Tomás Carreño

Un arquero de Selección

El chico de Santa Fe es arquero de la novena de AFA de Racing de Avellaneda y fue convocado para el Seleccionado nacional de la misma categoría.

 
Un arquero de Selección

Tomás Carreño junto a su hermosa familia. El chico pasó el Día del Padre en su casa de Barranquitas.

Foto: Flavio Raina

Juan Carlos Haberkon

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Tomás Carreño, de 14 años de edad, es uno de los tantos chicos de Santa Fe que, por sus condiciones deportivas, terminó jugando en algún equipo de Buenos Aires. Es un pibe de barrio, viene de una familia de padres trabajadores y supo aprovechar la oportunidad que se le presentó hace muy poco tiempo.

Representado por Jorge Cysterpiller, el “1” llegó a Racing para atajar en la novena de AFA y enseguida llegó un llamado de la Selección nacional.

—¿Cómo comienza tu participación en el fútbol?

—Comencé atajando a los 5 años en Colón, o mejor dicho en la Escuelita; después dejé la actividad y volví a jugar en una Escuelita de barrio Barranquitas. Más tarde, un amigo me invitó para ir a la Universidad Nacional del Litoral. Eso fue a mediados de 2008 y me quedé hasta el 2009.

—¿Cómo aparece el contacto con Racing?

—La verdad es que me estaban saliendo bien las cosas en la UNL y eso se lo debo a Sergio Torres, el entrenador de arqueros; me vio Jorge Cysterpiller y me llevó para jugar a Paraná, en Rosario y el Valesanito de San Jernónimo. Ahí salimos campeones y el representante me llevó, junto a un grupo importante de jugadores, a Buenos Aires donde nos repartió por todos lados.

En lo personal, me tocó ir a Vélez y me fue muy mal, nunca me acostumbré. Después me quedé una semana en la pensión de Cysterpiller, en Barracas, y me llevaron a la academia de arqueros de Sacone, donde estuve un tiempo practicando hasta que me depositaron en Racing, lugar donde quedé al tercer día.

—¿Cómo fueron los primeros días en Racing?

—Muy lindos. Me adapté enseguida y fui el arquero de la novena de AFA. Jugué cinco partidos de titular, aunque después fui al banco y me lesioné.

—¿Cuál fue la lesión?

—Tendinitis. Pero ya me estoy recuperando bien.

—¿Quién te llama para formar parte del Seleccionado nacional de esa categoría?

—Después de un partido que jugamos con Huracán apareció Esteban Pogani, entrenador de arqueros, para llevarme a la Selección, previa charla con Carlos Olarán, mi técnico en Racing.

—¿Cómo fue tu llegada a la Selección?

—Fue muy lindo y distinto a todo. Cuando llegué al predio de AFA me recibió Oscar Garré, el técnico, que me habló un rato y ya salimos a practicar.

—Y después...

—Y llegaron los amistosos donde jugamos con Bolivia, perdimos 2 a 0, y después contra Estados Unidos, donde empatamos sin goles, y el tercero fue contra un equipo de jugadores especiales y ahí no jugué.

—¿Te tocó jugar contra Unión y Colón en AFA?

—Sólo contra Unión: le ganamos 3 a 0 pero yo no atajé, estuve en el banco.

—¿Cómo es un día en la pensión de Racing?

—Normal, bueno, no tanto (risas). Nos despiertan a las 6.30, nos sirven el desayuno y enseguida pasa el transporte para llevarte a la escuela y vuelve a buscarte a las 12.15. Almorzamos y nos dan un tiempo para preparar el bolso y hablar de la escuela, cuando contamos cómo nos fue y qué notas obtuvimos. Más tarde, tipo 14, viene a buscarnos el transporte para llevarnos al “Tita Matiussi” que es el predio de Racing. Una vez fnalizado el trabajo, tipo 18, volvemos a la pensión donde tenemos para utilizar la computadora o salir a dar una vuelta. A las 20.30 cenamos y miramos televisión o compartimos la sala de juegos hasta las 23.

Los fines de semana nos dejan salir hasta las 12 y media de la noche siempre y cuando no juegues en el equipo liguista de Racing. Si estás convocado, la vuelta a la pensión es antes del horario permitido.

—Te tocó jugar en el equipo liguista...

—Sí, jugué dos partidos: contra Chicago ganamos 1 a 0 y a Vélez lo vencimos 4 a 2.

La familia es todo

Los padres de Tomás no podían creer cuando llegó un llamado de Buenos Aires que daba cuenta de que Tomás ya era jugador de Racing. Cristian, el papá, es el actual arquero de Universidad en la Liga Senior y, como le sobra tiempo, los viernes viste la “1” del tradicional equipo del Diario El Litoral en el fútbol 5 de Ateneo. “El apoyo de papá y mamá fue total. Ellos estuvieron de acuerdo en todo. Nosotros nos comunicamos todos los días y, cuando me dejan, me vengo a visitarlos; si no, ellos van a la pensión. Al principio extrañé un poco, aunque después me acostumbré. Mamá fue la que más sufrió, pero como tengo tres hermanitos más, todo fue más fácil”.