor es utilizarlos frescos, para aprovechar todas sus propiedades al máximo.

Si lo vas a guardar, hazlo en un ambiente libre de humedad para evitar que la pastilla se estropee.

HECHO EN CASA

Por supuesto, esta tendencia no ha escapado a los amantes del “hágalo usted mismo”, y son muchas las personas que se divierten elaborando su propio jabón y decorándolo posteriormente.

En las tiendas de manualidades y herbolarios es fácil encontrar los ingredientes, y para la decoración, el límite será tu imaginación.

VAINILLA Y ALMENDRAS

Este jabón es ideal para eliminar la suciedad y el aceite de la piel sin secarla. La vainilla le da un delicioso aroma y las almendras proporcionan una bonita textura al jabón.

DE AVENA

Como la harina de avena absorbe rápidamente la grasa, este jabón casero se recomienda para ayudar a eliminar el exceso de esta sustancia del cutis.

PRUEBA

Aún las recetas que contienen ingredientes naturales pueden causar alergias en algunos personas. Es fundamental que cualquier sustancia se pruebe en una pequeña área de piel, como la zona interior del brazo, antes de utilizarla en la receta. Si nota algún enrojecimiento, hinchazón o sensibilidad, deberá contactar a su médico

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