“La danza desde un escritorio también es divertida”

Lleva tres años retirado de los escenarios, pero Julio Bocca está lejos de haber abandonado el ritmo frenético que le venía deparando su exitosa carrera profesional. Desde hace tres meses el bailarín argentino dirige el Ballet Nacional del Servicio Oficial de Radiotelevisión y Espectáculos (Sodre), el cuerpo de baile oficial de Uruguay.

TEXTOS. SHANI GERSZENZON. FOTOS. EFE REPORTAJES.

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Julio Bocca confiesa que, después de 27 años de carrera, pudo darse algunos gustos.

 

Si durante un tiempo, emigrado en Montevideo, Julio Bocca (Buenos Aires, Argentina, 1967) se permitió el lujo de “no hacer nada”, ahora está decidido a darle un “empujón” a su nueva compañía. Así, vuelve a las largas jornadas de trabajo, a los sacrificados horarios del mundo del espectáculo y a la danza, una pasión que, como explicó en esta entrevista, sigue divirtiéndole, aunque sea detrás de un escritorio.

- Cuando decidió venir a Montevideo, ¿pensó en enrolarse en un proyecto como el de dirigir el ballet del Sodre?.

- La verdad es que no. Cuando vine acá fue para desconectarme de todo el mundo, de la danza, el teatro. Necesitaba un tiempo para mí. Ese fue el primer momento: venir y disfrutar de mi casa, de ir al supermercado, de tomarme un mate, de un montón de cosas que en mi vida no había podido hacer o había hecho, pero no con la tranquilidad que necesito.

- ¿Pudo descansar?

- Sí, pero después de año y medio ya quería empezar a hacer cosas. Fui jurado en diferentes partes del mundo, dicté clases magistrales, me ocupé de mi Fundación en Buenos Aires...

- ¿Y cómo surgió la idea de dirigir el Ballet Nacional de Uruguay?

- Venía trabajando en el ballet del Sodre dando clases, para mantenerme en forma. Veía que no se le estaba dando la importancia en Uruguay que se merecía. Sobre todo, al ballet de acá, que cumple 75 años, que tiene su historia, su trayectoria. Y me dije: ”Bueno, ¿por qué no tratar de impulsar y de ayudar?”. Y acá estoy.

LA COMPAÑÍA

- Ahora acaba de terminar las audiciones. ¿Qué le pide Julio Bocca a sus bailarines?

- Que estén en forma, que tengan una técnica sólida, que le pongan mucho amor a lo que hacen, que sean disciplinados y, sobre todo, que tengan personalidad. Creo que eso es muy importante en el momento en el que se levanta el telón, que la compañía tenga una personalidad.

- ¿Cómo fueron las pruebas (realizadas el 24 de mayo)?

- La verdad es que la audición fue muy linda, con 95 participantes de México, Brasil, Venezuela, Paraguay, Chile, Argentina y Uruguay. Quedaron 17 varones y 18 mujeres. Con las mujeres fue más fácil, había mejor calidad. En cambio, con los hombres, bastante difícil. Estamos en un momento en que a los hombres les falta técnica. Muchos de los que había tenían posibilidad de trabajar y mejorar, y eso me gustó.

- Ahora quiere modernizar el ballet del Sodre, ¿en qué sentido?

- Modernizar en el sentido de la enseñanza y de que la compañía tenga más funciones. Quiero darles a conocer la técnica mundial. Con ellos quiero ir hacia algo más ligero, más liviano, dinámico, más de ritmo. Quiero enseñarles cómo se trabaja en Europa y en Estados Unidos.

- Es conocido su afán por la innovación en el baile. ¿Probará cosas nuevas aquí?

- Claro. La compañía va a tener un repertorio clásico, porque es una compañía clásica, y también obras neoclásicas, contemporáneas... He hablado con Nacho Duato para que venga y poder hacer una obra con él; y Jorge Drexler compondrá una música especial para ballet. He hablado con el director de la Fura del Baus para que también haga un ballet. La idea es crear, no sólo hacer obras ya creadas, sino tender a que la compañía tenga su propio repertorio. Y eso, a largo plazo, no de un día para otro.

SEGUIR DIVIRTIÉNDOSE

- Ahora que se ha retirado, ¿su forma de disfrutar de la danza ha cambiado?.

- Ha cambiado, pero sigo disfrutando igual. A mí me fascina bailar, aunque ahora no estoy bailando porque no tengo ganas, pero el amor que tengo por la danza es el mismo. Ahora ese amor lo desarrollo de otra forma, dirigiendo, enseñando, armando una continuidad del ballet del Sodre. Me estoy divirtiendo, y esa es mi intención. Seguir con esto divirtiéndome y pasándolo bien. Cuando empiecen las complicaciones, las cosas burocráticas que pueden llegar a pasar, ahí diré que no. Porque el arte es para divertirse, para que la pasemos bien. Pero me gusta también estar tras un escritorio: es divertido.

- Y Uruguay, ¿no le queda pequeño?

- No, porque ésto no es un teatro pequeño, caben casi dos mil personas. Muy pocos teatros en el mundo tienen una capacidad así. Además, tenemos una ciudad que es linda y por suerte no hay tanto “quilombo”. Es bueno poder trabajar cómodo, y de acá salir al mundo. Me veo aquí durante mucho más tiempo. Estoy feliz, porque estoy trabajando en algo que me gusta, ayudando en algo que necesita este empujón. Y estoy cerca de casa, que para mí es algo maravilloso.

- ¿Qué hiciste ese año y medio que estuviste descansando en Montevideo?

- Nada. Era levantarme a la mañana, desayunar y volverme a dormir, que eso es impagable. Lo recomiendo, porque es algo increíble. Esos días lluviosos que antes tenías que salir a laburar (trabajar) sí o sí. Ahora podía mirar por la ventana y decir, “qué suerte, no tengo obligación”, y volver a la cama. Eran pequeñas cosas que en 27 años de carrera profesional nunca pude hacer.

- Descanso de mente y también de cuerpo.

- Mis rodillas, mis pies, están alegres. Sigo manteniendo la dieta más o menos, porque había engordado y me sentía incómodo. Antes era por obligación, así que mentalmente es muy diferente. Ahora, a la tardecita me doy el gusto de mi vinito o mi champán.

- ¿Como le tratan los uruguayos?

- Genial, no podría ir mejor. Siento mucho respeto hacia mí, y yo los respeto mucho. Me abrieron las puertas, y es un honor vivir en un lugar tan lindo donde se me da la oportunidad de hacer un trabajo que me gusta.

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El bailarín argentino dirige el Ballet Nacional del Servicio Oficial de Radiotelevisión y Espectáculos (Sodre), el cuerpo de baile oficial de Uruguay.

PARA TODO PÚBLICO

- Ha hablado en muchas ocasiones de llevar la danza a la gente.

- Sí, sacar la danza de un teatro y llevarla también a un estadio, a una plaza, donde la gente se pueda juntar y ver un espectáculo. Que digan: “ah, no era tan aburrido el ballet” o “qué buena música, qué buena combinación”. Que ellos tengan la posibilidad de salir y ver otras cosas.

- ¿Por qué cree que es un arte menos popular que otros?

- Todo pueblo tiene una danza; o sea, que es popular. ¿Cuántos entendidos hay que sepan realmente de ballet?. ¿Cuántos de los que vienen a ver un espectáculo saben sobre las distintas técnicas, los pasos, los giros?. Tal vez cinco. Más allá de si es entendible o no, la danza es un arte, te llega o no te llega. Es un sentimiento, una sensación, comunicación. La danza está en todos nosotros.

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