llegan cartas

Aumentos y exigencias

 

Hugo Brizzo.

DNI: 16.022.276.

Señores directores: ¿Qué mal hicimos los santafesinos para tener lo que tenemos, para que nos pase los que nos pasa? Salimos de Guatemala y nos metemos en Guatepeor ¿No? A ver:

A los motociclistas, dentro de poco, les van a pedir que tengan hasta aire acondicionado. A los contribuyentes, que paguen hasta la luz del sol. A los que estacionan en el centro, les van a cobrar hasta por el color del auto...

Ahora, para poder exigir algo, hay que predicar con el ejemplo. ¿No? Si en la calle me “obligan” a conducirme correctamente, póngame las calles en condiciones mínimas para poder cumplir, ¿no les parece?

Una ciudad que está devastada, que da asco, con innumerable cantidad de “cráteres”, con cruces peatonales sin pintura suficiente, con calles sin iluminar, con la mugre que crece, donde un carro o una bicicleta, que no tributan, tienen más derecho que los vehículos que sí lo hacen. Una ciudad en la que cuando se dignan tapar un pozo lo hacen con tanta desidia que un poco de brea caliente ya es suficiente y entonces en una misma cuadra queda un pedazo con brea, otro con asfalto y otro con cemento. Realmente horrible.

Carteles indicadores rotos o despintados, semáforos que andan cuando quieren, en fin, nada que envidiarle a Miami, ¿no?

Ya los estoy escuchando: la seguridad depende de la provincia; los baches, de la Nación; la maleza, de los vecinos; la luz, de que no se nuble. Y al Sr. intendente, ¿qué le corresponde?

El cerezo

 

Publio Benuzzi.

Un pensador poético. Ciudad.

¡Oh, cerezo/ que estás al fondo de mi casa!/ Yo a la siesta voy a dormir,/ a descansar, a pensar allí/ y todo es mudo, triste y solitario,/ divago por un sí o por un no./ Cerezo: dame la voluntad/ de seguir y seguir/ hasta que Dios/ con su corazón lleno de paz y ternura me diga:/ “¡Hasta aquí llegaste!”/

Y yo con mi espíritu/ vendré igual a visitarte con toda alegría/ ¡Así vos, cerezo, seguid floreciendo!