No estoy de acuerdo

Mario Mactas

No estoy de acuerdo con la brusquedad política. Sé que es una actividad humana necesaria y que no puede hacerse con maneras versallescas porque se trata de confrontación de ideas y opiniones, pero no estoy de acuerdo con los gritos, las invectivas y los agravios como método.

No estoy de acuerdo con los periodistas que se pasan a las filas de la complacencia y la adulación. ¿Qué sentido tiene el periodismo burdamente inclinado ante el poder de turno?

No estoy de acuerdo con la manipulación y degradación de las personas por medio del clientelismo, el caciquismo, la prebenda y el embrutecimiento.

No estoy de acuerdo con la manera en que el poder, y buena parte de nosotros, trata con indiferencia a la infancia arrojada a la miseria y las enfermedades, al silencio frente a la desnutrición, con la negación del delito, y a la inseguridad, porque se juzga reaccionario mencionar el problema.

No estoy de acuerdo con un sistema político que tiene un elenco estable, aunque rotativo, que obra en la práctica como un equipo de mercenarios ideológicos.

No estoy de acuerdo con la ignorancia de la política educativa que no entiende que al analfabetismo le agrega el analfabetismo tecnológico. Así se condena a millones de jóvenes al atraso y a la incapacidad frente a los desafíos de nuestro tiempo.