EDITORIAL

El puerto, con viento a favor

Hace un mes titulamos esta columna con una interrogante: “¿Llega la hora del puerto?”. Hoy podemos decir que con la reciente decisión del directorio del Fondo Financiero de la Cuenca del Plata (Fonplata) de dar finalmente por aprobada la última etapa de la fase de preinversión, el proyecto de reconversión del secular puerto de Santa Fe toma aire e impulso ya que queda disponible el crédito de baja tasa por 25 millones de dólares correspondientes a la fase de inversión. Y esta resolución activa el aporte de 15 millones de dólares exigidos como contrapartida provincial del préstamo del Fonplata, monto oportunamente aprobado por la Legislatura. De modo que el financiamiento para concretar la extensión del puerto a la orilla derecha del río Paraná, sobre el canal troncal de navegación -dragado por Hidrovía S.A. en virtud de un contrato con la Nación-, cobra volumen, máxime cuando se le suman los 57 millones de pesos incluidos en el presupuesto nacional para ser volcados en los próximos tres años al pago de obras de infraestructura que permitirán acceder a las islas en las que se construirán las nuevas instalaciones.

En consecuencia, la determinación del lugar de emplazamiento, las normas que habilitan la expropiación de las tierras que sean necesarias para ese fin, el cúmulo de estudios complementarios realizados por las consultoras durante la fase de preinversión, el amplio consenso social y político respecto del proyecto, la cifra de más de 50 millones de dólares ya aprobados para acometer los trabajos y la disposición del gobierno provincial a robustecer la convocatoria al sector privado mediante una concesión con plazos tentadores, componen una oferta realmente atractiva.

Las reacciones comenzarán a verse durante el proceso de captura de información y manifestación de interés que irá dando forma definitiva al proyecto de un puerto multipropósito, enclavado en un sitio con futuro si se mira la continua expansión de la frontera agrícola con la puesta en producción de tierras en Paraguay, Bolivia y el oeste brasileño, el sostenido crecimiento de las cosechas y el aumento de población en áreas próximas al río Paraguay, baldías hace pocas décadas. Y como resulta obvio, todo este enorme movimiento de producción y urbanización que, hacia el noreste, incluye el ramal del Alto Paraná, genera flujos cada vez mayores de productos, materiales y equipos que circulan por el río y obligan a prever congestiones y racionalizar su administración.

En este punto, el puerto de Santa Fe, actualizado en sus futuros alcances y prestaciones de carácter regional, constituye por su centralidad geográfica en el damero del Mercosur, una pieza logística fundamental y una clave para extraerle mayor productividad al sistema multimodal del transporte de cargas mediante la reducción del costo de los fletes y el recorrido de distancias. La soja -y la biotecnología- han corrido hacia el norte todos los límites anteriores. Y en esta nueva y dinámica realidad, el puerto modernizado y todos los servicios del área metropolitana ampliada -que incluye a Paraná- tienen mucho para dar.