Las potencias se lucieron

Estelar despedida del Brigadier

Nueva Zelanda no pasó sobresaltos ante el meritorio Gales, mientras que Australia derrotó a Sudáfrica en un partido inolvidable. Diez mil espectadores otorgaron un marco acorde.

Estelar despedida del Brigadier

Tyler Bleyendaal, apertura y capitán neozelandés, busca el apoyo para profundizar uno de los tantos ataques de los Baby Blacks, en el atrayente partido ante los galeses. Foto: Mauricio Garín

César Miño

[email protected]

Más allá de preverse que la jornada de cierre de la fase clasificatoria del IRB Junior World Championship 2010 en la Sede Santa Fe iba a contener elementos dignos de ser destacados, la despedida de tres de las máximas potencias del rugby universal -sea cual fuere la categoría de que se trate- resultó simplemente extraordinaria.

Por ende, los 10.000 espectadores presentes en el estadio Brigadier General Estanislao López del Club Atlético Colón quedaron extasiados ante rugby de primer mundo, practicado por jóvenes Menores de 20 años que, en un porcentaje más que importante, están destinados a convertirse en las figuras de un futuro que asoma no muy lejano.

Primero, los bicampeones...

La función de gala tuvo una apertura signada por otra cabal demostración del superlativo potencial que subyace en Nueva Zelanda, expresado en este caso en la categoría en la que no sólo son bicampeones mundiales, sino principales aspirantes a retener un cetro tan apetecible.

Los Baby Blacks vencieron a Gales por 43 a 10, esgrimiendo un arsenal físico-técnico demasiado contundente para la entereza y las virtudes del mejor equipo que, sin lugar a dudas, enfrentaron en la instancia concluida en la tarde de ayer.

Porque, más allá de que no resulte sencillo explicar a quien no haya observado el partido, los galeses fueron los únicos que hasta el momento poseyeron la convicción y las aptitudes de intentar jugar de igual ante los jóvenes vestidos de negro, más allá de haber perdido por 33 puntos de diferencia.

Con orden, actitud y las virtudes propias de quienes aspiran a convertirse en Dragones Rojos en un tiempo no muy lejano, los europeos defendieron con entereza y atacaron con hidalguía. Sin embargo, en los detalles en los que el contacto determina el devenir del juego, fueron superados claramente por un adversario que lució tan concentrado como nunca hasta ahora y llevó a cabo una estrategia tan minuciosa como inteligente.

De ese modo, en un contexto que mereció reiterados aplausos para ambos protagonistas, la etapa inicial concluyó con un 31 a 10 que ya por aquel entonces asomaba indescontable. En el complemento, entre el desgaste de la lucha previa, las múltiples variantes y la “regulación” que los neozelandeses

/// SÍNTESIS

Nueva Zelanda 43

Gales 10

Estadio: Club Atlético Colón.

Referee: el escocés Peter Allan.

Asistentes: el irlandés John Lacey y el argentino Federico Anselmi.

Nueva Zelanda: Willie Ioane Afuvai (Sam Prattley), Liam Coltman (Paul Ngauamo) y Jeff Allen; Liaki Moli y Blade Thomson (Thomas Franklin); Richard Haddon (Rory Grice), Sean Polwart y Luke Whitelock; Tawera Kerr-Barlow (Kayne Hammington) y Tyler Bleyendaal (capitán); Glen Robertson (Hayden Parker), Charlie Ngatai, Telusa Veainu, Julian Savea (Star Timu) y Tom Marshall.

Head Coach: Dave Rennie.

Gales: Rhodri Jones (Dan Watchurst), Rhys Williams (Ieuan Davies) y Will Taylor; Lloyd Peers (Rhys Jenkins) y James King; James Thomas, Josh Navidi (capitán) y Morgan Allen (Ed Siggery); Rhys Downes (Gareth Davies) y Matthew Jarvis (Steve Shingler); James Loxton, Ashley Beck (Scott Williams), Ben John, Kristian Phillips y Dan Fish.

Head Coach: Phil Davies.

Primer tiempo: 1, penal de Bleyendaal; 7, try de Kerr-Barlow y goal de Bleyendaal; 16 y 26, tries de Savea y goals de Bleyendaal; 18, penal de Jarvis; 29, try de Rhys Williams y goal de Jarvis; 35, try de Marshall y goal de Bleyendaal.

Segundo tiempo: 26, try de Veainu y goal de Bleyendaal; 30, try de Marshall.

Estelar despedida del Brigadier

/// SÍNTESIS

Australia 42 Sudáfrica 35

Estadio: Club Atlético Colón.

Referee: el neozelandés Garratt Williamson.

Asistentes: el irlandés John Lacey y el argentino Federico Anselmi.

Australia: Salesi Manu, Siliva Siliva (Samuel Roberson) y Paul Alo-Emile; Phoenix Battye (Luke Jones) y Gregory Peterson; Edward Quirk, Liam Gill y Jake Schatz (capitán); Justin Turner Nicholas White) y Matthew Toomua; Aidan Toua, Robbie Coleman, Kimami Sitauti, Dominic Shipperley (Gregory Jeloudev) y Luke Morahan.

Coaches: Eddie Anthony y David Nucifora.

Sudáfrica: Brummer Badenhorst Wessel Du Rand), Monde Hadebe (Francois Du Toit) y Marcel Van Der Merwe (Ruan Dreyer); Keny Okafor y Sebastian De Chaves (Mlungisi Bali); Siya Kolisi (Lubabalo Mtembu), Hendrik Van Der Walt y CJ Stander (capitán); Louis Schreuder y Elton Jantjies; Wandile Mjekevu, Francois Venter (Branco Du Preez), Jaco Taute, Sampie Mastriet y Patrick Lambie.

Head Coach: Eric Sauls.

Primer tiempo: 2, penal de Lambie; 8, try de Mjekevu; 12, try de Shipperley y goal de To’omua;

16, penal de To’omua; 24, try de Lambie; 27, try de Coleman y gol de To’omua; 34, try de Shipperley y goal de To’omua; 41, try de Van der Merwe y goal de Lambie.

Segundo tiempo: 3, penal de Lambie; 10, try de Shipperley y goal de To’omua; 14, try de Mjekevu y goal de Lambie; 21 y 37, penales de To’omua; 24, try de Quirk; 28, try de Taute.

impusieron al ritmo del juego, las emociones se espaciaron y los puntos llegaron lentos.

El cierre fue lógico: el público aplaudió de pie a quienes tanto lo merecían, mientras los protagonistas se acercaron a ambos sectores de plateas, para retribuir tanto reconocimiento. En especial, los Baby Blacks, que durante tres jornadas inolvidables cautivaron no sólo a quienes poseen afinidad con el rugby, sino también a los que gustan del deporte de jerarquía. Los bicampeones mundiales hicieron lo suyo, por lo que ahora buscarán su destino de gloria en el sur provincial.

Un cierre extraordinario

Mientras los minutos de separación entre partido y partido transcurrían, todos nos aprestábamos para degustar el plato principal de una carta que a priori asomaba absolutamente apetecible.

Sin embargo, la victoria que Australia logró ante Sudáfrica por 42 a 35 no sólo conformó al más exigente de los paladares, sino que los empalagó con un exquisito menú deportivo, compuesto por una excelsa demostración de rugby de altísimo nivel.

Porque fueron más de ochenta minutos impregnados de potencia, velocidad, repentización y entereza, en un contexto cautivante, protagonizado por dos equipos que felizmente continúan en la carrera por el título, lo que, sin lugar a dudas, jerarquizará aún más a una competición que dejará un halo indeleble en nuestra región Litoral.

En ese ámbito, debe anteponerse a los Baby Wallabies, quienes ratificaron las bondades que habían merecido el reconocimiento de quienes los habíamos visto en las fechas precedentes. Pero el hecho de hacerlo ante el seleccionado que no sólo poseía dos terceros puestos en el torneo, sino que anunciaba a cuatro vientos que venían por todo, cobra aún mayor validez.

De este modo se libró una “batalla” en la que el lema pareció ser quién era capaz de jugar mejor, provocando el delirio de los afortunados espectadores presentes, que enrojecieron sus palmas decenas de veces para retribuir semejante espectáculo.

El marcador fue y vino durante todo el desarrollo: la etapa inicial concluyó 24 a 20 en favor de los australianos, quienes por momentos aleccionaron a los poderosos sudafricanos moviéndoles la pelota con enorme ductilidad.

Por su parte, éstos respondieron con fortaleza física y un resto anímico que resultó clave para mantener el marcador “a tiro de try”. Las emociones se multiplicaron de ingoal a ingoal, inmersas en destrezas de todo tipo y una asombrosa precisión en velocidad, que no hizo más que engrandecer un espectáculo inolvidable.

Jake Schatz, octavo y capitán australiano, intenta quebrar el incipiente tackle de Elton Jantjies, el apertura sudafricano. Ocurrió durante el espectacular encuentro que protagonizaron dos de los semifinalistas del certamen. Foto: Mauricio Garín

Inglaterra cumplió

Más allá de pasar no pocos sobresaltos, e inclusive ser superado en diversos pasajes del encuentro disputado ayer en el Estadio Marcelo Bielsa del Club Atlético Newell”s Old Boys de Rosario, Inglaterra venció a Francia por 17 a 9, adjudicándose su grupo en la condición de invicto y accediendo por tercera vez consecutiva a las semifinales del IRB Junior World Championship.

Condicionados por jugarse nada menos que el pasaporte a proseguir en la lucha por el título, ambos estuvieron por debajo de lo expresado en jornadas anteriores, generándose un partido en el que prevaleció la lucha por la posesión de la pelota sobre su utilización.

En la etapa inicial, marcaron cierta superior los Baby Coqs; mientras que los aspirantes al Rose Team supieron manejar mejor los momentos determinantes del encuentro. De este modo, mientras los británicos están en condiciones de defender y/o mejorar los dos subcampeonatos obtenidos en las ediciones precedentes del torneo; los galos deberán conformarse con pugnar por el quinto lugar, en el estadio de Colón.

16.800

espectadores

estuvieron ayer en las tres sedes, al concluir la fase clasificatoria. Además de los 10.000 en Santa Fe, hubo 6.000 en Rosario y 800 en Paraná.

66.300

espectadores

han participado de la ronda inicial del torneo en Colón, Newell’s y el CAE. Vale recordar que hubo 31.000 en la primera jornada y 18.500 en la segunda.