El Dr. Oscar Oszlak diserta hoy en Santa Fe

Capacitar e integrar al personal

para poder reformar el Estado

El especialista sostuvo que a nivel nacional, no hay una estrategia global para cambiar el Estado. Opinó que el agente público debe tener estabilidad pero flexibilizada.

 

De la redacción de El Litoral

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El gobierno provincial lanzó hoy el Plan de Formación para el Desarrollo de los Trabajadores Públicos, en el marco de un proceso de reforma del Estado que la actual administración se propone encarar, de manera conjunta con los gremios estatales y las universidades públicas. Para ello fue convocado a disertar el Dr. Oscar Oszlak, licenciado en Economía (UBA), con posgrados en Harvard Law School, Berkley University of California y en la UBA. En diálogo con El Litoral, el especialista analizó los diferentes procesos de reforma del Estado, y el rol de los trabajadores públicos en esas transformaciones.

—¿Se da en la práctica la reforma del Estado de la que tanto hablan los gobiernos en sus diferentes niveles?

—Yo diría que a nivel nacional, no hay demasiados indicios de que haya una política de reforma del Estado por lo menos planteada de una manera explícita, articulada. Sin dudas, se están produciendo cambios en el Estado; ha habido una enorme cantidad de cambios.

—¿Positivos o negativos?

—Depende. Si estamos pensando en una reforma que privilegie determinados aspectos de la gestión pública que debieran ser fortalecidos y en la estrategia que tienda a profesionalizar al empleo público, a nivel nacional eso no se nota demasiado. Sin dudas, se están produciendo transformaciones tendientes a la digitalización del gobierno y de la reversión de algunas tendencias que se adoptaron en la época menemista, como la reestatización de algunas empresas públicas. Podemos registrar una serie de cambios pero no hay una estrategia global que se haya planteado. Los gobiernos deberían hacer planteamientos no sólo por razones simbólicas; es importante que se reafirme una voluntad transformadora del Estado y en este sentido se requiere que explícitamente se diga qué se va a hacer, dónde, con quiénes y con qué grado de participación. A nivel nacional no hubo grandes novedades y a nivel provincial, conozco de la intencionalidad política del gobierno de producir una reforma del Estado. Sé de los esfuerzos por la descentralización y por incrementar la participación ciudadana así que no tengo dudas de que es una prioridad.

—¿Esos dos aspectos (descentralización y participación) son necesarios en un nuevo Estado?

—Creo que es una tendencia que se está produciendo en todas partes. Creo que es inevitable que la gestión pública se acerque a las demandas de la ciudadanía. Con respecto a la descentralización, implica un desafío importante porque no sólo supone la transferencia de autoridad sino también de recursos, y un nuevo esquema de división de trabajo que conlleva diferentes responsabilidades.

—¿Qué rol juega el empleado público en estos procesos de transformación?

—El agente estatal está al servicio de la ciudadanía. Simplemente, el Estado existe en la medida en que hay necesidades y demandas sociales que deben ser resueltas y satisfechas, y el agente público debe estar al servicio de esas demandas. Ahora, lo está con distinto grado de responsabilidad; están los funcionarios políticos, que tienen una gestión limitada en el tiempo pero cuya responsabilidad es máxima desde el punto de vista de la dirección y orientación política-ideológica de la acción de gobierno, y está el funcionario permanente que también con distintos grados de jerarquía, tiene que ir asumiendo los distintos roles para desempeñar las funciones que haya definido cada Estado.

—En términos generales, ¿suele haber resistencia de los agentes públicos a estos procesos de cambio?

—Yo diría que frente a los frecuentes cambios de gobierno, el agente público vive eso con incertidumbre y esa incertidumbre a veces se transforma en resistencia. Con frecuencia, los funcionarios políticos le atribuyen el intento de resistir al empleado permanente cuando en realidad, tal vez no lo comprende lo suficiente o no lo incorpora suficientemente a los procesos de transformación. Creo que la actitud de participación y de apertura de los funcionarios políticos a los empleados y funcionarios permanentes es una actitud absolutamente adecuada para romper el aislamiento y la falta de diálogo que a menudo se establece entre el funcionario político y el permanente. En ciertas ocasiones, se lo ve al funcionario permanente como un enemigo potencial, pero el empleo público ha tendido a una creciente precarización y se ha perdido la vieja idea de que el empleo público es para siempre. Esto ha aumentado la incertidumbre y el temor, y a veces eso se confunde con resistencia. Pero creo que justamente la apertura, la intervención, la participación permanente es la mejor garantía de que la resistencia se diluya.

—¿Cuál es la razón de ser de esa estabilidad?

—El aparato estatal tiene que funcionar con independencia de los cambios de gobierno. Cierta estabilidad se requiere para asegurar que la gestión pública no se interrumpa con los cambios de gobierno. En ese sentido, tal vez el grado de estabilidad del empleo público debería ser en principio mayor que el de una empresa privada, sobre todo porque se supone que el empleo público es también una vocación y una carrera. Creo que tiene que haber flexibilidad necesariamente; creo que el otro extremo, el de pensar que el empleo público para siempre ha dejado de tener su razón de ser. Creo que si hay una carrera tiene que haber también mérito y el mérito debe ser la garantía de la promoción y del avance en la carrera. Por lo tanto, la ocupación de ciertos puestos requiere competencia entre los mejores para poder acceder a los mejores puestos.

—¿Los concursos son una herramienta para eso?

—No hay profesionalización de la gestión pública sin un concurso, eso es una condición sine qua non. Tiene que haber también evaluación; sin ello, difícilmente se pueda saber quiénes tienen los méritos suficientes para acceder a puestos de mayor responsabilidad. La formación es otro componente fundamental en la carrera sobre todo en un mundo cada vez más complejo e incierto, donde los saberes caen rápidamente en desuso porque se requieren cada vez mayores conocimientos, adoptar nuevas tecnologías, por lo tanto, una formación de una vez y para siempre ya no existe como formación para el desarrollo de una carrera. La capacitación permanente tiene que formar parte de esa profesionalización.

El rol de los gremios

El ministro Antonio Bonfatti reparó en el rol de los sindicatos que representan a los trabajadores públicos de la provincia, dentro del marco de los procesos de transformación del Estado. “Siempre han tenido una preocupación por la formación del recurso humano. El tema es para qué. Eso es lo que queremos debatir con ellos. Pero no hay cambios sin los trabajadores; uno puede tener la decisión política, hacer todos los esfuerzos y armar equipos, pero si los trabajadores no se involucran lo suficiente, es malgastar el tiempo porque los gobierno se van y los empleados quedan. Por eso debemos tratar de que esto se asuma realmente como una política de estado”, afirmó.

A su criterio, los sindicatos juegan un “rol fundamental” en el proceso porque son “los representantes legítimos de los trabajadores”, y acotó que la actual gestión incorporó un tercer actor a la discusión que son las universidades. “Creo que hay que aprovechar también la formación académica y la capacitación”, expresó.

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“Pensar que el empleo público para siempre ha dejado de tener su razón de ser”, dijo Oscar Oszlak

Foto: Amancio Alem

Aguinaldos

El ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti, anunció hoy que el aguinaldo de los agentes públicos provinciales será pagado en tiempo y forma. “Pagaremos de manera normal, como se ha hecho todos los años. Vamos a hacer el esfuerzo necesario para que los trabajadores tengan su aguinaldo al día. No va a ser en cuotas”, afirmó. El dinero se depositaría con los sueldos del mes de junio.

/// EL DATO