A punto de colapsar

El rojo de la actividad agropecuaria

roza los $ 1.000 millones en el norte

Productores autoconvocados al borde del quebranto reclaman un salvataje financiero. A esta altura y con las actuales tasas advierten que cualquier ayuda crediticia es impagable. Como amargo contraste, calculan en $ 1.500 millones los aportes en retenciones de esta región a las arcas nacionales.

 

Gustavo Capeletti

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El sombrío panorama en ciernes sobre la actividad agropecuaria que motoriza gran parte de la economía regional del norte provincial fue alertado de manera contundente por productores del área en un informe que muestra el millonario pasivo que afrontan.

La deudas estimadas en concepto de insumos agrícolas en las últimas campañas, sumadas a los costos de estructura, del sistema financiero, más el pasivo del sector ganadero, ascienden a $ 600 millones. Pero trepa a $ 1.000 millones, si se asientan obligaciones contraídas por compra de maquinarias agrícolas, reparaciones y otras inversiones, aparte de las que se contrajeron muchos años atrás y que no se pudieron cancelar.

Este enorme rojo está integrado por atrasos financieros con entidades bancarias, cooperativas, mutuales, proveedores de insumos y prestadores de servicios; y contempla la formidable suma de dinero en concepto de intereses que éstas generan.

El documento indica que la actual realidad tiene su origen en “malas políticas agropecuarias implementadas en estos tiempos”, como en “las adversidades climáticas que asolaron esta región del norte”. Asimismo, agrega que la mayor parte del endeudamiento corresponde a siembras malogradas durante los últimos años y rindes paupérrimos.

Estas pérdidas alcanzan a los últimos tres años de la agricultura y la ganadería. En la mayoría de los casos “se perdieron las dos últimas cosechas de girasol, de soja, maíz, trigo, algodón, sorgo, caña de azúcar; la recolección de miel, de cítricos y de hortalizas. La actual de soja se sembró fuera de época y no toda el área prevista”, expresa el trabajo.

En este sentido, precisa que la ganadería se “destruyó por decisiones absurdas de un gobierno equivocado”. A eso debemos sumarle la sequía más prolongada que se tenga memoria y, “por si algo faltaba, se desataron devastadoras lluvias a fin del año 2009 que complicaron más aún la situación. Del stock ganadero, entre mortandad y ventas forzadas, se perdieron alrededor de 600.000 cabezas, achicándose notablemente los rodeos”.

Transferencia de recursos

El apunte evidencia también el malestar porque “en los últimos seis años se transfirieron al Estado Nacional en concepto de retenciones alrededor de $ 1.500 millones. Trabajamos para las arcas del gobierno, degradando nuestro capital de trabajo material y humano. Y, si a esto le sumamos el impuesto a los débitos y créditos bancarios, ganancias, IVA, bienes personales, las cifras son colosales”.

En tanto, los productores también posan su visión crítica sobre el costo financiero del dinero, al que consideran “demasiado oneroso para el riesgo que conlleva la actividad agropecuaria”.

Al respecto, observan que se trabaja con tasas promedio del 20 % anual que tornan inviable la actividad. “Los intereses absorben las utilidades y corroen el capital. En estos últimos años, se pagaron extraordinarias sumas de dinero en este concepto, que van en detrimento de la actividad y que empobrecieron la región”, disparan.

Para graficar esta situación, describen que sobre una deuda cercana a los $ 1.000 millones, a una tasa del 20 % promedio, “nos da la friolera suma de alrededor de $ 200 millones anuales que hay que cancelar sólo por intereses. De esta forma, la actividad se torna inviable si no se toman medidas acordes a esta situación”.

Este pedido puntual se fundamenta en el advenimiento de una nueva campaña que encuentra al 70 % de los productores sin capacidad financiera para continuar produciendo, y al 90 % de los productores medianos y chicos, sin asistencia. El precio de insumos, más el costo de estructura y financiero para estas nuevas siembras, asciende a más de $ 200 millones.

El rojo de la actividad agropecuaria  roza los $ 1.000 millones en el norte

En alerta. Los productores del norte advierten que en este contexto se les hace muy difícil seguir trabajando.

Foto: Agencia Reconquista

Consecuencias

El impacto de esta crisis se siente también en el desempleo rural y en el éxodo que se está produciendo hacia las ciudades. De un total de casi 30.000 trabajadores, en la última campaña quedaron fuera del sistema 4.900.

/// EL DATO

Refinanciación

Para poder salir de esta situación agobiante es preciso “aplicar un plan de refinanciación a 10 años de plazo con 2 de gracia, franquicia que es necesaria para no perder el capital de trabajo y seguir produciendo; y, luego, amortizarlas en tiempo y forma”, reclama el sector.

Como opciones, se propone una tasa de interés diferencial que no supere el 6 % anual para amortizar adecuadamente las deudas; para aquellas contraídas con el Banco Nación, buscar mecanismos de refinanciación en los plazos mencionados anteriormente.

Además de gestionar préstamos en los fondos que posee la Anses con vencimientos en los mismos plazos. Otras alternativas que consideran apropiadas son el uso de de los fondos de la Ley de Emergencia Agropecuaria sancionada el año pasado, la emisión de bonos y la implementación de fideicomisos.