EDITORIAL

Fútbol y política, juegos paralelos

Las peripecias del mundial de fútbol y las ilusiones deportivas de los argentinos no impiden que de manera visible e invisible los políticos sigan urdiendo estrategias con la vista puesta en 2011. Está bien que así sea. Por lo pronto, el oficialismo ya hace rato que está en campaña y cada uno de los pasos de la pareja gobernante apunta en esa dirección. Su optimismo se ha reforzado en las últimas semanas con la mejoría relativa de los índices económicos y los festejos del Bicentenario, una movilización que las usinas del oficialismo no vacilan en identificar con la adhesión política.

Asimismo, los Kirchner han expresado las metas sociales y económicas que persiguen. Se podrá disentir con ellas, pero son concretas y en la medida que la oposición no logra presentar una alternativa, su propuesta crece en credibilidad porque el ejercicio del poder siempre otorga un plus de realismo a su oferta política.

De todos modos, importa consignar que en los últimos días la oposición también ha tomado iniciativas importantes. Atendiendo los reclamos de la sociedad, sus principales dirigentes han manifestado su preocupación por la fragmentación y la supuesta falta de propuestas, motivo por el cual se han esforzado por tratar de reagruparse internamente y dar alguna respuesta a la ciudadanía. La victoria de Ricardo Alfonsín en provincia de Buenos Aires y del sector liderado por Rubén Giustiniani en el Partido Socialista, ha recreado la estrategia de centro izquierda alrededor de figuras como las suyas, Elisa Carrió y Margarita Stolbizer. Este proyecto recién está dando sus primeros pasos, pero prefigura un espacio político factible para el 2011.

Por su parte, el peronismo disidente ha establecido algunas reglas de juego mínimas que le permitan eludir la fragmentación, una probabilidad que los Kirchner alientan sin disimulos. Por lo pronto, la reunión celebrada la semana pasada ha formalizado hacia el futuro la decisión de presentar un candidato que sería seleccionado a través de elecciones internas o mediciones confiables.

Queda pendiente para este espacio saber si la disputa de candidaturas se hará en el interior del peronismo -compitiendo con Kirchner si fuera necesario- o, en su defecto, desde un espacio propio. Todo hace suponer hasta el momento que los disidentes irán por su propio lado, aunque conociendo los vericuetos de la política sería riesgoso adelantar un pronóstico en este sentido.

Los realineamientos políticos no han logrado, de todos modos, establecer alternativas novedosas. Si bien los agrupamientos partidarios o la constitución de coaliciones son indispensables, mucho más lo son los programas y, sobre todo, los que definen objetivos y cómo alcanzarlos. Algunos avances se han hecho, pero son modestos. La experiencia de los últimos años demuestra que las críticas al gobierno de turno, con ser importantes, no son suficientes. Una oposición que merezca ese nombre debe constituir una real alternativa política de poder y una opción social y económica de gestión.